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MEDIO AMBIENTE
Convenio: Argentina informará sobre el Cambio Climático a la ONU. Glaciares, lluvias y sequías
16/04/2015

Más calor, más lluvias, menos glaciares

Página 12

En el último medio siglo, en la mayor parte de Argentina la temperatura promedio aumentó medio grado, un número de todos modos menor que el global. Además, las precipitaciones tienden a aumentar. Así lo determinó la primera investigación científica sobre los últimos cincuenta años en materia de cambio ambiental, que fue presentada ayer en la Casa de Gobierno. El estudio revela que el incremento de la temperatura media en ese período fue más alto en la Patagonia, en algunas de cuyas zonas llega a superar un grado. El informe evalúa las tendencias del clima del pasado reciente (desde la segunda mitad del siglo XX) y una proyección del clima futuro de la Argentina. Según la investigación, “el fenómeno registrado se basa en la generalizada retirada de los glaciares existentes en la Patagonia. Mientras que en la mayor parte de la Argentina no patagónica hubo un aumento de temperatura de hasta medio grado. Este aumento fue menor al promedio global”, algo que podría atribuirse a “las condiciones predominantemente oceánicas del Hemisferio Sur”.

La presentación de la investigación Modelos Climáticos, elaborada por expertos del CIMA (Centro de Investigación del Mar y de la Atmósfera), fue acompañada por el titular de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Lorusso, y el subsecretario de Promoción y Desarrollo Sustentable, Juan Pablo Vismara. “A este tipo de investigaciones las veo como un acto de heroísmo, porque es desde estos trabajos de base que se puede apuntar a prevenir el cambio climático”, señaló Lorusso. Son trabajos, añadió, que permiten “preparar al área agrícola, industrial, aportar a la planificación urbana y pensar políticas públicas que tengan en cuenta el cambio climático como variable”.

La doctora en Ciencias de la Atmósfera Carolina Vera explicó que “CIMA toma esta tarea como una decisión política: no es casualidad que al trabajo se sumen el Conicet y las universidades públicas”. “La investigación tiene dos objetivos. Evaluar el estado del clima reciente y futuro, por un lado, y proveer datos que permitan estudiar el impacto en los distintos estratos sociales”, agregó, al tiempo que detalló que “demandó el trabajo de 12 consultores con 5 colaboradores, que evaluaron 10 mil ubicaciones geográficas distintas”. Para elaborar el informe, además “se consideraron dos escenarios: uno con emisiones moderadas para 2015-2039 y otro con emisiones fuertes considerando los mismos períodos”. Vera advirtió que “la temperatura media no depende mucho de la emisión inmediata, pero en un futuro lejano sí se hace notable el aumento” y que “los extremos de altas temperaturas y precipitaciones aumentaron y seguirán con esta tendencia en un largo plazo si no se modifican las emisiones”.

Los aumentos de temperatura “no sólo se deben al calentamiento global, sino también a procesos internos del sistema climático como son los cambios en la circulación atmosférica que pueden exacerbar o morigerar regionalmente el impacto de tal calentamiento global”, señaló el informe.

“En el centro del país hubo menor aumento de temperatura, incluso con disminución en algunas zonas”, indica la investigación, y puntualiza que “la temperatura mínima tuvo mayores aumentos que la temperatura máxima, la que incluso tuvo disminuciones generalizadas en el centro del país”. En tanto, la precipitación diaria máxima del año ha aumentado en casi todo el país, aunque sólo en pocas zonas en forma significativa.

A su turno, Vicente Barrios, del CIMA, expresó que “cada región del país presenta situaciones distintas en sus variantes climáticas”. En la región húmeda se presentan “olas de calor y temperaturas extremas”. En la región centro se registran “prolongación de período seco y mayores olas de calor con precipitaciones extremas más intensas”. La región de los Andes registra “grandes aumentos de temperatura con una disminución de precipitaciones en invierno y primavera”. Por último, la Patagonia “aumentó un grado en su temperatura y presenta tendencia a la aridez”.

