Por Alberto Armendariz.
Indignados con la corrupción destapada por el escándalo de sobornos en Petrobras y frustrados por la caída de su economía, los brasileños parecen no estar dispuestos a dejar de ir a las calles para expresar su insatisfacción. Aunque en menor cantidad que los casi dos millones de personas que un mes atrás sorprendieron al gobierno al movilizarse por el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, más de 600.000 brasileños marcharon ayer en las principales ciudades del país al grito de "¡Fuera Dilma!".
Al igual que las protestas del 15 de marzo, esta segunda oleada de manifestaciones, tres meses y medio después de que Dilma inició su segundo mandato, había sido convocada a través de las redes sociales por grupos sin vínculos con partidos políticos, como el Movimiento Brasil Libre, Revoltados Online y Vem Pra Rua. Tenían la idea de reunir más gente que la que salió a las calles el mes pasado, pero según los organizadores unas 687.000 personas participaron esta vez, en tanto que de acuerdo con la policía fueron 675.000.
La mayor concentración se logró, otra vez, en San Pablo, donde las autoridades estimaron en 275.000 la multitud que ocupó la emblemática Avenida Paulista vistiendo camisetas verdeamarelas de la selección nacional de fútbol. Con los mismos colores salieron a las calles en Curitiba, donde la protesta congregó a unas 40.000 personas, en Brasilia (25.000), en Río de Janeiro (12.000), en Belo Horizonte (20.000), en Salvador (5000) y en el resto de las más de 200 ciudades que registraron marchas antigobierno salpicadas por algunos grupos que pedían una intervención militar.
"¡Fuera Dilma! ¡Fuera el PT", eran las proclamas que más se escuchaban en referencia al oficialista Partido de los Trabajadores, acusado de haber instalado en Petrobras un multimillonario esquema de cobro de coimas a constructoras desde que llegó al poder en 2003, con Luiz Inacio Lula da Silva, que no se salvó del repudio: "Lula, usted no sabe de qué es capaz el pueblo", decía un cartel.
"El PT quebró a Brasil. Empezó bien, pero se embriagó con el poder. No tengo nada en contra de la igualdad social, pero lo que están haciendo Lula, Dilma y sus secuaces es robar descaradamente; se han convertido en unos sinvergüenzas que nos están dejando sin futuro", dijo a LA NACION Glaucia Sangiovanni, economista paulista de 52 años.
Desde que se destapó el petrolão, tres ex directivos de la estatal y 36 ejecutivos privados han ido presos; la cúpula de la compañía se vio obligada a renunciar en medio de la pérdida del 40% del valor de sus acciones, y casi 50 políticos son investigados bajo sospecha de haberse beneficiado de los desvíos de la petrolera, que en la última década movieron unos US$ 4000 millones.
"¡Impeachment a los corruPTos", "Dilma, vete a la Cuba que te parió", se leía en unas pancartas de un numeroso grupo al lado de la avenida. El ambiente de fiesta con el que los manifestantes hacían sus reclamos, salpicado por entonaciones del himno, silbidos y golpes de cacerolas, parecía una final de Mundial de fútbol. Pero no todos estaban contentos.
"Hoy hay menos personas. Esperaba más gente que el 15 de marzo, y muchos no compran, tal vez por la recesión", se lamentó el vendedor ambulante Ballano Aristóteles Silva, 45 años, que aseguró que aunque votó por Lula y por Dilma, hoy está muy desencantado por el nivel de corrupción y el mal manejo económico.
En 2014, el PBI de Brasil creció apenas un 0,1%, mientras que para este año se espera una contracción del 1%. Todo esto en medio de déficits históricos tanto en el presupuesto como en la balanza comercial, y con una inflación que ya supera el 8%.
"Esto ya no se aguanta más. Son unos incompetentes para manejar el país y lo único que saben hacer bien es robar", se quejó el biólogo paulista Rodrigo Paiva, 38 años, para quien no es una sorpresa que la presidenta Rousseff cuente con sólo un 13% de aprobación.
Según una encuesta divulgada anteayer por Datafolha, el 75% de los brasileños respalda las manifestaciones contra el gobierno y un 63% defiende que el Congreso inicie el juicio político a Rousseff. Los números son alarmantes si se tiene en cuenta que en el Parlamento el principal aliado del PT, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que tiene las presidencias de ambas cámaras, está cada vez más enemistado con Dilma.
En medio de todo este descontento, algunos grupos menores aprovecharon para insistir en su exhortación a una intervención militar.
