La Ruta 151 corta casi en mitades idénticas el territorio petrolero más rico de Río Negro. Con la precisión del acero quirúrgico, la traza divide en izquierda y derecha los campos hidrocarburíferos del norte provincial. A 40 kilómetros de Catriel, un cartel vial indica con nitidez que se está muy cerca de la tranquera de acceso al área Entre Lomas. Son 337,2 km² que se reparten casi por partes iguales entre suelo rionegrino y neuquino.
Un acceso pavimentado lleva, entre cigüeñas y jarillas, hasta la caseta de seguridad donde un par de guardias custodia el ingreso a las instalaciones de un yacimiento con más de 40 años. Planilla en mano, los uniformados controlan, día a día, el ingreso de 89 de los 110 empleados que en total tiene la compañía Petrolera Entre Lomas SA (Pelsa), operadora del rico subsuelo desde el primer metro cúbico de crudo que entregó.
La escena es tranquila. Como si el tiempo no se perdiera. La era de los no convencionales parece no haber llegado. Vaca Muerta allí es nada. Es cero. Las formaciones Tordillo, Quintuco y Sierras Blancas son las que siguen entregando, después de 562 pozos y varias décadas, toda la riqueza que guarda la zona. El mapa no convencional esquivó la geografía de Entre Lomas por algunos kilómetros, sin embargo eso no parece desalentar al equipo de la petrolera nacional.
La semana pasada presentaron en sociedad el PB-217, uno de los siete pozos de desarrollo comprometidos en el plan de inversiones presentado ante el gobierno de Río Negro para renegociar el área por diez años más (para cuando deban pedir una nueva prórroga habrán pasado 56 años en actividad). Con un costo de 2,5 millones de pesos y unos 15 días de perforación, el pozo entrega 13 mv/día, un volumen "aceptable" para los técnicos de la compañía.
Los objetivos de la petrolera son todos convencionales. Allí la formación Sierras Blancas, a 2.300 metros de profundidad –atravesando Vaca Muerta– es el punto de contacto final para el trépano. Actualmente los ingenieros de producción trabajan con perforaciones verticales sobre los campos rionegrinos, sin embargo tienen algunas pruebas horizontales pero del lado neuquino (ver aparte).
Dentro del área Entre Lomas se encuentran los yacimientos Charco Bayo y Piedras Blancas. En este último se concentran los planes de desarrollo de la compañía. En total la petrolera presentó un plan de inversiones por 672 millones de dólares. El desembolso, que tendrá un fuerte acento en los primeros cuatro años, se repartirá en 226,36 millones de dólares en 28 perforaciones, 4 reparaciones y 6 conversiones; 4 pozos exploratorios (ver aparte) por 17,74 millones de dólares y 39 perforaciones contingentes, de acuerdo con los resultados de exploración, por 142,1 millones de dólares; 32,33 millones de dólares en gastos de contingencia y 252,89 millones de dólares en gastos de desarrollo.
Entre Lomas está controlada accionariamente por Petrobras y Pluspetrol. La ex Perez Companc tiene a la cabeza del directorio a un referente de la industria hidrocarburífera nacional Oscar Vicente. La filosofía de la firma se basa en un fuerte arraigo territorial y sólo busca proyectos de expansión que puedan controlar con la infraestructura que actualmente tiene desplegada en el añejo y completo campamento de Entre Lomas donde, por ejemplo, hay 21 baterías, 9 estaciones compresoras y 4 plantas generadoras.
La firma produjo durante el 2014 alrededor de 5.500 barriles diarios y 600.000 mv de gas/día. Desde la firma confirman que por el momento no hay expectativas de sumarse al boom shale. "Con mantener lo que hay es suficiente", dijo a "Río Negro Energía" un directivo de la compañía quien además reconoció que saldrán a tomar deuda para poder garantizar el cumplimiento de las inversiones comprometidas para este año.
"Vaca Muerta es como una palangana al revés –explica en versión para novatos– y nosotros estamos en una de las partes menos profundas", dice uno de los técnicos de Entre Lomas. La afirmación busca disuadir, de una sola vez, las preguntas respecto de los planes a futuro de la compañía.
Dentro de los proyectos de la renegociación para el área homónima, la firma tiene en carpeta cuatro pozos exploratorios y, dependiendo de los resultados, otros 39 contingentes. El objetivo de esta exploración será nada menos que otra de las formaciones estrellas de la Cuenca Neuquina: Los Molles.
A más de 3.300 metros de profundidad, el equipo de Entre Lomas buscará delimitar los sweet spots del gas no convencional. Inicialmente el diseño de los pozos será vertical, aunque no descartan avanzar hacia algunas propuestas horizontales.
En subsuelo neuquino, donde además tiene el área Bajada del Palo, la compañía ya realizó experiencias con pozos verticales. Llegaron hasta 1.000 metros de longitud con una curva direccionada pasando los 300 metros y con una producción de 300 barriles/día.
"Hay que tener en cuenta que en la región se hace fractura hidráulica (fracking) desde el '70. Por la madurez de estos campos es necesario estimular los pozos para mejorar la presión y producir", explica uno de los reservoristas de la firma para referirse al plan de desarrollo y exploración.
Aclaran que para los perforaciones verticales que realizan en la actualidad utilizan una cantidad significativamente menor a la que se acostumbra a disponer en los campos más ricos sobre Vaca Muerta. "Acá usamos hasta 300 bolsas de 50 kilos, cuando en el shale se suelen usar 15.000 de estas bolsas", resaltan.