Pertenecer a un círculo de influencia liderado por la máxima favorita para llegar a la Casa Blanca en 2016 puede ser una buena inversión. Más aún, cuando se trata de una ex secretaria de Estado y de su marido, un ex presidente de Estados Unidos. Esta combinación de factores convenció a cuatro empresarios argentinos a donar, al menos, dos millones de dólares en los últimos años a la Fundación Clinton, una entidad creada para ayudar a los más necesitados, promover la igualdad de género y concientizar sobre el cambio climático.
La Argentina aparece entre los diez países que más recursos destinaron a la fundación de Bill ,Hillary y su hija, Chelsea Clinton, según un cálculo publicado por The Wall Street Journal. Los empresarios locales superaron, incluso, los aportes de países como China o Emiratos Árabes Unidos. Entre todos los extranjeros donaron, al menos, 34 millones de dólares, según el informe.
Gerardo Werthein , Matías Garfunkel , Eduardo Eurnekian y José Luis Manzano son los argentinos que aparecen en la lista que hizo pública hace dos semanas la entidad. Aunque no reveló el monto exacto de las donaciones ni las fechas en que fueron realizadas, LA NACION pudo saber que la suma de los aportes de estos empresarios oscilan entre los dos y los seis millones de dólares.
La Fundación Clinton es el blanco de una ofensiva política contra Hillary Clinton, la favorita para ganar las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos. Cuestionan que la organización aceptó dinero de empresarios relacionados con el poder de distintos países entre 2009 y 2013, cuando ella era secretaria de Estado y que la Fundación debía cumplir estrictas reglas para evitar el conflicto de intereses.
Gracias a sus aportes, los empresarios argentinos comparten eventos organizados por la fundación con estrellas de Hollywood como Leonardo DiCaprio , deportistas como Michael Schumacher y magnates como Carlos Slim. También las menos glamorosas, pero poderosas corporaciones del mundo..
"Es difícil creer que los extranjeros donan millones a la fundación para mejorar la salud en Tanzania. Tirar el dinero a los pies de la familia Clinton es un medio muy eficaz de tráfico de influencias. Esta es una vía que canaliza el dinero extranjero para la campaña de los Clinton, ya que la ley sólo permite aportes electorales de parte de ciudadanos estadounidenses", afirmó a LA NACION el analista especializado en lobby Craig Holman, de la organización estadounidensePublic Citizen.
La Fundación tiene un trato especial para sus "embajadores", como llaman a aquellos que se comprometen a una donación anual de más de 1000 dólares, a quienes les ofrece un plan de beneficios en función de su categoría. Los que invierten el mínimo obtienen un "reconocimiento" como embajador y noticias exclusivas e invitaciones a charlas con la cúpula de la entidad.
Al tope están los "innovadores" (más de 50.000 dólares) y los "visionarios" (más de 100.000 dólares), que a cambio de su generosidad, por ejemplo, recibieron una entrada gratis a la gala anual de la Fundación Clinton (cuyos tickets cotizaban entre 2500 y 25.000 dólares) del pasado 4 de marzo. Tuvieron un acceso preferencial a una cena con empresarios y banqueros de todo el mundo, ex funcionarios estadounidenses y famosos, como Neil Patrick Harris , y disfrutaron de un show de Carole King, la cantante preferida de Hillary Clinton, en el lujoso salón Cipriani, en el corazón de Nueva York. Todos, por supuesto, se llevaron su foto con los Clinton.
Gerardo Werthein, vicepresidente de Telecom Argentina y presidente del Comité Olímpico, es el argentino que mayor cantidad de dinero donó a la fundación. De acuerdo los datos que hizo públicos la propia institución, el empresario aportó entre uno y cinco millones de dólares.
Werthein no es un donante más: mantiene una relación de amistad con Bill Clinton. El empresario invitó dos veces a la Argentina al ex presidente de Estados Unidos, en 2009 y 2010. En ambas oportunidades, el demócrata también se reunió conNéstor Kirchner y Cristina Kirchner , con quienes supo cosechar un excelente relación. Werthein lo acompañó en casi todos sus eventos, como un partido de golf en el Jockey Club o una cena en Puerto Madero con los Kirchner y políticos cercanos de ese momento como Sergio Massa , entonces jefe de Gabinete, y Daniel Scioli .
