En la Universidad de los Andes nació la idea de unir cobre con la fabricación de calcetines. Era 2007 cuando Roberto Javier Aste, tercera generación de la familia Aste en Monarch, participó de una clase de procesos químicos mientras cursaba los últimos años de Ingeniera Industrial. El profesor exponía un estudio sobre los beneficios del metal rojo, mostrando láminas de personas heridas en los pies y cómo usando productos fabricados con el mineral se recuperaban.
Al término, Aste se acercó al académico y le comentó que su familia comercializaba calcetines. Ahí comenzó el vínculo con la textil, unión que se materializó en 2010, cuando Monarch lanzó los primeros calcetines con fibras de cobre.
El proyecto se hizo en conjunto con Copper Andino, firma pionera en desarrollos con cobre, cuyo cofundador, Luis Améstica, era el profesor de Aste. Pero en la iniciativa también colaboró Codelco, la que lleva varios años fomentando el conocimiento del mineral en la población y también su uso.
La apuesta con Monarch ha sido exitosa. Hoy vende al año un millón de pares de calcetines de cobre, lejos de los 300.000 del primer año y 800.000 de 2013. “La gente ha estado muy contenta con nuestros productos. Las mismas ventas lo avalan”, destaca Aste, hoy gerente de producción de la firma. Dado el buen recibimiento, Monarch amplió la línea textil con cobre y ahora incluye ropa interior, camisetas, además de una línea deportiva y otra térmica.
Una oferta generosa
El interés de Codelco por diversificar el uso del cobre va en alza. La principal empresa pública chilena apoya a varias firmas innovadoras que están sacando al mercado una larga lista de productos que usan metal rojo, abriendo una línea de negocios atractiva y complementaria a su giro tradicional.
Toallas, peinetas, zapatos, herraduras, instrumentos hospitalarios y también implementos de oficina como, por ejemplo, el mouse del computador con aplicaciones de cobre son muestra del potencial desarrollado por la compañía. Para eso tiene Codelco Lab, filial a cargo de desarrollar innovaciones con el uso del metal y partícipe de las patentes detrás de la significativa oferta que hoy está en el mercado.
“Queremos que un portafolio de productos de distintas materialidades y de alto valor agregado potencie la propiedad bactericida del cobre y proteja espacios que van desde hospitales hasta medios de transporte, bajo un modelo de negocio competitivo”, explica Víctor Pérez, gerente de Planificación Estratégica y Desarrollo de Mercados de Codelco. Así, cuando ven el valor y el potencial que tiene una tecnología, “la evaluamos y diseñamos un modelo que le permita llegar al mercado”, añade.
Nuevo fondo de inversión
La estatal hoy impulsa más de 40 iniciativas concretas. Pero quiere más y en 2014 comenzaron a trabajar en el fondo de inversión Aurus III, en conjunto con su socia en Los Bronces, la japonesa Mitsui.
En el fondo también participan Corfo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Su capital asciende a US$ 80 millones -los mayores aportantes son Codelco y Mitsui, con US$ 5 millones cada uno- y tiene como objetivo apoyar proyectos innovadores en el uso de cobre. Aurus III se formalizó en marzo y será lanzado durante la semana Cesco, que comienza mañana. “Con el fondo, los proyectos serán más potentes y se podrá apoyar más y mejores iniciativas”, asegura Pérez.
Robustecer la oferta
Codelco busca elevar la demanda por cobre, pero también que su imagen sea reconocida y valorada por las propiedades que tiene.
“Tenemos reservas por 40 años y es necesario tener una demanda sólida en esos años y ojalá más años”, sostiene el ejecutivo. “Hay un valor en términos de imagen y de creación de valor”, agrega.
La meta de la cuprera es alta, ya que busca aumentar la demanda de cobre en más de 100.000 toneladas anuales al 2020. Precisan que crear un nicho asociado a las propiedades bactericidas del metal genera retornos en términos de creación y defensa del mercado, lo que tiene efecto en el precio. “Nuestros modelos indican que por cada 5.000 a 10.000 toneladas de cobre que desarrollamos en el mercado, su impacto en el precio varía entre US$ 2 a US$ 5 por tonelada”, precisa Pérez.
Jaulas de cobre
Otra área que Codelco desarrolla es la fabricación de jaulas de cobre, a través de su filial EcoSea Farming. La herramienta para el cultivo off-shore de peces comenzó a probarse con salmones y ha sido exitosa. En mayo, de hecho, Codelco instalaría su primer prototipo en Noruega, principal productor de salmón. Además, están llegando a Escocia, Japón, Australia y Canadá. En Chile, en tanto, ya tiene acuerdos comerciales con Ventisquero y Multiexport.
La incursión de jaulas de cobre también se está haciendo, aunque de modo experimental, en la Tercera Región. Rodrigo Sánchez, gerente general de EcoSea, explica que las jaulas se utilizan para la producción del pez denominado palometa o también conocido como dorado, especie tres veces más cara que el salmón. Los peces fueron ingresados al agua en septiembre de 2013. El primer objetivo, relata Sánchez, era demostrar que podían crecer en una jaula marina instalada en el norte de Chile, donde el promedio de la temperatura del agua varía entre 15 y 16 grados Celsius en el año. “Hoy contamos con peces de 2,5 kilogramos de peso, creciendo día a día, y nuestro plan es llevarlos a 3,5 kg en los próximos meses”, adelanta.
Codelco, en tanto, ya vendió el primer sistema a Australia y está cotizando jaulas adicionales para instalarlas ahí y en México. En Chile están en tratativas con potenciales clientes, que evalúan si es factible la inversión en el norte.
¿Es un negocio lucrativo para la minera estatal? Sánchez aclara que en el mundo operan más de cinco millones de sistemas de cultivo y que espacio hay.
“En promedio, podemos señalar que cada sistema de cultivo podría ser diseñado para consumir cinco toneladas de cobre cada uno. Si la tecnología a base de cobre metálico resulta ser la predominante en el futuro, este nuevo mercado podría demandar toda la producción futura de Codelco”, estima el ejecutivo.