Desde Pachaco, por la ruta 12 hacia en Este, el cerro El Tambolar aparecía y recortaba el río en una perfecta quebrada natural, la orografía necesaria para que la mano del hombre pueda "unir” dos cerros, juntar agua y generar energía. 

La belleza del paisaje se vio realzada por el verde inusitado que bordeaba el río, un verde casi flúor, producto de las lluvias intensas de abril. Hasta las faldas de los cerros se taparon con un manto vegetal de asombro y el agua del rio bajaba briosa y abundante, algo también inusual para este mes. Una postal maravillosa.

Allí se comenzó a construir el dique El Tambolar, el cuarto sobre el río San Juan, pero uno de los primeros en diseñarse, 19 kilómetros aguas arriba de Los Caracoles. La misma UTE que construyó Los Caracoles y que está terminando Punta Negra, Techint - Panedile, se hizo cargo de la primera etapa de la obra, el desvío del río, donde se invertirán 68 millones de dólares en 28 meses. 

Tiempo de San Juan fue el primer medio en llegar al lugar para mostrar el movimiento incipiente y la montaña aún sin intervenciones. A la zona de la futura presa se llega por un camino alternativo, bien consolidado y en el mismo lecho del río, que luego sube y toma la vieja ruta 12. Después hay que volver a bajar y cruzar el río para llegar a la zona del mini campamento y obra. 

Ahí, unas pocas máquinas abrían espacios, los camiones cargaban y descargaban tierra, y las palas mecánicas esbozaban la ataguía que servirá para contener y guiar el agua hacia los túneles por donde será desviada, algo vital para secar la zona donde se construirá la presa. 

Si bien los técnicos están desde fines de 2014 con tareas preliminares en El Tambolar, la bajada de bandera oficial fue hace pocos días, con la firma del contrato entre CAMESA, el Gobierno de la Provincia y representantes de la UTE. Por el momento sólo trabajan unas 60 personas, pero esta etapa requerirá unos 300 obreros en el pico de actividad.

Fernando Bustos, inspector de obra de todos los diques de la administradora, Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE), fue un guía de lujo. "En este etapa, además de la obra de desvío del río, hacemos revisión de la ingeniería básica de todo el proyecto. Esto significa definir el tipo de presa, el aliviadero, la casa de máquinas, de forma tal que cuando se realice el nuevo contrato por el resto del dique esté la ingeniería completa y todo  actualizado, porque el proyecto que hay es el que hizo Agua y Energía con la consultora italiana”, dijo Bustos.

Desde arriba, desde la ruta, da la impresión de que el murallón del dique será pequeño, es que el cerro El Tambolar irrumpe en el mismo lecho del río desde la margen derecha. Cruzando el curso de agua se asoma, casi pegada, la formación rocosa de la margen izquierda. Pero desde abajo la perspectiva cambia diametralmente, el murallón tendrá 450 metros de largo. Y uno de los primeros cambios es que la cara de la presa no será de materiales sueltos, como preveía el proyecto original, sino que será de hormigón, igual que en Caracoles y Punta Negra.

El cerro El Tambolar, que tiene 1.300 metros de altura,  servirá de soporte a la presa que tendrá una altura de 85 metros desde el lecho del río, pero que llegará a los 1.220 metros sobre el nivel del mar.

Bustos explicó que en la zona abunda la arcilla, y si bien el material es necesario por ejemplo para armar el núcleo de la ataguía, juega en contra en el pie de presa. "En esta zona los dos cordones montañosos forman un embudo, que es óptimo para el dique, pero ese embudo no sabemos qué tan abajo llega con su formación rocosa. Por el momento sabemos que al menos 30 o 35 metros vamos a tener que escavar en la zona de la presa, remover todo el lecho arcilloso, y luego hacer el relleno de otro material que soporte. Eso se definirá con las nuevas perforaciones, pero el tipo de material que hay en el lecho no es apto para fundar el pie de presa”, dijo.

