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MEDIO AMBIENTE
Cómo golpea la Crisis Hídrica a San Juan y a Mendoza. Embalses vacíos. Las napas subterráneas. Impacto en Minería
25/03/2015

La crisis hídrica golpea más a San Juan que a Mendoza

Diario La Provincia de SJ

La crisis hídrica golpea duramente a todo Cuyo y a las zonas chilenas que se encuentran a la misma altura que este territorio argentino. Sin embargo la realidad de los distintos puntos de la cordillera es diferente.

"Las precipitaciones níveas tienden a disminuir a medida que uno se mueve más hacia el norte en la cordillera. Hay precipitaciones relativamente altas en la Patagonia que van decreciendo hacia el norte. Por ejemplo en sectores de la Cordillera como en La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy no se forman glaciares porque si bien las temperaturas son bajas no hay suficiente nieve para su formación", explicó en diario Los Andes Ricardo Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), CCT-Conicet, Mendoza

Sin embargo los especialistas consideran que la escasa caída de nieve no es determinante y que los registros históricos indican que suele haber una variación con el paso de los años que responden a ciclos que luego se repiten. "Los datos que nosotros tenemos es que en 1968 en promedio entre San Juan y Mendoza nevó sólo el 5% de lo esperado, pero en 1982 nevó 240% de valor medio", señaló Villalba.

"La esperanza está dada en esa enorme variabilidad y el desafío de esta región es cómo manejarla. Si bien ahora estamos viviendo esta crisis hídrica, no significa que no vamos a volver a tener años nevadores", agregó Villalba.

Embalses vacíos 

Los embalses Ullum y Los Caracoles, ubicados a los largo del río San Juan, fueron construidos con el fin de almacenar 920 hectómetros cúbicos. Pero actualmente, sólo se ha cubierto el 5% de su capacidad, es decir guardan sólo 50 hectómetros entre las dos.  A pesar de que el caudal medio del río San Juan es de 60 metros cúbicos por segundo, durante diciembre se registraron días en los que trajo 18.

"La distribución para el riego se nos ha visto muy complicada y gracias a la disponibilidad del agua embalsada tanto en el Ullum como en Caracoles hemos podido distribuir 47 metros cúbicos por segundo, si bien es poco con respecto a años de abundancia, ha sido muy superior a lo que traía el río", aseveró en diario Los Andes Jorge Millón, director de Hidráulica de San Juan (departamento que se encarga de la administración del recurso como en Mendoza lo hace Irrigación).

"Si este esquema nos hubiera encontrado sin ningún embalse hubiera sido un año muy crítico para el sector agropecuario", añadió. 

El funcionario contó que una vez conocido el pronóstico a fines del año pasado se hizo un esquema de distribución. "Dijimos que podíamos llegar con el agua almacenada al 10 de marzo. Días más días menos, cuando se llegó a esa fecha los diques han quedado vacíos, fruto de esta distribución de caudales mayores de los que estaba trayendo el río", detalló el titular.

Para recuperar la cota de los embalses se planeó un calendario a través del cual no se les distribuirá agua a los productores agropecuarios por 100 días desde marzo a setiembre con lo que estiman poder guardar unos 180 hectómetros cúbicos en todo el sistema.

Reclamos en Jáchal

Ente los distintos sectores que se ven afectados negativamente por la sostenida crisis hídrica de San Juan, unos de los más preocupados son los productores agrícolas de Jáchal, localidad ubicada a 180 kilómetros al norte de la capital. Para la subsistencia de sus cultivos ellos dependen del río homónimo que en años normales tiene un caudal medio de 9 metros cúbicos por segundo, pero que actualmente encuentra en menos de la mitad.

"Desde el año pasado los medianos y pequeños productores de Jáchal venimos con una situación extrema que nos está empobreciendo cada vez más", expuso en Los Andes Liliana Godoy, productora de la zona que se destaca por los cultivos de cebolla, tomate y membrillo.

Según contó la mujer, en una propiedad de 40 hectáreas el año pasado se podía cultivar, por la cantidad de agua entregada, entre 10 y 12 hectáreas pero este año calculan que no podrán llegar a las 8. 

A este panorama de sequía se le suma la falta de inversión en los canales por los que se distribuye el agua. "La red de riego de Jáchal tiene más de 100 años y desde entonces no se ha invertido en mejorarla ni en impermeabilizarla", denunció la propietaria.

Pero a pesar de esto de 2013 a 2014 su boleta de agua se incrementó en un 152%. "Hablamos con los funcionarios y se decidió dejarlo sin efecto, pero este año seguro van a querer aumentar de nuevo", se adelantó Godoy. 

