Arabia Saudita, el mayor exportador de crudo del mundo, está tratando de mantener su participación en el mercado mundial de petróleo en medio de una competencia que la enfrenta con sus aliados tradicionales en Estados Unidos y países del Golfo Pérsico.
El año pasado, las exportaciones de petróleo del reino se redujeron 5,7% en comparación con 2013. En los dos primeros meses de 2015, los envíos de crudo a su cliente de mayor crecimiento, China, cayeron a sus niveles más bajos desde 2011, según la Administración General de Aduanas del país asiático. Y sus ventas a EE.UU. fueron en enero casi la mitad de lo facturó el año anterior, según la Administración de Información de Energía estadounidense. China y EE.UU. son los mayores importadores de crudo de Arabia Saudita, con 10% y 8% de la producción del reino, respectivamente.
En China, Arabia Saudita sufre por la depresión de la demanda y debido a las mejores ofertas de sus rivales Rusia, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. En EE.UU. enfrenta la competencia de los productores locales de crudo extraído de formaciones de esquisto, que con su abundante oferta han contribuido a la espiral descendente de los precios globales del crudo.
Esta es una situación poco familiar para Arabia Saudita, considerado durante mucho tiempo el actor clave del mercado mundial del petróleo, y refleja el nuevo orden que está emergiendo en el mercado global de crudo, cuyo precio ha caído 50% desde junio pasado. La situación también pone de relieve los riesgos que Arabia Saudita tomó en noviembre cuando convenció a los otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a dejar de lado su tradicional política de apuntalar los precios cuando el mercado se desploma. Arabia Saudita y la OPEP continuaron bombeando y dejaron que los precios del crudo siguieran cayendo.
El reino suponía que sus vastas reservas de petróleo barato de producir lo posicionaría para mantener su cuota de mercado, e incluso conseguir nuevos clientes después de que a principios de este año los precios del Brent cayeran por debajo de US$50 el barril, comparado con un máximo de US$115 en 2014.
En cambio, el país se ha visto obligado a pelear con otros miembros de la OPEP, recortando el precio de venta a sus clientes asiáticos seis veces en nueve meses. A pesar de ello, Rusia y los aliados de Arabia Saudita en el Golfo Pérsico ganaron en poder de negociación, cerrando mejores acuerdos con China y con refinerías en India y Europa, según analistas de la industria. Kuwait, por ejemplo, aumentó el año pasado sus exportaciones mediante la firma de un acuerdo de suministro a 10 años con China Petroleum & Chemical Corp. , la mayor refinería de China también conocida como Sinopec.
La competencia podría intensificarse a medida que países del Golfo Pérsico como Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos se preparan para aumentar su producción y mantener así su cuota de mercado, ya que se espera que la demanda mundial de energía aumente en la próxima década.
“Arabia Saudita tendrá que competir de manera más agresiva con los demás miembros de la OPEP”, dijo John Hall, director de Alfa Group, consultora del Reino Unido, y un observador veterano de la organización petrolera. “Pero puede que Arabia Saudita no sea el ganador”.
Kuwait se ha fijado como prioridad incrementar su capacidad de producción de 3,2 millones de barriles por día en la actualidad a cuatro millones para 2020, mientras que los Emiratos Árabes Unidos quieren aumentar su producción de cerca de 3 millones de barriles diarios a 3,5 millones para 2017.
La participación en la producción global total de crudo de Arabia Saudita descendió ligeramente en 2014 en comparación con 2013, de 10,3% a 10,2%, según la Agencia Internacional de Energía, un organismo de control con sede en París.
Estas dificultades de Arabia Saudita ocurren cuando el mercado mundial de petróleo tiene un exceso de oferta de entre uno y dos millones de barriles de petróleo por día, según estiman analistas. El miércoles, un informe de la Administración de Información de Energía de EE.UU. mostró que los inventarios de crudo de ese país se dispararon la semana pasada a un récord de 14 años. Mientras tanto, la demanda mundial está aumentando, pero está disminuyendo en los países industrializados.
Funcionarios petroleros de Arabia Saudita han dicho que pueden resistir los bajos precios del crudo. Con US$750.000 millones de reservas en divisas, el país puede cubrir a estos precios sus necesidades de gastos durante al menos ocho años, han dicho funcionarios del reino. Los Emiratos y Kuwait pueden administrar sus presupuestos a precios del barril mucho más bajos que los que puede soportar Arabia Saudita, US$77,3 y US$54, respectivamente, en comparación con US$106 por barril para el reino, según analistas.
A pesar de la caída de los precios, la producción proveniente de formaciones de esquisto en EE.UU. no ha disminuido, lo que subraya su capacidad de resistir la guerra de precios de los sauditas, pese a tener costos de producción más altos.
Funcionarios del reino han dicho que a largo plazo es mejor para ellos apuntalar su participación en el mercado que recortar suministros para inflar los precios. Con EE.UU. produciendo más de nueve millones de barriles por día, no está claro hasta qué punto un recorte de la producción de Arabia Saudita o de la OPEP podría hacer subir los precios del petróleo.
En un discurso pronunciado en marzo en Alemania, el ministro de Petróleo saudita, Ali al-Naimi, describió los esfuerzos de su país por mantener su cuota de mercado como una “cruzada”. El funcionario dijo que el reino tenía ventajas, incluyendo uno de los crudos más baratos de producir del mundo. “Es una ventaja que vamos a utilizar, como cualquier productor lo haría, para ayudar a los clientes globales que dependen del suministro”, señaló Naimi.
