Aquella imagen donde largas extensiones de campos son ocupadas con molinos eólicos y paneles fotovoltaicos todavía pertenece a la ciencia ficción. Pese a su crecimiento, las energías limpias aún distan de ser un reemplazo estable y abundante para los combustibles fósiles. El año pasado, la capacidad instalada de la –por ahora– hermana mayor de la solar, la energía eólica, tuvo un fuerte salto y sumó cerca de un 50% de capacidad.
Mientras que en algunos países desarrollados la cobertura de la energía eólica trepa hasta el 20%, en nuestro país es apenas de medio punto porcentual. De todos modos, el crecimiento de este tipo de generación fue de un 37% en comparación con los registros del 2013. Y se espera que este año pueda tener un rendimiento similar.
Las señales de expectativa para esta industria trascienden las barreras del optimismo, aun pese a los signos negativos que atravesó el sector, fundamentalmente en la golpeada Europa. Según la Asociación Mundial de Energía Eólica (WWEA), durante el 2014 se instalaron torres y molinos en todo el mundo por 51.477 megavatios de capacidad instalada, lo que supone un aumento del 44% respecto de las inversiones del año anterior.
Del mismo informe se desprende que, de mantenerse el ritmo actual de los inversionistas, la energía eólica podría duplicar su capacidad internacional en los próximos cinco o seis años. Actualmente, la potencia total en todo el mundo ronda los 370.000 megavatios, frente a los 185.000 megavatios de potencia fotovoltaica conectada a las redes domiciliarias.
Los indicadores muestran que el crecimiento de las energías verdes, principalmente la solar y en segundo plano la eólica, se extiende con fuerza en los últimos años. Por ejemplo, aun con la crisis que arrastran varios países europeos, en el 2013 se consiguió una nueva cifra récord en proyectos eólicos. Ocurrió en los principales mercados, que sumaron 44.000 megavatios más respecto del 2012.
De allí se desprende que en España la cobertura de la demanda con energía eólica alcanza el 20,4%, mientras que en otros países, como Dinamarca, Portugal, Irlanda, Alemania o Reino Unido ya superaron la barrera del 10% o más.
UNA APUESTA GLOBAL
El ranking de potencia instalada para los doce primeros países está encabezado por China, líder indiscutido del sector, al contar con una capacidad total de 115.000 megavatios. Los orientales instalaron 23.300 megavatios durante el 2014, logrando una cifra inédita, hasta ahora no igualada por ningún otro país en un período de doce meses. En tanto Alemania, que ocupa el segundo lugar, instaló molinos que producen 5.800 megavatios y Estados Unidos cuenta con nuevas instalaciones que producen un total de 4.900 megavatios.
En nuestro país, la energía eólica representa el 0,47% del mercado de generación. En todo el año pasado se produjeron 613 GW/h contra más de los 120.000 GW/h de la térmica e hidráulica en conjunto. De todos modos fue la generación que mayor crecimiento de infraestructura tuvo, en la comparación anual: 37,4%.
Pese al presente de esta energía limpia, todas las miradas están puestas en la propuesta solar, que ha tenido un crecimiento todavía más espectacular en los últimos años.
Los analistas consideran que a largo plazo lleva las de ganar, pues se trata de una energía verde más barata de producir e instalar, en comparación con el resto de las renovables.
El gobierno de Bélgica pretende incentivar la construcción de cinco nuevos parques eólicos en el país para duplicar la producción de ese tipo de energía en un plazo de cinco años. La meta fijada por el nuevo secretario de Estado para el Mar del Norte, Bart Tommelein, es elevar la producción total de energía eólica en Bélgica hasta 2.2 mil megawatios al año. “El volumen corresponde a la producción de dos centrales nucleares”, señaló Tommelein en un comunicado. La región costera del Mar del Norte, al oeste de Bruselas, cuenta con tres parques de molinos capaces de generar anualmente 712 megawatios de energía a partir de la fuerza del viento. La producción es suficiente para atender las necesidades de 600 mil familias, de acuerdo con los datos del gobierno belga. Tras la ampliación de su parque eólico, el país invertirá en la creación de un polo de almacenamiento de energía que le permitirá guardar temporalmente eventuales excedentes de producción, explicó Tommelein. Según el secretario, los dos proyectos convertirán el sector de la energía eólica en «uno de los que tienen más fuerte crecimiento» en Bélgica.