A pesar de las quejas y de las reuniones con funcionarios ellos todavía no logran que alguien los ayude a salir de su crítica situación. "En un primer momento desde Hidráulica se dijo que iban a venir expertos para hacer estudios de factibilidad para ver si se puede reactivar una batería de pozos para sacar agua, pero también se sugirió que hipotecáramos lo poco que tenemos para hacer pozos cada uno en su propiedad", detalló indignada.

Sequía: ¿Qué pasa con las napas subterráneas?

Tiempo de San Juan

Por Viviana Pastor

"La situación es preocupante pero no crítica. La sequía se traduce en una baja de los niveles de las napas subterráneas, y eso afecta principalmente a los pequeños productores. Pero no es el ciclo de sequía más grave que haya atravesado la provincia, aunque estaría bueno que ya terminara”, dijo Gerardo Salvioli, titular del Instituto Nacional del Agua, en San Juan, y del Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS).

Este organismo nacional es el único que realiza en la provincia el seguimiento de los niveles de cuencas de aguas subterráneas, desde fines de 1960, y sus datos son los que maneja la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia y el Departamento de Hidráulica.

La voz de los especialistas trajo luz sobre el tema, es que después de cincos años consecutivos de sequía, casi seis según el INA, los rumores sobre la existencia de agua, y la baja de las napas subterráneas corrían hasta deformar la realidad alarmando a la gente.

La última medición de aguas subterráneas realizada en San Juan fue la de noviembre-diciembre de 2014. Ahí los técnicos registraron un descenso de las napas sobre todo en el acuífero libre del Tulum, que es el que existe en los departamentos Chimbas, Rivadavia, Capital, parte de Santa Lucia, de Pocito y Rawson y es más preocupante en Chimbas y Capital, donde registraron que en algunos pozos la baja de la napa llegó a los 20 metros, en otros mucho menos. 

"Esto no pone en peligro la existencia de agua subterránea en los valles de Tulum, Ullum y Zonda. Si bien en algunos sectores ha descendido 20 metros, tenemos espesores de agua saturada de 400 o 500 metros. Sí, es preocupante para los productores porque el nivel les baja la bomba y tienen que profundizar los pozos”, dijo el Ingeniero.  

500 metros de espesor es mucha agua: el embalse de Ullum tiene reserva de agua de 400 hm3, y el CRAS estima que en el acuífero del valle de Tulum hay 190.000 hm3. "Hay mucha más agua abajo que arriba”. 

Los acuíferos, explicó Salvioli, se alimentan en un proceso llamado recarga que no es más que la infiltración de agua en el cauce del río que de forma subterránea llega al acuífero. El del valle de Tulum se recarga fundamentalmente por la infiltración del cauce del rio San Juan entre el dique Ignacio de la Roza y el puente de Albardón; y el acuífero de Zonda se recarga por infiltración a partir de Punta Negra.

En Zonda, por ejemplo, han descendido mucho los niveles, la gente de la Villa Tacú que tiene pequeños pozos, en muchos casos se ‘secaron’ o bajaron demasiado. 

Pero a pesar de estas bajas, esta no es la peor sequía registrada en San Juan, está lejos de los niveles del quinquenio 1967-1972, cuando el río trajo un derrame promedio de 781 Hm3. Mientras que lo pronosticado para la temporada 2014-2015 fue de 940 Hm3 de agua. Claro que la cifra está lejos de lo ideal, 1.400 Hm3.

Pero antes fueron 5 años y ahora vamos hacia el 6to, ¿qué puede pasar si este ciclo de sequía se hace más largo de lo normal? 

"Se van a profundizar estos procesos, van a seguir descendiendo los niveles de los acuíferos y habrá que tomar otras medidas. Cuando ocurrió el ciclo del 67-72 había otra situación económica y otra rentabilidad de la agricultura, había dos o tres bancos que daban créditos a bajo costo para las perforaciones, en esa época se hicieron miles de pozos. En algún momento San Juan tuvo cerca de 9.000 pozos, se fueron abandonando muchos. Pozos electrificados que reciben factura de consumo eléctrico hoy hay unos 800, sin contar los de OSSE para producción de agua potable”, explicó Salvioli.

En esa época de la gran sequía, el Gobierno de la Provincia impulsó la construcción de la batería de pozos estatales, Zonda llegó a tener 75 en funcionamiento, también las baterías de Benavidez, Médano de Oro, San Martín, etc.

EL ACUIFERO DE ZONDA

Su baja de nivel preocupa porque cuando se hizo el estudio para el proyecto del acueducto Gran Tulum, que busca dotar de agua potable subterránea a toda la población del valle, fue antes de la sequía. "La sequía va a tener un fin, y pronto, ya que en el pasado los ciclos fueron similares. La reserva es muy grande, el problema es que si se usara en este  momento se perjudicaría a terceros cercanos que debería bajar más sus pozos”, dijo el Ingeniero.

