Por ELIZABETH PEGER.
El reclamo por la rebaja de la carga de Ganancias sobre los salarios constituye el fundamento central del cuarto paro nacional que los gremios del transporte y el sindicalismo opositor cumplirán mañana contra la administración de Cristina Fernández. Se trata de una preocupación clave para los trabajadores alcanzados por el tributo a las puertas del arranque de una nueva ronda de paritarias. Es que de cada $ 100 de incremento salarial que acuerden en esas negociaciones, perderán hasta $ 22 por efecto de los descuentos del impuesto, mientras el Estado se apropiará como mínimo de medio salario más respecto del año pasado si las paritarias cierran con subas promedio por encima del 30%.
Los datos surgen de un informe especial elaborado por el Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma (IEF-CTA), la central que lidera Pablo Micheli y que integra el grupo de organizaciones sindicales que llamó a paralizar el país ante la demora del Gobierno para dar respuestas a los planteos por la reformulación del tributo.
El informe, crítico para denunciar la creciente regresividad de Ganancias por la falta de actualización del mínimo no imponible, del escalonamiento impositivo y de los montos máximos de las devoluciones en un contexto inflacionario, se ocupa de medir el impacto del tributo sin cambios en las próximas paritarias.
Al respecto, el trabajo calcula que por cada punto de incremento salarial que obtengan los trabajadores alcanzados por el impuesto, el Estado retendrá un 21,6%, lo que implica que de cada $ 100 de recomposición, perderán hasta $ 22. Eso representa que para lograr, por ejemplo, un aumento real del 35%, las paritarias deberán fijar una suba de 45%, mientras el incremento acordado debería ser del 51% si se quiere garantizar una recomposición real del 40%.
"El Gobierno traslada así la lucha por el impuesto a otro campo, el de la negociación colectiva, distorsionándola. Ahora la organización sindical tiene que luchar para mantener su salario real (empatarle a la inflación) y para ello, garantizarle mayor recaudación al Estado", advierte el informe.
Además, el trabajo indica que de mantenerse el impuesto en las condiciones actuales y suponiendo un incremento salarial del 35%, el Estado se apropiará como mínimo de medio salario más respecto a 2014. Si se toma en cuenta el caso de un trabajador soltero que tiene un salario bruto de $ 15.001 y recibe un aumento del 35%, los descuentos anuales por Ganancias se elevarán de $ 9.632 a $ 25.484 (una suba de 377%), lo que representa 1,26 salarios (hasta el año pasado los descuentos equivalían a 0,64 sueldos). Si se repite el mismo ejercicio con un trabajador soltero que antes de la paritaria percibía un sueldo bruto de $ 25.000, con la misma recomposición salarial la carga del impuesto treparía a $ 76.077, lo que representa 2,25 salarios (actualmente soporta descuentos por $ 43.031, que equivalen a 1,72 sueldos).
En el supuesto de un trabajador casado con dos hijos que cobra $ 25.001 mensuales y recibe un aumento de 35%, los descuentos por Ganancias se elevarán de $ 30.935 a $ 63.981, lo que equivale a 1,9 salarios (hasta 2014 la retención representaba 1,24 sueldos). Si el aumento salarial asciende a 40%, para un trabajador soltero (que cobra $ 25.001 antes de la paritaria) el descuento impositivo equivaldrá a 2,31 sueldos y si es casado con dos hijos representará 1,96 salarios. "Se ha generado una distorsión brutal y la discusión se trasladó a las paritarias, por lo que hasta las propias cámaras empresarias le están pidiendo al Gobierno que resuelva la situación", alertó a El Cronista el economista Julio Gambino, uno de los responsables del informe del instituto de estudios de la CTA de Micheli.
A 24 horas del paro nacional en reclamo del aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, se acrecentaron los cruces entre el Gobierno y los gremios. Durante el fin de semana, varios funcionarios de la administración de Cristina Kirchner salieron a mostrar firmeza en su postura, con un mensaje claro: no se retrocederá ante el reclamo sindical.