Barrios expresó que, de todas formas, “la diferencia positiva o negativa del cambio climático ligada a las emisiones se percibirá recién de aquí a cuarenta años”. “Es un grave problema, porque al no crear una urgencia, la sociedad podría sostener su indiferencia frente al cambio climático”, reflexionó. El subsecretario Vismara subrayó que las proyecciones “demuestran que hay una tendencia hacia los eventos meteorológicos extremos, como lluvias extremas con muchos milímetros en poco tiempo, u olas de calor muy fuerte. En algunas regiones hasta hay cambios en la frontera climática”.

Las conclusiones del informe indican que “los efectos del cambio climático –el calentamiento global de la atmósfera y la falta de ozono– se van acelerando permanentemente, al igual que sus efectos no deseados”, señaló el secretario Lorusso.

El documento servirá para elaborar la posición argentina ante la Cumbre del Clima, que se llevará a cabo en diciembre en Francia, con el propósito de alcanzar un acuerdo superador al Protocolo de Kioto, firmado en 1997 en Japón por los países industrializados. “Este estudio tiende a racionalizar la información que hemos podido procesar y decir en cada período qué clima vamos a tener. El cambio climático se trabaja con dos ejes centrales: adaptación y mitigación. Somos conscientes de que mitigar, sobre todo en aquellos países que son grandes emisores, va a ser muy difícil, pese a que prometen que van a mitigar un montón”, señaló el secretario.

Informe: María Fernanda Rezzano.

El cambio climático en Argentina, región por región

Claves 21

El cambio climático en Argentina ya es una realidad. Al analizar las últimas cinco décadas, se constató que actualmente hay temperaturas más altas y lluvias más fuertes y frecuentes que en la década del 60. A partir de ese presente, un grupo de científicos argentinos elaboró las proyecciones del clima de nuestro país para los próximos años, región por región.

La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) presentó el primer informe científico nacional sobre las tendencias del cambio climático en Argentina, elaborado por expertos del Centro de Investigación del Mar y de la Atmósfera (CIMA).

En el estudio “Cambio climático en Argentina: tendencias y proyecciones” los científicos analizaron el clima del período 1960-2010 y concluyeron que en 50 años la temperatura promedio aumentó entre 0,5 y 1 grado centígrado en la mayor parte del país, con variaciones regionales, como en el caso de la Patagonia, donde el aumento de la temperatura fue aún superior.

Además, constataron un aumento de las olas de calor y de las precipitaciones en casi todo el país y una disminución de las heladas, algo que puede resultar beneficioso para la actividad agrícola.

Para sus previsiones climáticas, los científicos plantearon sobre dos escenarios posibles: uno que asume emisiones moderadas de gases de efecto invernadero y otro escenario con mayores emisiones. Y trabajaron en dos horizontes temporales: uno cercano (2015-2039) y uno lejano (2075-2099). Asimismo, dividieron el país en cuatro regiones para analizar los diferentes cambios previstos en el clima: Región Húmeda, Región Central, Región Andina y Región Patagónica.

Vicente Barros, científico argentino del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climáitco.

A continuación, se resumen las principales previsiones científicas sobre el cambio climático en Argentina según cada una de esas cuatro regiones:

- Región Húmeda

En el futuro cercano se observará un aumento de las olas de calor, que irán desde 2 días en el año en Buenos Aires hasta 15 días en Misiones.

En el futuro lejano, ese aumento de las olas de calor serían predominantemente mayores a 10 días en el año.

Con respecto a las lluvias, ya se observa un aumento en casi toda la región.

Riesgos asociados al cambio climático en la región húmeda: olas de calor y temperaturas extremas, así como lluvias extremas más intensas y más frecuentes, con consecuentes inundaciones.

- Región Centro

En el futuro cercano, el aumento de la temperatura media sería menor a 0,5 grados en el Sur y de hasta 1 grado centígrado en el Norte.

En el futuro lejano, el aumento de la temperatura media iría sería de 1 grado, pudiendo superar los 3 grados en el Norte en un escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero.

Riesgos asociados al cambio climático: prolongación del período seco invernal, más días con olas de calor (especialmente en el Norte) y precipitaciones extremas más intensas.

