Las exportaciones mineras mantuvieron su tendencia a la baja en 2014, afectadas por la caída en los precios internacionales, y por haber entrado algunos de los principales proyectos iniciados en la década del 90 en su etapa de declinación, debido a la caída de la ley del mineral disponible para el proceso, la subida de los costos de explotación ahora por los mayores trayectos de los camiones, y por el incremento de los costos locales e impuestos. Esto último hizo subir la ley de corte, lo que contribuyó a profundizar la reducción de la brecha del mineral disponible para la explotación.

Las ventas externas en dólares cayeron 4.5% anual, continuando la tendencia negativa del 2013 respecto de años anteriores, a pesar que en el periodo se registraron algunas mejora de precios en algunos minerales.

Sin embargo entre julio y diciembre de 2014, los valores de los principales minerales exportados por Argentina aceleraron su variación negativa de precios.

El precio del oro varió en -8.4%, el del cobre -9.4%, y el de la plata -22.4%.

Probablemente, durante 2015 se mantendrán los bajos niveles de precios de los metales, más allá de rebote parcial en los primeros días del año.

Los precios de los metales preciosos se verán asimismo afectados, como reserva de valor, si la FED decide incrementar la tasa de interés, aparte de las bajas ya concretadas y previstas en el corto plazo por el mejor posicionamiento del dólar frente a otras monedas, todo lo cual hace prever un mercado a la baja en el mediano plazo.

Rooney. Los factores de la desaceleración

Si consideramos los volúmenes exportados los resultados son dispares. Las exportaciones de plata crecieron 37.8%, y las de cobre 3.8%. Sin embargo, las ventas externas de oro, sufrieron una caída de 6.3%.

Frente al escenario de un 2015 con precios bajos de los metales, el factor que podría impulsar las exportaciones sería la puesta en marcha de nuevos proyectos mineros.

Sin embargo, la puesta en marcha de nuevas inversiones y proyectos se ven negativamente afectadas como consecuencia de:

- la falta de seguridad jurídica

- los altos costos de explotación y construcción

- las dificultades para disponer de divisas e importar

- la falta de acceso al crédito internacional de Argentina

- la propia crisis de los precios del sector que hace difícil la financiación de las inversiones por parte de los bancos

El excelente marco de seguridad jurídica que dió origen al crecimiento de la industria minera en Argentina no se mantuvo a lo largo de los últimos 10 años.

Esta realidad provocó que se desarrollaran solo los proyectos mineros chicos o medianos.

Aquellos proyectos que se caracterizaban por su bajo costo de infraestructura, que utilizaban equipos en gran medida usados y con una vida útil inferior a los diez años, lo cual, junto al buen precio del oro, hizo posible que se repagasen en pocos años, escapando así del riesgo político y de la volatilidad de los precios de los commodities.

Este contexto hizo que el desafío de la inseguridad jurídica, la suba de los costos de los equipos y el atraso cambiario, con su impacto en la mano de obra, casi desaparecían al ser tan corto el período de repago.

Hay algunos proyectos avanzados que podrían comenzarían a producir en 2015, como Salar de Olaroz, Cauhcarí Olaroz y Cerro Negro, con resultados hoy difíciles de prever considerando que sus costos de inversión resultaron significativamente más altos debido al atraso cambiario, el alto costo de la mano de obra de construcción, los conflictos laborales, los impuestos incrementales a nivel Nacional y Provincial, las dificultades para importar y en algunos casos la participación compulsiva en las ganancias del negocio.

Sin embargo, los proyectos grandes como Agua Rica, el Pachón, Pascua Lama y Rio Colorado, están muy retrasados y/o en duda, dado el contexto de mediano plazo de los precios y la falta de seguridad jurídica.

Salar de Olaroz sumó más Litio a la minería argentina

Es una realidad que sin cambios sustanciales concretos en el marco de la seguridad jurídica, que fortalezcan la confianza sobre el futuro, unidos a una hipótesis de mercados internacionales de commodities más optimista, es poco probable que esta situación se revierta para lograr desarrollar esos grandes proyectos mineros.

En conclusión, lo que si podemos decir, es que Argentina debido a todo su pasado de inseguridad jurídica y macroeconómica, ha postergado proyectos de mucho interés geológico y con gran desarrollo de infraestructura, que seguramente resultarán de mucho interés para los gobiernos nacional y provincial por las externalidades positivas que generarán.

En definitiva, la visión optimista de largo plazo es que en Argentina muchos de esos proyectos accesibles, que en otros países han sido largamente aprovechados, están aun disponibles por la falta de apetito de los inversores en el país, lo que torna aun más atractivo poner en evidencia los cambios necesarios para que esa situación negativa se revierta.

El ciclo esperable de los commodities le dará el tiempo necesario para que en Argentina podamos hacer esos cambios y presentarnos como una alternativa competitiva para recibir inversiones en los próximos años, cuando el ciclo se revierta.