La compra del negocio de etanol de Maple Energy en el Perú marca el final de una apuesta temeraria de la empresa de energía, donde el riesgo fue pagado no sólo por la compañía, sino también por sus accionistas y los bancos prestamistas involucrados. La oportunidad fue aprovechada por el Grupo Gloria, comprador del negocio.
¿Qué llevó a una empresa inicialmente atractiva como Maple Energy al default y la liquidación de una parte de su negocio?
Maple llegó al Perú en la primera mitad de los noventa, como parte de su proceso de internacionalización. Obtuvo licitaciones para explorar y explotar petróleo y gas en Pucallpa: los lotes lotes 31-B, 31-c y 31–D . La producción inicial fortaleció a la empresa, que inició el desarrollo del proyecto integral Aguaytía. Éste implicaba tanto la extracción de gas natural como la generación y transmisión eléctrica (con plantas de gas natural). El proyecto, que se inició en 1998, requirió una inversión de US$273 millones e implicó el primer desarrollo comercial de un lote de gas natural en el país, según la empresa.
Con ese precedente exitoso, la empresa incursionó en nuevos proyectos y asumirá mayores riesgos. Pese al retiro de una parte de los accionistas iniciales, la empresa apostó por desarrollar el lote de petróleo 31-E de Loreto y un negocio de etanol (biocombustible generado a partir de la caña de azúcar) en Piura. Para financiar estos proyectos, la empresa realizó un listado inicial (Initial Public Offering o IPO) en la bolsa de Londres julio del 2007. Para finales de ese año comenzó a cotizar en la Bolsa de Valores de Lima.
El IPO tuvo una recepción positiva entre los inversionistas, señala Marco Contreras, analista senior de Kallpa SAB. Los precios altos del petróleo y las expectativas sobre los proyectos llevaron a que la acción de Maple superara los US$5 por acción en el 2008 y el 2009. “En esos años, Maple era una junior [empresa pequeña] atractiva y atrajo la atención de diferentes fondos de inversión”, señala Contreras.
Se evaporó el alcohol
La euforia inicial sobre la empresa duró poco. Los resultados de la exploración del lote 31-E fueron decepcionantes. Los recursos y las reservas de petróleo que finalmente se confirmaron estuvieron muy por debajo de las expectativas del mercado, que esperaba un gran proyecto de petróleo, según Carlos Rojas, managing partner de Andino Asset Management. La fuerte inversión en exploración llevó a que la empresa registrara pérdidas cercanas a US$20 millones. A finales del 2009, la acción se desplomó a niveles previos al IPO del 2007.
Desde entonces “el valor de la acción recayó sobre lo que podría hacer la empresa con el proyecto de etanol”, señala Rojas. La empresa se orientó a ese proyecto pese a la falta de conocimiento del mercado de etanol y el alto riesgo de esta actividad. “El Perú es, sin duda, el mejor lugar del mundo para producir caña de azúcar. Los rendimientos son fenomenales”, comentaba por esas épocas Rex Canon, CEO de Maple y uno de sus fundadores. Los precios de las tierras y del agua en la zona del proyecto eran competitivos para la empresa y mejoraban la rentabilidad del proyecto de etanol.
Pero el desarrollo del proyecto tuvo varias dificultades en el camino. Además del retraso de un año por la crisis internacional del 2008, “la empresa tuvo que recurrir a un financiamiento (project finance)a tasas más altas que las del mercado”, señala Rojas. El costo del financiamiento reducía el retorno del proyecto. Posteriormente Maple reconvirtió su deuda, y cuatro bancos se volvieron acreedores: Itaú, Interbank, Bancolombia y Cofide.
La caída del precio del etanol a partir del 2013 terminó por hundir el proyecto. El precio comenzó a caer por la sobreoferta existente en el mercado. A finales del 2014, el precio se desplomó, e impactó por la caída del precio del petróleo (el combustible de referencia).
La empresa tampoco logró consolidar todo el potencial del proyecto. Sólo alcanzó a poner en marcha la primera etapa, que implicaba cultivar 7,500 de las 10,000 hectáreas en total. Dado que la mayoría de sus costos eran fijos, desarrollar la segunda etapa era clave para diluir costos y mejorar la rentabilidad del proyecto, explica Marco Contreras de Kallpa. Sin embargo, la falta de caja y financiamiento impidió a Maple desarrollar esta fase.
La menor generación de caja finalmente llevó a que las empresas subsidiarias de Maple encargadas del negocio de etanol incumplieran el pago de la deuda. Maple debió liquidar el negocio para reducir su deuda. El Grupo Gloria aprovechó esta oportunidad para adquirir un negocio que puede integrar a sus operaciones existentes de etanol. Su empresa Coazúcar es el principal productor de azúcar en el Perú.