- Región Andina

En el futuro cercano el aumento de la temperatura media sería superior a 1 grado centígrado en gran parte de esta región, ya que se trata de una de las zonas con mayor calentamiento en todo el mundo.

En el futuro lejano, el aumento de la temperatura podría estar entre 3,5 y 7 grados, en un escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero.

Riesgos asociados al cambio climático: Prolongación del período seco invernal con precipitaciones extremas más intensas en el Norte. Además, altas temperaturas con valores extremos muy elevados. Retroceso de los glaciares y cambios en el régimen anual de los ríos.

- Región Patagónica

En el futuro cercano, el aumento de la temperatura media sería menor a 1 grado.

En el futuro lejano, el aumento de la temperatura media podría llegar hasta 3 grados en el escenario más extremo. Además, se prevén cambios en los regímenes de lluvias.

Riesgos asociados al cambio climático: continuará el retroceso de los glaciares y una marcada tendencia general a mayor aridez.

La tercera comunicación y la COP21

El informe integra la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático en Argentina, un compromiso de Argentina ante Naciones Unidas al que aún le faltan reportes, como es el caso del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Al respecto, el secretario de Ambiente, Daniel Lorusso, adelantó que ese inventario estará concluido en alrededor de dos meses.

En palabras del secretario de Ambiente, esta investigación presentada por los científicos “les sirve como herramienta de gestión tanto a los privados como al Estado Nacional, gobiernos provinciales y municipales, para trabajar sobre la posibilidad o eventualidad de inundaciones, desastres ecológicos, y fundamentalmente para prevenir a la gente de determinadas cuestiones que pueden afectar su vida normal”.

La Tercera Comunicación servirá, además, para definir la posición argentina en la Convención sobre Cambio Climático (COP21) que tendrá lugar en París los primeros días de diciembre y que tendrá por objetivo alcanzar un acuerdo vinculante entre los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin apuro en la región para enfrentar el cambio climático

El Cordillerano

Los países de América Latina tienen serias dificultades para establecer cuál será su contribución a la reducción de emisiones de gases de “efecto invernadero”. Las metas se deben presentar durante el año en curso ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Los problemas se relacionan con los mecanismos de financiamiento para solventar políticas concretas, tanto de adaptación al cambio climático como de mitigación o reducción de los gases de “efecto invernadero”.

El primer plazo para registrar las contribuciones a escala nacional (INDC por su sigla en inglés) caducó el último 31 de marzo. Por estos rumbos, sólo México cumplió con la tarea. En el conjunto del planeta, sólo hicieron públicas sus metas Suiza, la Unión Europea en términos de bloque, Noruega, Estados Unidos, Gabón y Rusia. Como puede advertirse, faltó a la cita Asia casi en su totalidad, al igual que Sudamérica y Oceanía.
Al trascender la modorra, una investigadora de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales de la Argentina, consideró que “los tiempos de las negociaciones internacionales y el debate sobre quiénes son responsables del cambio climático no deben ser una excusa” para que nuestros países “no avancen en la prevención de riesgos”. No descubriremos la pólvora si señalamos que en la Argentina, el asunto del cambio climático ocupa un rol marginal en la agenda pública y apenas si genera reacciones espasmódicas ante el caso de sequías o inundaciones. Secuelas precisamente del calentamiento global.

En términos regionales, Brasil es el mayor emisor de gases de efecto invernadero, con la liberación a la atmósfera de 1.488 millones de toneladas de dióxido de carbono. Siguen México con 608 millones y Venezuela, con 401 millones. La cuarta colocación es de la Argentina, con 180 millones. Más abajo en la perniciosa tabla se ubican Colombia y Chile, con 75 millones y 72 millones, respectivamente.

Como avisamos periódicamente en esta columna, las mayores fuentes contaminantes en la región son la deforestación por cambios en el uso del suelo, la agricultura y la generación y consumo de energía. En términos generales, se puede afirmar que cuando intervienen en foros internacionales, los países de la región asumen responsabilidades compartidas pero diferenciales ante el desencadenamiento del cambio climático. Por otro lado, Sudamérica aparece como especialmente vulnerable ante el fenómeno al padecer tormentas intensas, sequías devastadoras, temperaturas oscilantes, aumento del nivel del mar y derretimiento de los glaciares andinos, con altos costos humanos, sociales y económicos.