La ataguía, que es como un mini dique de contención de las aguas, cruzará todo el río y tendrá 525 metros de largo y 16 metros de altura, ya que debe poder dominar crecidas del río. Durante esta etapa se seguirán haciendo perforaciones para analizar el material de toda la zona.

LO QUE TAMBOLAR OCULTABA

En 1984, por decreto Nº 1173, se autorizó el estudio de factibilidad del dique El Tambolar a favor de la firma ELC - Electroconsult, gracias a un programa de cooperación técnica con el gobierno de Italia, según los antecedentes con los que cuenta EPSE.  El estudio, que no tenía costo para la provincia, comenzó en el ’85, cuando gobernaba Leopoldo Bravo, y concluyó en el ’87, con Jorge Ruiz Aguilar a cargo del Ejecutivo.

Sin embargo Bustos sostuvo que fue en tiempos de Agua y Energía, en 1976, cuando se realizó el túnel para determinar la calidad de la roca en la zona donde se pensaba instalar la sala de máquinas, a 2,4 kilómetros aguas abajo de la presa y en la margen derecha del río. Este túnel de 60 metros, que hasta ahora nadie conocía, se ha mantenido en perfecto estado, una buena señal que permite mantener la decisión de colocar allí la casa de máquinas.

Los técnicos de EPSE nunca encontraron los resultados de esos estudios, pero el túnel servirá para hacer nuevas investigaciones de la roca, ya que la casa de máquinas ira a unos 20 metros y "en caverna”, es decir dentro del cerro.  Esto es otra novedad ya que las salas de máquinas de Caracoles y Punta Negra son externas. 

 OTROS ESTUDIOS

Los técnicos deben analizar varias cuestiones aún y hay muchas que no están definidas, por ejemplo, dónde irá el aliviadero, si a la izquierda o a la derecha del río, eso dependerá de la calidad de la roca. 

También en estos días comenzarán a analizar la aptitud de la roca en el cerro para poder fundar la presa y apoyarla ahí. "Esta pared frontal es muy vertical y veremos cómo llegamos con los equipos, esta difícil pero es la forma de  investigar todos los materiales. Además tenemos que sacar la roca suelta para que luego no deslice y perjudique la obra”, explicó el inspector.

Justo debajo de esa pared vertical, que enfrenta al río, se realizarán los túneles de desvío del agua. Se construirán dos túneles con una diferencia de 5 metros entre ambos y de 5.40 metros de diámetro cada uno. "Para el desvío vamos a aprovechar la experiencia de Caracoles. El río San Juan tiene mucho arrastre y  aunque se coloque hormigón en el piso, lo destruye. Para evitar eso se harán dos túneles a distinto nivel, con una distancia de 5 metros uno de otro”. Bustos explicó que si bien  en ambos se colocan rejas para que el material de arrastre no los obstruya, el de abajo será de sacrificio y captara del material grueso y el de arriba captará el agua con material fino de suspensión, tierra y arena.

En toda la zona se observaban decenas de estacas pintadas de rojo que marcaban los puntos donde se realizarán perforaciones de estudio. 

La sismicidad de la zona y el coeficiente de seguridad de la presa aún no están definidos. Bustos explicó que en toda la zona conviven los cordones El Tigre, Maradona, La Cantera y El Tambolar, y actualmente se evalúan los estudios sobre las fallas activas o inactivas en los mismos. Este dato se conocerá en mayo próximo y será decisivo para determinar el coeficiente sísmico de la presa. El coeficiente sísmico de Punta Negra es de 0.79, el de Caracoles es de 1.02, estiman que el de Tambolar estará más cercano al primero.  

En lo que avanzan a toda máquina es en la construcción de los campamentos. Serán dos, el primero en Pachaco que está muy avanzado con varios módulos instalados, se usará como dormitorio y comedor. El segundo, a metros de la obra, en algún espacio a definir donde no pueda ser alcanzando por crecidas.

