Por Elisabetta Piqué.
En el tradicional mensaje pascual urbi et orbi, a la ciudad y al mundo, el Papa elogió ayer el reciente acuerdo que las potencias firmaron con Irán para limitar el programa nuclear del régimen islámico. "Encomendemos con esperanza al Señor misericordioso el acuerdo alcanzado en estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno", dijo Francisco, que habló desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
El ex arzobispo de Buenos Aires aludió así al acuerdo preliminar firmado el jueves pasado por Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Irán, que limita de manera significativa el programa nuclear iraní durante los próximos 25 años para evitar que construya armas atómicas, con supervisión internacional. A cambio, se prevé que se levanten las sanciones que azotan al régimen y afectan los bolsillos de millones de iraníes (ver Pág. 3).
En su tercer mensaje pascual "a la ciudad y al mundo", que leyó después de la misa de la Resurrección en la Plaza San Pedro ante una multitud, pese a la lluvia, Francisco también hizo una fuerte llamado a la paz en el mundo y un repaso de los puntos calientes del planeta.
"Imploremos al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz", clamó. Como había hecho durante el vía crucis del Viernes Santo, en primer lugar pidió por los cristianos perseguidos, víctimas de la violencia extremista en diversos países, así como "por todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo".
Llamó luego al cese del fragor de las armas en Siria e Irak, y lanzó un reto a la comunidad internacional "para que no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados".
Pidió paz para Tierra Santa y "que crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones". Lo mismo hizo por Libia, "para que se acabe con el absurdo derramamiento de sangre por el que está pasando, así como toda bárbara violencia, y para que cuantos se preocupan por el destino del país se esfuercen en favorecer la reconciliación y edificar una sociedad fraterna que respete la dignidad de la persona".
"Y esperemos que también en Yemen prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población", agregó.
Luego de elogiar el acuerdo alcanzado entre Irán y la comunidad internacional, también pidió paz para Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones de Sudán y la República Democrática del Congo. Y volvió a mencionar especialmente a las personas que allí perdieron la vida, los jóvenes asesinados el jueves pasado en la Universidad de Garissa, en Kenya, los que han sido secuestrados, los que han tenido que abandonar sus hogares y sus seres queridos.
Luego de recordar a la "amada Ucrania" y auspiciar que reencuentre la paz y la esperanza gracias al compromiso de todas las partes interesadas, Francisco fustigó otros males terribles de nuestro tiempo: la esclavitud, el tráfico de drogas y el tráfico de armas.
De hecho, pidió "paz y libertad" para "tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales". Y agregó: "Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de drogas, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas".
Finalmente, mencionó a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, "tan a menudo rechazados, maltratados y desechados"; a los enfermos y los que sufren; a los niños, "especialmente aquellos sometidos a la violencia"; a cuantos hoy están de luto, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que a todos les llegue la voz consoladora de Jesús resucitado. Luego de impartir la bendición, el Papa, que antes recorrió en papamóvil la Plaza para saludar a los fieles, entre los cuales había muchos argentinos, auguró a todo el mundo una feliz Pascua.
"Gracias por su presencia en una jornada linda, pero también fea por la lluvia", agradeció, consciente de que durante la misa, la Plaza San Pedro se convirtió en una colorida alfombra de paraguas y ponchos de plástico. Entre vivas y gritos de "¡Francesco!", se despidió con el clásico: "¡Buen almuerzo, no se olviden de rezar por mí y arrivederci!".
El Papa volvió a condenar la violencia en el mundo
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que no cerraría los ojos ante el acuerdo sobre el programa nuclear logrado entre Estados Unidos, al frente de seis potencias, e Irán el jueves pasado en Lausana (Suiza). Y este domingo comenzó su campaña con entrevistas en los principales canales de televisión estadounidenses en las que reiteró su empeño en “matar un mal acuerdo” entre ahora y el 30 de junio, el plazo que se han dado las partes para lograr un pacto definitivo. Netanyahu tiene la vista puesta en los miembros del Congreso, que amenaza el pacto final conuna ley que les daría capacidad de veto sobre el texto final.
“No estoy intentando matar cualquier acuerdo. Estoy intentando matar un mal acuerdo (…) que es un sueño para Irán y un acuerdo pesadilla para el mundo”, declaró el jefe del Gobierno israelí en sus apariciones en las cadenas CNN, ABC y NBC.
Desde que se hizo público que había acuerdo en Suiza, Netanyahu ha recalcado que pone en peligro la existencia de Israel, que “allana el camino de Irán hacia la bomba atómica” y ha exigido que el acuerdo final contemple el derecho a la existencia de su país.
“No es sólo una cuestión israelí, es mundial, porque todo el mundo va a verse amenazado por el Estado terrorista más importante de nuestra era, que va a conservar infraestructura no para producir una bomba nuclear, sino muchas”, advirtió Netanyahu.
El primer ministro afirmó que no desea tomar acciones unilaterales contra Irán y quiere agotar la vía diplomática, pero consideró que si la infraestructura nuclear de Irán se mantiene “habrá una carrera nuclear en Oriente Próximo”.
Pero en su opinión, “aún hay tiempo para lograr un mejor acuerdo y presionar a Irán”. Netanyahu afirmó en CNN que las sanciones “financieras sobre todo en el sector petrolero” son indispensables y su levantamiento sólo servirá para “financiar la maquinaria de terror iraní”.
La senadora demócrata estadounidense Dianne Feinstein, muy crítica con el primer ministro israelí, pidió a Netanyahu que se contenga y consideró que el acuerdo de Lausana no pone en peligro la existencia de Israel. “No pienso que a Israel le convenga aparecer y oponerse a esta oportunidad”, declaró.
Las relaciones entre Netanyahu y el presidente Barack Obama nunca fueron excelentes pero se deterioraron cuando el israelí aceptó la invitación de los republicanos y dio un discurso sobre “la amenaza iraní” ante Congreso en Washington el 3 de marzo.
Netanyahu comparó, en NBC, el acuerdo provisional con Irán con el logrado entre Corea del Norte y EE UU en 1994. “El mundo entero lo celebró (…) y miren dónde estamos hoy con Corea del Norte. Creo que lo mismo ocurrirá en el caso de Irán, con la diferencia de que el acuerdo con Irán es más peligroso”. En las calles de Teherán hace tan sólo unos días cantaron muerte a América', lanzó. El viernes, el presidente iraní, Hasan Rohaní, garantizó que el acuerdo final abrirá su país al mundo. “una nueva página” en las relaciones internacionales de Irán, que mantiene que su programa nuclear tiene fines pacíficos.