Así se desprendió de las palabras del ministro de Economía, Axel Kicillof, que en una entrevista a un diario desechó la posibilidad de realizar cambios en Ganancias. "Creo que el mínimo no imponible está muy bien en el nivel en el que está, porque se ajustó muy fuerte hace dos años; después lo de las alícuotas se puede discutir, pero hay muchas formas de discutirlo", señaló el ministro. A sus declaraciones se sumaron las del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien cuestionó a los sindicatos por impulsar la protesta contra Ganancias, "un impuesto que afecta sólo al 10% de los trabajadores". "Esto nos llama mucho la atención, nos preocupa no como Gobierno sino como argentinos que estamos yendo a una huelga convocada por un subsector del Transporte, y este sector convoca con el eje fundamental, exclusivo, del Impuesto a las Ganancias, un impuesto que afecta sólo al 10% de los trabajadores de más altos ingresos", afirmó Tomada, en diálogo con radio 10.
Mientras los gremios ajustan los últimos detalles para mañana, el jefe de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) autónoma, Pablo Micheli, sentenció que "si se hace una encuesta, la gente te dice que quiere parar porque tiene 20 razones para hacerlo". De hecho, el referente gremial fue más lejos advirtiendo ayer que los gremios podrían organizar un nuevo paro de 36 horas, luego de concretarse la huelga de 24 horas. "Si no hay respuestas, esto nos lleva a un paro de 36 horas", amenazó el sindicalista.
En tanto, fuentes gremiales consultadas por la agencia Dyn advirtieron que el Gobierno intentará reunir hoy a las cámaras del autotransporte de pasajeros en la Casa Rosada "con la intención de forzar a los empresarios a sacar a las calles a trabajar a los colectivos". Mientras definen si realizan cortes de calles para impedir la circulación durante la huelga, distintas centrales gremiales que adhieren a la medida de fuerza aseguraron que la huelga "será contundente", por lo que reclamaron que el Gobierno "escuche las demandas de los trabajadores". Desde la CGT moyanista, el jefe del gremio de Judiciales, Julio Piumato, pronosticó que el paro marcará "una jornada histórica" con un reclamo "contra la precarización laboral, contra el impuesto al trabajo y por aumento de emergencia a jubilados". Por su parte, el Partido Obrero (PO) afirmó que la medida de fuerza "crece" en adhesiones y vaticinó que representará un quiebre en la CGT oficialista.
El paro impulsado inicialmente por unos 22 gremios del transporte afectará las habituales actividades en diferentes puntos del país, incluso a las de bancos, hospitales y administración pública, entre otros sectores, además de trenes, colectivos y subtes.
En la víspera de un nuevo paro contra el impacto del Impuesto a las Ganancias en los sueldos, ya están cerradas las posibilidades de un acuerdo con el Gobierno que por el momento se mantiene inflexible en la postura de no producir cambios en el tributo. El ministro Axel Kicillof dijo ayer que el mínimo no imponible de Ganancias "está muy bien en el nivel en el que está, pero reconoció que "lo de las alícuotas se puede discutir".
Según dijo Kicillof en declaraciones periodísticas, "el mínimo no imponible está muy bien en el nivel en el que está porque se ajustó muy fuerte hace dos años y después lo de las alícuotas se puede discutir pero hay muchas formas de hacerlo porque creo que se basa en un engaño fomentado por un sector de la prensa que dice: 'Todos los trabajadores están mal porque se les cobra Impuesto a las Ganancias'. Es más, ahora reconocen que bajó mucho la inflación y entonces el problema para las paritarias es el Impuesto a las Ganancias".
Kicillof también afirmó que "la lógica del impuesto" es que los asalariados, los que más ganan, hagan su contribución a las políticas públicas que va a alimentar los planes sociales" . Y agregó : "Pasa en todos los lugares del mundo, donde el peso del Impuesto a las Ganancias en la cuarta categoría es mucho más importante, y es progresivo: se cobra más a los que más tienen".