En sus INDC, México se comprometió a disminuir el 25 por ciento sus emanaciones totales para 2030, en relación a las que registró en 2013. Para alcanzar esa meta, debería reducir el 22 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero y el 51 por ciento de carbono que deriva del transporte a diésel. También, debe disminuir la generación eléctrica con combustibles fósiles.

Sus medidas incluyen frenar la expansión de la contaminación para 2026. Por otro lado, plantea también México que podría acortar hasta el 40 por ciento en 2030 si pudiera acceder a financiamiento adicional y a transferencia de tecnología, como parte de un acuerdo global. Sus metas tienen que ver con energía, procesos industriales y usos finales, agricultura, residuos, cambio de uso de suelos y bosques. No obstante, la presentación mexicana no explica detalles.

El establecimiento de las INDC se acordó en la 19 Conferencia de las Partes (COP 19) de la CMNUCC, que se celebró en 2013 en Varsovia. Allí se acordó que cada Estado parte tendrá hasta octubre próximo para comunicar las INDC. Éstas serán analizadas en la COP 21, que se realizará en París en diciembre. Para ese cónclave, la CMNUCC elaborará un informe sobre los compromisos voluntarios, para dilucidar si serán suficientes para controlar las emisiones en los niveles que los expertos requieren. Además, se deberían incorporar al nuevo tratado vinculante sobre cambio climático que se aprobaría en París para entrar en vigor en 2020.

Añadamos que según un análisis del Instituto del Nuevo Clima para Política Climática y Sostenibilidad Global de Alemania, la CMNUCC y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, de las 13 naciones de América Latina y el Caribe que respondieron a la consulta, 33 por ciento están en la fase de discusión de las INDC. Otro 25 por ciento se encuentra en etapa de diseño técnico y un 17 por ciento en momentos de debate político. Otro 17 por ciento ni siquiera empezó con la preparación de las medidas.

La región identificó entre retos y brechas en la preparación de las INDC, una limitada experticia (conocimiento) para evaluar las opciones técnicas, falta de certeza y lapsos cortos para desarrollar procesos. También encontró falta de coordinación, de entendimiento y de acuerdos internos sobre las reducciones prioritarias, dificultad para involucrar a los actores relevantes, falta de acuerdo interno sobre el nivel deseado de ambición y conflicto con otras prioridades políticas.

Por otro lado y salvo excepciones como Chile o México, la queja regional recurrente es la escasa consulta e inclusión de la sociedad civil en los planes. Precisamente, el tema en la Argentina está ausente de la agenda pública y política más significativa. No obstante, trascendió que este país prepara la Tercera Comunicación sobre Cambio Climático y un inventario de emanaciones ante la CMNUCC. El país adoptó en 2011 la Estrategia Nacional de Cambio Climático.

“En Argentina existen leyes vinculadas como la ley de bosques nativos, glaciares y energías renovables, pero su aplicación es débil y se manifiesta en una tendencia a la baja en el presupuesto de los distintos programas”, lamentó la ONG a la que hacíamos referencia más arriba. Por su parte, Chile cuenta desde diciembre último con un plan nacional de adaptación al cambio climático, con políticas específicas para el sector agropecuario, la biodiversidad, pesca y acuicultura, salud, infraestructura, ciudades, turismo, energía y recursos hídricos. Pero da la impresión de que hay que moverse más rápido y de manera más transparente.

Ambiente presentó la primera investigación científica sobre cambio climático en el país en los últimos 50 años

Télam

Autoridades de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación presentaron esta tarde en Casa de Gobierno un informe científico sobre las tendencias del cambio climático en el país, elaborado por expertos del Centro de Investigación del Mar y de la Atmósfera (CIMA), del que se desprende que la temperatura promedio aumentó en la mayor parte del país medio grado en los últimos 50 años.

El informe “Modelos Climáticos" consiste en una evaluación de las tendencias del clima del pasado reciente (desde la segunda mitad del siglo XX) y una proyección del clima futuro de la Argentina.

