Por SANDRO POZZI.
El precio del petróleo sigue cayendo. Eso, en principio, debería hacer la energía fósil más competitiva y meter presión a las renovables. No es algo que esté sucediendo, de momento. Los proyectos en energías limpias movilizaron 270.000 millones de dólares en 2014, una cantidad equivalente a la economía de Finlandia y que representa un incremento del 17% en un año.
Los datos aparecen en un informe del Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente, elaborado con Bloomberg New Energy Finance. El total de inversiones en renovables la última década supera los dos billones de dólares. El repunte del pasado año revierte la caída sufrida en 2012 y 2103. China fue de lejos el país que realizó la mayor inversión en 2014, con 83.300 millones.
Cuando se compara con el año anterior, el incremento fue del 39% gracias a la expansión del solar. Le sigue EE UU, con 36.300 millones. En su caso la inversión creció un 7% en el año y está a su nivel más alto desde el récord que marcó en 2011. También en cifras récord Japón, que tras registrar un incremento del 10% el pasado ejercicio eleva el total destinado a renovables a 35.700 millones.
También contribuyó al fuerte alza de la inversión global en renovables los proyectos eólicos en altamar en Europa. El total anual mundial quedó así muy cerca del récord en 2011, que se cifra en 279.000 millones. De allí cayó a 256.000 millones en un año después y a 232.000 millones en 2013. Esto se explica porque se abarató el precio de la tecnología por las economías de escala.
“La caída continuada en el coste tecnológico -en particular en solar- se traduce en que cada dólar invertido aporta más capacidad de generación”, apunta Achim Steine, director ejecutivo del programa de la ONU. “Una vez más, las renovables representaron cerca de la mitad de la capacidad adicional a escala mundial”, añadió en la presentación del estudio, “son una tecnología indispensable en el mix energético”.
La capacidad de generación en renovables añadida en 2014 ascendió a 103 gigavatios a escala global, lo que equivale en un año a las 158 plantas nucleares que tiene EE UU en funcionamiento. El estudio de Naciones Unidas señala en este sentido que las renovables contribuyen en este momento al 9,1% de la generación total de electricidad, frente al 8,5% en 2013.
La energía solar y la eólica dominan con el 92% de toda la inversión. En el caso de la solar, creció 25% en un año mientras que la eólica un 11%. Los relatores del informa admiten, sin embargo, que la brusca caída del precio del petróleo representa un reto para las tecnologías amigas del medioambiente, porque podría afectar a la confianza de los inversores en algunos sectores.
Udo Steffens, presidente de la Frankfurt School of Finance and Management, señala en concreto los proyectos solares en los países exportadores de petróleo o las inversiones en biocombustibles. Pero como precisa también Achim Steine, las energías fósiles y las renovables “no compiten directamente por las inversiones”. Además, dejan claro que su importancia es cada vez mayor.
En este sentido, el informe mira al futuro a través de la rápida expansión que las renovables están registrando en países emergentes como Brasil, Chile o México, además de China o India. Es, en todo caso, una situación que contrasta con economías ya maduras como la europea, donde la inversión en energías limpias está estancada incluso contando con el proyecto eólico en Holanda.
En este punto citan un reto aún mayor que el derivado de la caída del precio del petróleo. Advierten de la “erosión” en la confianza del inversor “por la incertidumbre” reguladora y ponen como ejemplo el caso europeo. “Europa fue pionera en las energías limpias pero siguen aún tratando de definir el mecanismo para apoyarla”, lamenta Michael Liebreich, de Bloomberg Energy Finance.
La situación en los países del sur de Europa, añade el ejecutivo, es aún peor porque los cambios de política con efecto retroactivo espantan a los inversores. También dudas en EE UU por el futuro de los créditos y el reto de la conexión a la red eléctrica, aunque la reducción de costes permite, de alguna manera, aislar el problema. “El avance de las renovables es imparable”, concluyen.
La inversión mundial en energías renovables, impulsada por la energía solar y la eólica, creció 17 por ciento en 2014 con respecto al año anterior, hasta alcanzar 270.000 millones de dólares.
El repunte de la inversión, tras dos años de descenso y del desafío que implican los bajos precios del petróleo, permitió una capacidad adicional de generación de 103 gigavatios, equivalente a la energía producida por las plantas nucleares de Estados Unidos en su conjunto.
De esta forma, 2014 ha sido el mejor año para la capacidad nueva de energía, según la novena edición anual del informe Tendencias mundiales en inversiones en energía renovable 2015, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado este martes 31.
