El costo de la energía en la región ha experimentado un descenso en los dos últimos años, pero en Uruguay esa reducción ha sido notoriamente menor a la de Argentina, Brasil y Chile. Es así que el país ha perdido competitividad frente a los vecinos y existen emprendimientos que ven peligrar su subsistencia y que han acortado la producción, y han aplazado inversiones por los valores de la energía. Uno de esos casos es la empresa Efice, que produce cloro y cáustica, y se trata del principal consumidor privado de energía eléctrica del país en términos absolutos.
El costo de la energía eléctrica para el sector industrial en Uruguay medida en dólares se redujo 16,4% en los dos últimos años a febrero, un valor bastante menor a las naciones del Cono Sur, según el informe de febrero de la consultora SEG Ingeniería. En promedio, los precios de la electricidad para ese sector en Argentina, Brasil y Chile cayeron 20,1% en ese período.
En concreto, la energía industrial cuesta en Uruguay 61,5% más que en la media de la región, lo que significa que la brecha se abrió otros siete puntos porcentuales en los últimos dos años. En Argentina el precio de la energía industrial bajó 34%, en Brasil 26% y en Chile 6%, en el período considerado.
“El 50% de consumo energético es eléctrico; somos la industria que más incide en energía eléctrica en el país”, afirmó a El Observador, Néstor Gómez, presidente de Efice, cuya planta industrial se ubica sobre la ruta 1 en el departamento de San José. El empresario contó que ya hace dos años le plantearon la situación a las autoridades –las nuevas también están al tanto de la situación– y que hasta el momento no han acudido al pedido de Efice: que sus costos de energía se equiparen frente a los competidores regionales para así no convertirse en una empresa importadora.
“El precio que pagamos a UTE, si bien es el más barato del país, con los aumentos en precio en dólares hemos llegado a estar pagando el doble de precio que pagan nuestros competidores de Argentina y Brasil. Estamos en desventaja competitiva injusta y difícil de sostener”, señaló Gómez.
El titular de Efice también aseguró que se trata de un asunto de soberanía; esta firma es la que provee de productos a OSE para la potabilización del agua. “No podemos dejar que marcas argentinas se hagan cargo de esto. Ante cualquier conflicto diplomático tendrán por dónde agarrarnos de las orejas”, afirmó. “El aumento de los costos en dólares ha sido permanente y bastante más alto que la media. Las fábricas que hay en Argentina y Brasil, que son 20 veces más grandes, cuentan con costos generales más baratos que nosotros”. Durante este tiempo las diferencias se han ubicado en 50% más caro que las firmas de esos países y, con la devaluación de Brasil, en 65% con las de esa nación.
Es así que ante la brecha en costos de energía frente a la región, Efice realizó una serie de recortes en la producción para sostener el negocio, relató Gómez, porque de lo contrario solo lo podría salvar un “milagro económico”. A partir del 1° de julio y por tres meses trabajaron en un 30% de su capacidad, apagando las máquinas durante las horas pico de costo eléctrico. “Las plantas de cloro están diseñadas para trabajar las 24 horas todos los días del año. Parar una planta es todo un problema en el apagado y encendido de máquinas”, dijo Gómez. Pasados tres meses, pasaron a producir en 60%.
El costo de la energía en la región ha experimentado un descenso en los dos últimos años, pero en Uruguay esa reducción ha sido notoriamente menor a la de Argentina, Brasil y Chile. Es así que el país ha perdido competitividad frente a los vecinos y existen emprendimientos que ven peligrar su subsistencia y que han acortado la producción, y han aplazado inversiones por los valores de la energía. Uno de esos casos es la empresa Efice, que produce cloro y cáustica, y se trata del principal consumidor privado de energía eléctrica del país en términos absolutos.
El costo de la energía eléctrica para el sector industrial en Uruguay medida en dólares se redujo 16,4% en los dos últimos años a febrero, un valor bastante menor a las naciones del Cono Sur, según el informe de febrero de la consultora SEG Ingeniería. En promedio, los precios de la electricidad para ese sector en Argentina, Brasil y Chile cayeron 20,1% en ese período.
En concreto, la energía industrial cuesta en Uruguay 61,5% más que en la media de la región, lo que significa que la brecha se abrió otros siete puntos porcentuales en los últimos dos años. En Argentina el precio de la energía industrial bajó 34%, en Brasil 26% y en Chile 6%, en el período considerado.
“El 50% de consumo energético es eléctrico; somos la industria que más incide en energía eléctrica en el país”, afirmó a El Observador, Néstor Gómez, presidente de Efice, cuya planta industrial se ubica sobre la ruta 1 en el departamento de San José. El empresario contó que ya hace dos años le plantearon la situación a las autoridades –las nuevas también están al tanto de la situación– y que hasta el momento no han acudido al pedido de Efice: que sus costos de energía se equiparen frente a los competidores regionales para así no convertirse en una empresa importadora.
“El precio que pagamos a UTE, si bien es el más barato del país, con los aumentos en precio en dólares hemos llegado a estar pagando el doble de precio que pagan nuestros competidores de Argentina y Brasil. Estamos en desventaja competitiva injusta y difícil de sostener”, señaló Gómez.
El titular de Efice también aseguró que se trata de un asunto de soberanía; esta firma es la que provee de productos a OSE para la potabilización del agua. “No podemos dejar que marcas argentinas se hagan cargo de esto. Ante cualquier conflicto diplomático tendrán por dónde agarrarnos de las orejas”, afirmó. “El aumento de los costos en dólares ha sido permanente y bastante más alto que la media. Las fábricas que hay en Argentina y Brasil, que son 20 veces más grandes, cuentan con costos generales más baratos que nosotros”. Durante este tiempo las diferencias se han ubicado en 50% más caro que las firmas de esos países y, con la devaluación de Brasil, en 65% con las de esa nación.
Es así que ante la brecha en costos de energía frente a la región, Efice realizó una serie de recortes en la producción para sostener el negocio, relató Gómez, porque de lo contrario solo lo podría salvar un “milagro económico”. A partir del 1° de julio y por tres meses trabajaron en un 30% de su capacidad, apagando las máquinas durante las horas pico de costo eléctrico. “Las plantas de cloro están diseñadas para trabajar las 24 horas todos los días del año. Parar una planta es todo un problema en el apagado y encendido de máquinas”, dijo Gómez. Pasados tres meses, pasaron a producir en 60%.