El Gobierno chileno despejó el camino legal para concretar la interconexión de las dos principales redes eléctricas del país, lo que entregará una mayor seguridad energética y beneficios por un equivalente al 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
En una ceremonia en las afueras de Santiago, la presidenta Michelle Bachelet firmó el jueves los decretos para iniciar la unión del sistema del norte chileno (SING), que abastece a grandes mineras, y del sistema del centro y sur del país (SIC), que concentra la demanda de clientes residenciales.
"Es un hito histórico esperado hace mucho tiempo", dijo la mandataria.
Chile requiere duplicar su matriz energética en los próximos años para responder a la creciente demanda de sectores vitales como la minería y la industria.
"La energía potenciará la productividad y el crecimiento de Chile. Se estima un efecto macroeconómico en el PIB de entre 1.559 y 1.718 millones de dólares, lo que equivale al 1,5 por ciento del PIB", dijo Bachelet.
La chilena E-CL, filial de la franco-belga GDF Suez, anunció el año pasado su proyecto de construir una línea de transmisión para conectar el SIC y SING, aunque esta iniciativa y otras requerían de la autorización legal para ser desarrolladas.
La interconexión, que permitirá contar con los excedentes de energía provenientes de las plantas térmicas del norte del país, ayudará a reducir los costos, especialmente en el centro de Chile, aseguró Bachelet.
La unión de ambos sistemas busca dar un uso más eficiente a la infraestructura, mejorar las obras de generación y transmisión, junto con limitar la exposición del país a ciclos hidrológicos o inesperados cortes de suministros de gas natural.
"Los clientes regulados (los hogares) verán una baja promedio del 10 por ciento. En el caso de los clientes libres, es decir, las industrias, podemos estimar una baja de entre 11 y 17 por ciento en las cuentas actuales", dijo Bachelet.
El negocio eléctrico en Chile es liderado por las generadoras Endesa Chile, E-CL, AES Gener y Colbún.