El jueves, Ibrahim al-Muhanna, un alto asesor del ministerio de Petróleo de Arabia Saudita, defendió en un discurso la decisión de la OPEP de no disminuir la producción. Desde la década de los 70, dijo, la organización ha reducido la producción 19 veces, pero los precios sólo han subido en ocho oportunidades.
Muhanna aseguró que la idea de una guerra de precios dentro de la OPEP es “un concepto imaginario”. El funcionario agregó que algunas compañías petroleras pueden ofrecer ofertas especiales, pero no las de Arabia Saudita. “Es difícil imaginar una guerra de precios entre las compañías petroleras de la región del Golfo, ya que es poco práctico y perjudicaría a los estados y las empresas productoras”, anotó.
De todas formas, hay indicios de que los bajos precios del petróleo están afectando a Arabia Saudita. La petrolera nacional Saudi Arabian Oil Co., conocida como Saudi Aramco y el mayor productor de petróleo del mundo, está recortando costos, dijeron funcionarios, y recientemente obtuvo nuevas líneas de crédito por US$10.000 millones para mantener su flexibilidad financiera. Aramco está buscando que sus contratistas de servicios petroleros bajen sus propios costos en 20%. Analistas y observadores de la industria señalaron que la compañía se está beneficiando de los bajos costos de endeudamiento para financiar futuras adquisiciones.
En marzo, Aramco bombeó alrededor de 10,3 millones de barriles diarios, un récord. Parte de ese crudo, que en otra época se habría exportado, puede haber sido en cambio enviado a las nuevas refinerías que Arabia Saudita ha construido en los últimos años para protegerse de los precios, dijeron analistas. Como parte de su campaña para diversificar su economía y aumentar su participación en los mercados mundiales de crudo y derivados del petróleo, Arabia Saudita planea convertirse para 2017 en el segundo mayor exportador global de productos petrolíferos refinados, después de EE.UU.
“Con sus refinerías, Arabia Saudita ha creado un nuevo mercado” dijo Jason Gammel, analista de petróleo de Jefferies en Londres.
Estos movimientos se producen en un momento delicado para la OPEP. Con un acuerdo político en marcha para levantar las sanciones que pesan sobre Irán, las reservas de petróleo de este país podrían eventualmente inundar el mercado y presionar a la organización para que apuntale los precios. Irán, otro miembro de la OPEP, ha dicho que quiere duplicar sus exportaciones de petróleo si se levantan las sanciones. Los analistas estiman que el país podría añadir entre 500.000 y un millón de barriles por día al mercado global.
Al mismo tiempo, las alianzas internas de la OPEP se están debilitando con miras a su próxima reunión de junio. Arabia Saudita ha sido tradicionalmente el líder de la organización, pero sus aliados más cercanos, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, están ahora entre sus mayores competidores en el mercado. También están cambiando los vínculos de larga data entre importadores y exportadores de la OPEP.
Durante los dos primeros meses de 2015, las exportaciones de petróleo de los Emiratos y Kuwait a China crecieron 116% y 98% respectivamente, comparado con el mismo período del año anterior. Estos son récords históricos, según la Administración General de Aduanas de China, y han sido logrados a costa de Arabia Saudita. En noviembre, Kuwait también desplazó al reino como el principal proveedor de petróleo de Taiwán, según dijo la Administración de Aduanas en Taipei.
El acuerdo de suministro por 10 años entre Kuwait y Sinopec es un buen ejemplo de la clase de contratos a largo plazo que los productores del Golfo están utilizando para asegurar su clientela. En virtud del acuerdo —que está casi duplicando las ventas de petróleo de Kuwait a Sinopec a 300.000 barriles al día—, Kuwait cubrirá también los costos de transporte, dijo un funcionario petrolero kuwaití.
A pesar de que Arabia Saudita pierde negocios en Asia, depende cada vez de ese continente, que el año pasado adquirió casi 66% de las exportaciones de crudo del reino comparado con 60% en 2006, según un informe de marzo de la firma Wood Mackenzie. Esto se debe en parte a que Arabia Saudita ha perdido clientes frente a los productores estadounidenses de esquisto, a pesar de los recortes de precios que ha hecho en el mercado de EE.UU.
Motiva Enterprises LLC, un refinería que opera en la costa del Golfo de México y que es en parte propiedad de una filial de Saudi Aramco, ha estado comprando menos crudo de Arabia Saudita y comparativamente más de Angola y Venezuela, que tienden a ser más competitivos debido a costos de transporte más bajos. En diciembre de 2014, las ventas sauditas a la refinería cayeron 27% en comparación con el año anterior, según datos de la Administración de Información de Energía.
En Europa Occidental, Arabia Saudita ha amenazado con dejar de abastecer a clientes que no acepten comprar volúmenes fijos, pero la amenaza tuvo un éxito limitado. En Italia, Irak acaba de superar al reino como el principal vendedor de crudo, de acuerdo con la Unione Petrolifera, la agencia de la industria de la refinación del país.
“Esto se va a poner cada vez peor”, dijo Amy Myers Jaffe, directora ejecutiva de energía y sostenibilidad de la Universidad de California en Davis.