Preparado por el Centro de Cooperación Escuela de Frankfurt-PNUMA y por Bloomberg New Energy Finance, el informe señala que el constante y brusco descenso en los costos de la tecnología, sobre todo en la energía solar pero también en la eólica, implica que cada dólar invertido en energía renovable adquirió una capacidad significativamente mayor de generación en 2014.
En lo que denominó “un año de avances llamativos para la energía renovable”, el informe señala que las energías eólica, solar, geotérmica, marina, de biomasa y de pequeñas centrales hidroeléctricas contribuyeron con 9,1 por ciento de la generación mundial de electricidad en 2014, frente a 8,5 por ciento en 2013.
Eso significa que los sistemas de electricidad del mundo emitieron 1,3 gigatoneladas de dióxido de carbono, aproximadamente el doble de las emisiones de los aviones comerciales, pero menos de lo emitido si ese 9,1 por ciento hubiera sido producido por la misma mezcla de combustibles fósiles que generan el 90,9 por ciento restante de la energía mundial.
“Una vez más en 2014 las energías renovables componen casi la mitad de la capacidad de energía neta agregada en todo el mundo”, declaró Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA.
“Estas tecnologías energéticas respetuosas con el clima ahora son un componente indispensable de la matriz energética mundial y su importancia no hará más que aumentar a medida que los mercados maduren, los precios de la tecnología sigan cayendo y la necesidad de frenar las emisiones de carbono se haga cada vez más urgente”, sostuvo.
Por lejos, la mayor inversión en energía renovable en 2014 se produjo en China, con un récord de 83.300 millones de dólares, un aumento de 39 por ciento frente a 2013. Estados Unidos le siguió con 38.300 millones de dólares, lo que equivale a un incremento de siete por ciento en el año, aunque por debajo de su máximo histórico alcanzado en 2011. En tercer lugar quedó Japón, con 35.700 millones de dólares, 10 por ciento más que en 2013 y su mayor marca histórica.
Según el informe, una característica destacada de 2014 fue la rápida expansión de las energías renovables en los mercados del Sur en desarrollo, donde las inversiones dieron un salto de 36 por ciento a 131.300 millones de dólares.
China, con 83.300 millones de dólares, Brasil, con 7.600 millones, India, con 7.400 millones, y Sudáfrica, con 5.500 millones, se encuentran entre los 10 principales países inversores, mientras que Chile, Kenia, México y Turquía invirtieron más de mil millones de dólares cada uno.
Aunque 2014 fue un buen año para las energías renovables después de dos años de contracción, persisten los desafíos en forma de incertidumbre política, problemas estructurales en el sistema eléctrico e incluso la propia naturaleza de la generación eólica y solar, que dependen del viento y de la luz del sol.
Otro reto, según el informe, es el impacto de la caída de más del 50 por ciento en los precios del petróleo en el segundo semestre de 2014.
Sin embargo, de acuerdo con Udo Steffens, presidente de la Escuela de Finanzas y Gestión de Frankfurt, es probable que el precio del petróleo solo reduzca la confianza de los inversores en algunas partes del sector, como la energía solar en los países exportadores de petróleo y los biocombustibles en la mayor parte del mundo.
“El petróleo y las energías renovables no compiten directamente por los dólares de inversión en la energía. Los sectores eólico y solar deberían seguir floreciendo, sobre todo si siguen reduciendo los costos por megavatio/hora. Su historia a largo plazo es más convincente”, destacó Steffens.
De mayor preocupación es la erosión de la confianza de los inversores causada por el aumento de la incertidumbre en torno a las políticas públicas de apoyo a las energías renovables.
“Europa fue el primer impulsor de la energía limpia, pero todavía se encuentra en un proceso de reestructuración de esos mecanismos de apoyo iniciales”, según Michael Liebreich, presidente de la Junta Asesora de Bloomberg New Energy Finance.
“El sur de Europa sigue siendo casi una zona prohibida para los inversores debido a los cambios de política retroactivos, más recientemente, los que afectan a los parques solares en Italia. En Estados Unidos existe incertidumbre sobre el futuro del Crédito Tributario de Producción para la energía eólica, pero los costos ahora son tan bajos que el sector está más protegido que en el pasado. Mientras tanto, el sector de las azoteas solares es imparable”, aseguró.
Un comunicado de prensa sobre la publicación del informe del PNUMA señaló que si continúan las tendencias positivas de inversión en 2014, “es cada vez más evidente que se necesitarán importantes reformas del mercado eléctrico del tipo que Alemania intenta ahora con su Energiewende”, o transición energética.
“Los desafíos estructurales que hay que superar no son sencillos, pero son del tipo que solo podrían haber surgido debido al éxito mismo de las energías renovables y sus más de dos billones de dólares de inversión movilizados desde 2004?, añadió.