El CRAS calculó que la reserva de Zonda tiene unos 50.000 Hm3, es muy grande aún con esta baja. "Hay que aclarar que la sequía no hace que se pierda agua de las napas subterráneas, sólo hace que bajen, cuando el río vuelve a traer una cantidad normal de agua, las napas se recuperan muy rápido, en meses ya tienen otra vez su nivel”, explicó el funcionario con más de 40 años de experiencia en CRAS.

Salvioli cree que cuando la obra se haga, la sequía habrá terminado. "Técnicamente es el mejor reservorio de agua subterránea que tiene la provincia por eso la batería de pozos se ubicó ahí”, destacó.

La calidad del agua subterránea de San Juan es muy buena, por eso este proyecto de agua para la población sólo prevé el agregado de cloro, pero es agua pura.

La tarea de CRAS

El organismo mide los niveles de agua de las cuencas de San Juan desde fines de la década del ’60.

Últimamente realiza el control de niveles de agua en los valles de Tulum, Ullum y Zonda, tres veces al año, en abril, agosto y diciembre. "Estamos próximos a iniciar medición de este año y se hace en abril porque finaliza la extracción de agua subterránea intensa que se produce en verano, que por el tipo de cultivo nuestro tiene su mayor requerimiento hídrico durante el verano”, dijo.

Actualmente el organismo están buscando 5 o 6 perforaciones existentes en Jáchal, a pedido del Ministerio de Producción, para que sea un salvoconducto para los productores, ante la escases y la merma de agua que llega del dique Cuesta del Viento. "La calidad del agua se mantiene, y las reservas de Jáchal son buenas”, dijo.

La cifra

700.000

Pesos cuesta realizar un pozo nuevo de unos 150 metros, cañería más bomba. 

La actividad minera en épocas de escasez

Los Andes

Si bien los gobernantes definen a San Juan como una provincia minera y la resistencia a esta actividad no ha tomado la importancia que ha tenido en Mendoza, hay sectores que se manifiestan en contra, sobre todo en épocas cuando el agua se vuelve un recurso escaso.

Según Jorge Millón, director de Hidráulica de San Juan, de la totalidad del caudal que viene de los ríos se destina el 93% al sector agropecuario y el 7% restante se distribuye entre el uso poblacional, industrial, minero, piscícola, ganadero y medicinal o termal. "Aunque ha hecho mucho ruido el uso minero en realidad anda en el orden del 1,5% del consumo de agua, muy poco frente al agrícola y muy parecido al industrial", aseguró.

Así todo, grupos de productores que tendrán 100 días de corta, piden que se les restrinja el recurso a las empresas que se dedican a la extracción de metales.

"Si las mineras están usufructuando en forma de comercio el agua, queremos que a ellos también se les corte por el mismo período que a nosotros, para que no haya privilegios", manifestó Bruno Perín, presidente de la Junta de Riego de Pocito. Tal como sucede en Mendoza, los regantes de San Juan forman un Consejo con funcionarios para ejercer un cogobierno del recurso.

"No se nos está respetando porque no podemos decidir sobre el uso minero. Estamos en una difícil situación y destinados a desaparecer", se lamentó el hombre dedicado a la producción hortícola. Aunque Perín reconoce que la minería está paralizada relativamente, se siguen realizando actividades de exploración. "Se hacen hoyos, se eleva la temperatura del río y destruyen los glaciares", enumeró.

Otro sector que se muestra crítico está formado por una serie de asambleas ambientalistas de la provincia. "Hubo muchas marchas, pero actualmente el movimiento viene desgastado porque son muchos años de lucha y mucha compradera (sic) de medios", contó desde esa provincia Ramón Gómez parte de "Espacio por el agua" y uno de los fundadores de la "Asamblea sanjuanina contra la contaminación y el saqueo" de la cual ya no forma parte.

Más allá de la cantidad de agua que utilizan las mineras, para él lo más grave es que trabajan en altura y afectan negativamente todo el sistema que baja al llano.

"Perjudican todo el ciclo de decantación del agua. Sus explosiones generan, por un lado, contaminación sonora y, por el otro, mucho polvo en suspensión que cae sobre los glaciares y agudiza su derretimiento", explicó el hombre. Hizo hincapié en la contaminación del recurso que generan por la oxidación de metales expuestos a la humedad en altura.

Los proyectos mineros activos que tiene San Juan sobre el río con el mismo nombre son Casposo y Pachón. "Casposo tiene una concesión de 100 litros por segundo lo que sería equivalente a una propiedad de casi mil hectáreas y Pachón tiene la concesión otorgada pero tiene un consumo mínimo porque se encuentra en etapa de exploración", detalló Millón.

En el río Jachal funcionan Veladero, que tiene concesión del río, y Gualcamayo, que utiliza agua de vertientes y de forma subterránea. Allí se encuentra el proyecto binacional Pascua Lama que en este momento está paralizado.


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