Se trata de la primera investigación científica que abarca los últimos cincuenta años en materia de cambio climático y refleja los primeros resultados de la Tercera Comunicación Nacional, que permite identificar que el aumento de la temperatura media en los últimos 50 años ha sido más alto en la Patagonia, llegando en algunas zonas a superar 1°C.

El fenómeno registrado se basa en la generalizada retirada de los glaciares existentes en esa región; al mismo tiempo que, en la mayor parte de la Argentina no patagónica, hubo un aumento de temperatura de hasta medio grado, un incremento menor al promedio global.

Estos aumentos de temperatura "no solo se deben al calentamiento global sino también a procesos internos del sistema climático como son los cambios en la circulación atmosférica que pueden exacerbar o morigerar regionalmente el impacto de tal calentamiento global", señala el informe.

"En el centro del país hubo menor aumento de temperatura con incluso disminución en algunas zonas", indica la investigación, y puntualiza que "la temperatura mínima tuvo mayores aumentos que la temperatura máxima, la que incluso tuvo disminuciones generalizadas en el centro del país".

En tanto, la precipitación diaria máxima del año ha aumentado en casi todo el país, aunque solo en pocas zonas en forma significativa.

En diálogo con Télam, el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable resumió que el informe abarcó todo el territorio nacional y que fueron utilizados veintiséis tipos de diagnóstico sobre las consecuencias del cambio climático en los próximos cien años en nuestro país.

“El estudio le sirve como herramienta de gestión tanto a los privados como al Estado Nacional, gobiernos provinciales y municipales, para trabajar sobre la posibilidad o eventualidad de inundaciones, desastres ecológicos, y fundamentalmente para prevenir a la gente de determinadas cuestiones que pueden afectar su vida normal”, explicó Lorusso.

Las conclusiones de dicho informe científico, que “todos nosotros imaginábamos y que vemos en forma permanente”, arrojan que “los efectos del cambio climático -el calentamiento global de la atmósfera y la falta de ozono- se va acelerando permanentemente, al igual que sus efectos no deseados”.

El documento servirá para elaborar la posición argentina ante la Cumbre del Clima que se llevará a cabo en diciembre en Francia, con el propósito de alcanzar un acuerdo superador al Protocolo de Kioto, firmado en 1997 en Japón por los países industrializados.

“Este estudio tiende a racionalizar la información que hemos podido procesar y decir en cada período qué clima vamos a tener. El cambio climático se trabaja con dos ejes centrales: adaptación y mitigación. Somos conscientes que mitigar, sobre todo en aquellos países que son grandes emisores, va a ser muy difícil, pese a que prometen que van a mitigar un montón”, señaló el secretario.

Y anticipó que desde Argentina “vamos a hacer una contribución directa de mitigación”, pero aún así el país debe “prepararse para este cambio climático, para el crecimiento geométrico de las dificultades que ocasiona el fenómeno, y fundamentalmente también para establecer relaciones con la población y las comunidades para que sepan a qué atenerse en el futuro”.

Juan Pablo Vismara, subsecretario de Promoción del Desarrollo Sustentable, explicó a Télam que las proyecciones “demuestran que hay una tendencia hacia los eventos meteorológicos extremos, como lluvias extremas con muchos milímetros en poco tiempo, u olas de calor muy fuerte. En algunas regiones hasta hay cambios en la frontera climática”.

Ante la consulta de Télam sobre la Cumbre del Clima en París, sostuvo que el informe “es un insumo fundamental para la posición argentina porque nos muestra cómo afecta el cambio climático a nuestro territorio. Como no somos un gran emisor, para nada, evidentemente somos víctimas de las emisiones de los países que vienen emitiendo gases de efecto invernadero desde la Revolución Industrial”.

“La posición argentina la va a llevar adelante la Cancillería por indicaciones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y nosotros vamos a dar el apoyo técnico. Evidentemente, Argentina es un país que necesita seguir desarrollándose, porque todavía hay gente que debe seguir incluyéndose en la economía y en este proyecto de inclusión social. Por lo tanto, es evidente que vamos a seguir necesitando del consumo de la energía para crecer”, concluyó.


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