El Tambolar será el segundo en generación de energía, con 343 GWh de energía media anual, después de Los Caracoles que tiene capacidad para generar 600 GWh, en tercer lugar se ubica Punta Negra con casi 300 GWh. 

Pero el futuro dique tendrá el mayor volumen de embalse, 605 hm3, mientras que Los Caracoles tiene 565 hm3, Punta Negra, 500 hm3 y Ullum, 440 hm3. Estos son los números que hacen soñar con un maravilloso circuito cuando el camino del perilago esté terminado. Actualmente se construye el tramo Punta Negra - Caracoles con un avance del 55 %. 

DE LOS PRIMEROS

En 1966 durante la primera gobernación de Leopoldo Bravo, se creó la Comisión Técnica de Obras Públicas de la que surgió la planificación para el "Aprovechamiento del Río San Juan”, allí se definió el dique El Horcajo y El Tambolar, el primero llegó a figurar en el presupuesto nacional. 

En septiembre de 2014, Tiempo de San Juan publicó que el bloquista Eduardo Baliña, funcionario de esa época, dijo que por entonces se hablaba sólo de estos dos diques. Primero se construiría El Horcajo y después El Tambolar. "El presidente Arturo Illia veía a San Juan a firmar el llamado a licitación del dique El Horcajo, era gobernador Leopoldo Bravo, pero se frustró: un día antes de ese viaje se produjo el golpe de Estado de Juan Carlos Onganía, en 1966. Esos estudios estaban muy avanzados en la Secretaría de Recursos Energéticos”, contó por entonces Baliña.

El ex Ministro y ex Diputado bloquista, confirmó que la intención era empezar el conjunto de diques de arriba hacia abajo, El Horcajo sería el primero y El Tambolar el segundo. Pero las circunstancias hicieron que fueran éstos los que quedaron al final.

CIFRAS

68 millones de dólares es la inversión de la primera etapa

85 m de altura de presa

5,6 millones m3 de volumen de rellenos

605 millones m3 de volumen de embalse

450 m la longitud de coronamiento de la presa

112 m la longitud de vertederos

4.200 m3/seg la capacidad de evacuación

Una zona de grandes accidentes

Julio Alfaro, Julio Barkus y Julio Illar, fueron  las primeras víctimas de este tramo de la ruta 12, el que atraviesa El Tambolar. Fue el 11 de junio de 1928, cuando se construía el camino. Una placa conmemorativa, que sustituyó a una vieja placa que se destruyó con los años, da cuenta de que los tres dinamiteros murieron luego de una explosión.

Recorrer la zona de la obra es también recordar drásticos momentos de la historia sanjuanina, ya que los hierros retorcidos de varios accidentes en esa zona aún permanecen en el lugar, es casi imposible removerlos. Es que desde la ruta 12 no se pueden ver sin bajarse del auto, pero desde abajo saltan a la vista y dejan  la amarga impresión de tantas muertes violentas. Allí está el colectivo de la empresa TAC que cayó en un cerradísimo cajón de piedra, en el que encontraron la muerte 17 personas. 

En el lugar hay un cartel que recuerda la muerte de 14 de los 27 integrantes de la Banda de Música del RIM 22, más 2  civiles, el 23 de enero de 1986. El chofer del colectivo murió tres días después.   

Según las crónicas de la fecha, cerca de las 22.40 el ómnibus empezó a descender la cuesta de El Tambolar en dirección a la capital sanjuanina. Al parecer el vehículo tomó una curva muy cerrada, salió de la ruta y se precipitó al vacío para chocar violentamente con una saliente y luego encajarse en una tumba de piedra. 

Otros restos de accidentes que aún conserva El Tambolar son por ejemplo una moto, una camioneta, un auto de marca irreconocible y un carro a vela que se desprendió y terminó en la ladera, justo frente a la obra.