Sin embargo, el ánimo que primó durante las manifestaciones era mayoritariamente democrático.
"No hay espacio para que vuelvan los militares. Nuestro tiempo es otro. Yo quiero una democracia plena, llena de vigor, con una ciudadanía activa que exija a los gobernantes respeto de la ley y de nuestros derechos, una ciudadanía como la que estamos viendo hoy despertar en las calles de todo Brasil", destacó el administrador Robson Sagula, 59, envuelto en una bandera.
Las movilizaciones en casi todo el país se registraron un mes después de las masivas manifestaciones en contra de la política de Rousseff.
Entretanto que las protestas de este domingo se realizaron en momentos en que la mandataria brasileña cumplió los primeros 100 días de su segundo mandato.
Descontentos con gestión de gobierno
Según informó Prensa Latina, la marcha fue convocada a través de las redes sociales. Tanto las marchas como las concentraciones se realizaron de manera pacífica.
La Policía Federal se encargó de velar por el orden en las calles y estimó que la cantidad de manifestantes “fue menor al de marzo último, cuando se reclamó hasta la salida del gobierno de Rousseff”.
Según se informó, la ciudadanía expresó su descontento con la gestión de Rousseff en segundo mandato, por el aumento de impuestos, la inflación y la suba de las tarifa de agua y electricidad.
También se indicó que el crecimiento económico del Brasil “cercano a cero”, llevó al gobierno de Rousseff a impulsar una política de “ajuste fiscal y de recortes presupuestarios, con miras a reanimar la industria y otros servicios”.
De todos modos, el gobierno asegura que tales iniciativas se llevan adelante “sin afectar los programas sociales, como ‘Bolsa de Familia’ y ‘Mi casa Mi vida’, que aseguran un mejor nivel de vida para millones de brasileños”.
La Policía Federal de Brasil arrestó a tres exdiputados y otras cuatro personas en una nueva fase de la operación que investiga el gran caso de corrupción que tiene en su eje a la petrolera estatal Petrobras, informaron fuentes oficiales.
Fueron arrestados André Vargas, correligionario de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en el Partido de los Trabajadores (PT); Pedro Correa, del oficialista Partido Progresista (PP) y Luiz Argolo, del opositor Solidaridad (SD).
Correa es uno de los condenados por el llamado “juicio del siglo”, referente a otro sonado caso de corrupción destapado en 2005 y que puso contra las cuerdas al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, y quien cumplía su pena en régimen semiabierto.
La Policía arrestó también a otras cuatro personas: la secretaria de Argolo, Elisa Santos; el hermano de Vargas, León Vargas, y otros dos identificados como Iván Mernon da Silva Torres y Ricardo Hoffmann.
Además la Policía pretendía efectuar hoy nueve órdenes de detención temporal y otras 16 de búsqueda y aprehensión de pruebas en Brasilia y en los estados de Río de Janeiro, Sao Paulo (sureste); Bahía, Ceará y Pernambuco (noreste); y Paraná (sur).
Los arrestados son investigados por delitos como asociación ilícita, corrupción, fraude en licitaciones, lavado de dinero, tráfico de influencias y uso de documentos falsos.
La investigación no se restringe a irregularidades en Petrobras y se extiende a otros organismos públicos de administración federal, según informó la Policía Federal.
Estas detenciones suman un nuevo capítulo al gigantesco escándalo de corrupción destapado hace un año que tiene en su centro a la petrolera estatal, pero que según las investigaciones se puede extender a numerosas obras públicas.
Según los investigadores, Petrobras firmaba contratos fraudulentos con un grupo de constructoras y otros proveedores, que elevaban los precios artificialmente en parte para enriquecerse y en parte para pagar sobornos a altos ejecutivos de la petrolera y a decenas de políticos que facilitaban los negocios ilegales.
Las corruptelas se prolongaron durante más de diez años, pero incluso pudieron iniciarse en la década de 1990 y desviaron una cantidad no precisada de miles de millones de dólares.
A lo largo de las investigaciones, han sido arrestados cinco ex altos cargos de Petrobras y una decena de ejecutivos de importantes constructoras.
Algunos de los detenidos aceptaron acuerdos de colaboración con la justicia a cambio de una futura reducción de pena y denunciaron a unos 50 políticos que habrían permitido las ilegalidades, entre ellos los presidentes de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y del Senado, Renan Calheiros.