Por fuera de la política, Werthein fue uno de los 400 invitados a la boda de Chelsea, la hija del ex presidente, que se celebró en agosto de 2010 en Nueva York. "Es un gran honor acompañar a un amigo como Bill y su esposa en un evento tan importante para su vida", dijo el argentino. Dos años después, Clinton devolvió la gentileza: viajó especialmente a la Argentina para el casamiento de Gregorio Werthein, hijo del empresario, que se celebró en el Sheraton de Retiro.
Hillary Clinton enfrenta ahora acusaciones por conflictos de intereses al recibir dinero de empresarios y gobiernos extranjeros mientras era Secretaria de Estado
Es habitual que Eduardo Eurnekian y Bill Clinton compartan almuerzos, cenas u otros eventos protocolares, ya sea cuando el ex mandatario visita la Argentina o en alguno de los viajes del empresario. Eurnekian, dueño de Corporación América, es asiduo concurrente a las galas anuales de la Fundación Clinton, aunque cerca del empresario subrayaron a LA NACION que faltó a la última edición. Lo que no falló fue su donación: aportó entre 100.000 y 250.000 dólares, hasta el año pasado, de acuerdo a los datos publicados por la Fundación Clinton en su página web.
Matías Garfunkel, CEO del Grupo Ventitrés -afín al Gobierno-, es uno de los argentinos que más dinero donó a la Fundación Clinton: entre 500.000 y 1 millón de dólares. El empresario nunca se mostró en eventos públicos con los demócratas. Vivió varios años en Nueva York, donde se instaló con 22 años para estudiar filosofía y permaneció allí hasta 2009, cuando regresó al país.
"Entre los argentinos no se puede descartar que haya algún caso de oportunismo por el posicionamiento de Hillary frente a las próximas elecciones, pero estas donaciones son habituales en el mundo del lobby. Aportar dinero a la fundación te permite pertenecer a un círculo exclusivo", explicó un asesor argentino que participó en una campaña electoral estadounidense.
LA NACION intentó comunicarse con los cuatro empresarios (los únicos argentinos que aparecen entre los aportantes de más de 50.000 dólares) para conocer más detalles sobre su relación con la fundación, pero ninguno respondió las preguntas.
José Luis Manzano, dueño del Grupo Uno, donó entre 50.000 y 100.000 dólares a la fundación hasta 2014. Compartió algunos eventos protocolares con los Clinton. Guarda su contacto con los demócratas desde los '90 cuando, tras dejar el gobierno de Carlos Menem , se mudó a Estados Unidos. Vivió en California y en Washington. Allí comenzó a dar sus primeros pasos como empresario y creó su consultora.
Ante las críticas por un potencial conflicto de intereses, Hillary Clinton llegó a un acuerdo conBarack Obama cuando fue designada secretaria de Estado: mientras ella fuese funcionaria, su fundación no podría recibir dinero de gobiernos que no hayan donado antes de 2009 y aquellos que ya eran contribuyentes no podrían aumentar sus aportes.
Desde 2008, además, la Fundación comenzó a publicar anualmente la lista con los nombres de los aportantes. Con la actualización de los datos, el mes pasado, se supo que la mitad de las donaciones de más de 5 millones de dólares que llegaron hasta 2014 provienen del extranjero. Esto volvió a despertar, con más fuerza que nunca, las críticas de políticos y medios, como The New York Times y The Washington Post, que pidieron que deje de aceptar dinero de extranjeros.
"Igual que otras organizaciones benéficas globales, la Fundación Clinton recibe el apoyo de personas, organizaciones y gobiernos de todo el mundo. Los programas de la Fundación mejoran la vida de millones de personas", respondió la organización en un comunicado, en el que aseguran que si Hillary Clinton se postula a la presidencia, reconsiderarán sus políticas respecto de las donaciones del exterior.