Consideró que los que pagan Ganancias son el 10% de los trabajadores, o sea son 850.000 personas de una fuerza de trabajo de 11 millones, e insistió en que "afecta a la minoría que más gana". "Lo sé porque a mí me afecta el Impuesto a las Ganancias, y yo debo ganar lo mismo que el gerente de una sucursal de un supermercado", agregó.
El paro de mañana promete alcanzar una importante repercusión por el apoyo decisivo de los gremios del transporte que impulsan la medida. Adhieren los servicios de colectivos, los micros de corta, media y larga distancia, los trenes y los subterráneos.
No habrá actividad portuaria y como también paran los trabajadores bancarios no habrá clearing. Debido a que una de las dos CTA apoya la medida, el paro se notará en algunas dependencias públicas como el INDEC. Otro de los gremios que impulsan el cese de tareas es el de gastronómicos. Por otra parte, también incidirá el hecho de que el jefe de la CGT oficialista y líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, dejó "en libertad de acción" a los afiliados.
Asimismo, la adhesión del sindicato de camioneros paralizará a grandes sectores de servicios como la intermediación comercial y el abastecimiento de los negocios, el transporte de caudales y mercadería, y la recolección de residuos. Otro punto sensible es que la Unión Tranviarios Automotor (UTA), paralizará por completo el servicio de colectivos desde unas horas antes de la medianoche de hoy.
El líder La Fraternidad, Omar Maturano, expresó su confianza en que el paro tenga amplio alcance y garantizó que los trenes "no funcionarán". Consultado sobre la realización de piquetes, dijo que "no hay necesidad de ese tipo de protestas porque existe amplio consenso entre los trabajadores contra el Impuesto a las Ganancias".
En el servicio de taxis, beneficiado por el anuncio de créditos por parte del Gobierno la semana pasada, la prestación será limitada, ya que los propietarios de vehículos temen ser víctimas de atentados, mientras el gremio de peones de taxis, enrolado en la CGT de Caló, no adherirá al paro.
Los vuelos aerocomerciales se verán afectados y podrán tener cancelaciones y demoras, por la adhesión a la huelga de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (comisarios y personal auxiliar de a bordo), la Asociación de Pilotos de Lineas Aéreas, y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico. Por esa razón, Aerolíneas Argentinas ya anunció que compensará los pasajes de quienes tenían previsto viajar mañana.
El paro fue originalmente decidido por 22 gremios del transporte y luego amplió su alcance porque la CGT que responde al camionero Hugo Moyano lanzó un paro nacional para la misma fecha.
A pesar de la inminencia del paro general, el Gobierno ratificó su decisión de no ceder frente a los reclamos sobre el impuesto a las Ganancias. El vocero oficial fue el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien dijo que cree que “el mínimo no Imponible está muy bien en el nivel en el que está porque se ajustó muy fuerte hace dos años y después lo de las alícuotas se puede discutir”.
El ministro sostuvo que “hay muchas formas” de discutir lo de las alícuotas, y opinó que el reclamo “se basa en un engaño fomentado por un sector de la prensa que dice: ‘Todos los trabajadores están mal porque se les cobra impuesto a las Ganancias’”.
En una entrevista con el diario oficialista Tiempo Argentino, insistió con su singular cálculo: “Los que pagan impuesto a las Ganancias son el 10 % de todos los trabajadores argentinos, o sea son 850.000 personas de una fuerza de trabajo de 11 millones. Afecta a la minoría que más gana, lo sé porque a mí me afecta el impuesto a las Ganancias, y yo debo ganar lo mismo que el gerente de una sucursal de un supermercado”, añadió.
En tanto, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada se alineó detrás de Kicillof: dijo que espera “que exista una reflexión” de los gremios porque aseguró que se trata de “un reclamo que abarca solo al 10 por ciento de los trabajadores de altos ingresos de nuestro país”.