Otro de los arrestados es el tesorero del PT, Joao Vaccari, que está imputado por corrupción, asociación ilícita y lavado de dinero, aunque él niega vehementemente el cobro de comisiones para él o para el partido de Rousseff.
La gigante brasileña Petrobras estimó pérdidas de entre 5,000 y 6,000 millones de reales, que equivalen a entre US$ 1,300 millones y US$ 1,400 millones, por el escándalo de corrupción denominado Operación Lavado de Autos.
Según un un informe del diario Folha de Sao Paulo, citando fuentes que actuaron en la revisión de los contratos, los valores deberán aparecer en el balance financiero de la empresa del 2014, que sería difundido en las próximas semanas.
El informe señala que el valor aproximado de 6,000 millones de reales corresponde a un 3% de los activos sujetos a algún tipo de desvío.
Anteriormente, Petrobras dijo que aún no tiene una fecha para publicar los resultados auditados de su tercer y cuarto trimestre, retrasados por culpa del escándalo de corrupción.
La petrolera estatal brasileña dijo que continúa trabajando para divulgar los resultados financieros “lo antes posible”.
El miércoles un miembro de la junta directiva de Petrobras dijo a Reuters que la empresa podría someter a votación la publicación de sus resultados el 17 de abril.
Las acciones de Petrobras que cotizan en Estados Unidos subieron el jueves un 2% a US$ 7.69 en las operaciones previas a la apertura del mercado, luego de que la presidenta Dilma Rousseff dijera que la compañía había finalizado la purga tras el escándalo de corrupción.
La Sofofa y el gremio empresarial brasileño (CNI) firmaron un acuerdo para impulsar iniciativas que promuevan el comercio de bienes, servicios e inversiones entre ambos países.
Paulo Tigre, vicepresidente de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil:
El vicepresidente de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil, Paulo Tigre, visitó Chile la semana pasada y firmó un acuerdo de colaboración con la Sofofa.
- ¿De qué se trata el acuerdo que firmó la CNI con la Sofofa?
"La idea es buscar acuerdos, discutir y trabajar juntos en proyectos de competitividad, en desburocratización, ver cómo es posible agilizar y dar velocidad a los negocios. Crear una plataforma favorable para los dos países y ayudar con otras condiciones y estructuras".
- ¿El objetivo entonces es eliminar las trabas burocráticas?
"Es la gran dificultad que tenemos. Burocracia, leyes y medidas que no ayudan para nada. Hoy se necesita productividad para ser competitivo. Tenemos que crear condiciones y acelerar los procesos".
- ¿Este acuerdo puede significar un precedente para unir las partes en un debilitado Mercosur?
"Un buen ejemplo de trabajo entre Chile y Brasil puede ser un buen ejemplo para el Mercosur. El Mercosur tiene dificultades. Un buen ejemplo es trabajar juntos, trabajar en proyectos. Es un buen ejemplo para que el Mercosur se fortalezca".
- Pasando al terreno local, ¿han afectado la confianza del inversor casos de corrupción como los de Petrobras?
"Creo que no afectó la relación comercial. Tal vez en los rubros que están más ligados a esos sectores, como el petróleo, tienen problemas, porque la inversión petrolera es muy grande en Brasil. Estamos teniendo una limpieza en el país a raíz de la situación de corrupción. Las obligaciones continúan y los controles van a ser mayores. Yo creo que esto será un beneficio, para tener un país más saludable, más serio. Con posibilidades de crecimiento mayor".
- Varios economistas ya estiman una recesión en Brasil para 2015, ¿cómo se puede salir de esta situación?
"Básicamente, la recesión es mundial, algunos países están revirtiendo su momento económico, como Estados Unidos. El mundo continúa en una crisis. Desde 2008 el mundo no cambió. Europa está en dificultades, España pasó por dificultades con altos niveles de desempleo. Va a ser un año difícil tanto para Brasil como para América Latina".
- ¿Comparte la postura de la Presidenta Dilma Rousseff sobre hacer un recorte fiscal en la economía?
"Es necesario. Si uno gasta más que las reservas... uno no puede trabajar dando una serie de beneficios si como contrapartida no tiene crecimiento".
- Podría destacar algún sector que sea vea más afectado que otro por esta situación económica?
"Cuando la economía no va bien, todos los sectores se ven afectados. Cuando se juntan elementos políticos con económicos, la situación se torna un poco más complicada".
"Cuando se juntan elementos políticos con económicos, la situación se torna un poco más complicada"