Por CARINA COSTELLO.
Fabián Cabrera es ingeniero agrónomo y realizó un experimento piloto en su casa. En la provincia se cuenta con dos leyes que impulsan la generación de energías renovables.
Encender la cocina para calentar el agua ya sea para tomar unos mates o hervir unos huevos o tener agua caliente para bañarse son actividades diarias en casi todas las familias salteñas. Algunas con más comodidades que otras utilizan gas natural o de garrafa o energía eléctrica para poder concretarlas. Sin embargo existen otras formas de generar energía en forma ecológica. Una de estas formas es la generación de biogás.
Quienes buscan tener un vida sana, conservar el medio en el que viven y en el que vivirán sus hijos pueden tener una opción saludable para generar gas en sus domicilios.
Fabián Cabrera, ingeniero agrónomo, realizó el experimento de instalar una planta de biogás en el fondo de sus vivienda. Allí recibió a El Tribuno y explicó cómo se logra este proceso.
Cuando se ve las instalación se puede pensar que no es tan sencilla como realmente es.
"Esta es una forma de producir energía, una forma de regeneración a través de la descomposición de los residuos orgánicos", explicó el ingeniero al hablar de la experiencia.
En este caso, la base para generar biogás se hizo con la reutilización del estiércol de caballo.
"Lo que se hace es colocar este material en el biodigestor, en partes iguales con agua. Por ejemplo un kilo del desecho con un litro de agua", explicó.
Un biodigestor se puede construir con un tanque de 200 litros. Allí se coloca los elementos y se los tapa en forma hermética.
"Este biodigestor tiene aproximadamente unos 140 kilos, y este proceso tiene una descomposición anaeróbica. Así se comienza a producir el gas metano. Este gas es el que habitualmente se utiliza en la red de gas natural, pero con la diferencia de que puede ser purificado, para llegar a tener hasta 8 mil kilocalorías", explicó.
Este gas que se genera con el proceso de degradación del estiércol de caballo, en este caso, se puede trasladar a través de mangueras a un acumulador. Es este caso el ingeniero Cabrera utilizó dos tanques de 200 litros y dos cámaras de camión. Estos elementos se denominar biogasometros.
"Esta energía de la descomposición también se genera utilizando residuos hogareños o de actividades agrícolas, como las bandejas de residuos de los pollos o de los cerdos", explicó el ingeniero.
Alcance energético
Esta es una planta piloto, que fue realizada para demostrar que este proceso puede hacerse. Para cubrir la necesidad de energía de una familia tipo se necesita de al menos 6 biodigestores, como los de este ejemplo de unos 200 litros.
Un biodigestor de 200 litros puede generar gas durante 3 meses con la misma carga. "Es muy importante que los tachos se pinten de negro porque esto facilita la radiación solar. Esto trabaja a una temperatura de entre 35 y 37 grados centígrados.
"En invierno lo que hay que hace es un sistema de protección para mantener la temperatura. Un invernáculo para que tenga más temperatura o por lo menos para mantenerla", explicó Cabrera.
Una vez terminada la degradación del producto, la generación de gas se termina y estos residuos secos se pueden utilizar para abonar tierras de cultivo.
Así, el círculo de reutilización se completa, la materia cambia y el medio queda intacto.
La leyes que impulsan la idea
La provincia de Salta cuenta con dos leyes que incentivan la producción de energías renovables. Una de ellas es la ley provincial Nº 7.823, promulgada en julio de 2014, que regula el régimen de fomento para las energías renovables. La segunda norma, la ley 7.824, hace referencia al balance neto que involucra generadores residenciales, industriales y productivos, también de mediados del años pasado.
En noviembre de 2014, la Cámara de Senadores de la Provincia realizó una primera reunión para reglamentar la aplicación de estas leyes.
La primera hace mención al interés provincial en la generación de biogás, energía solar, balance de energía y eólica y la posibilidad de educación y capacitación no solo en las escuelas sino también en áreas como la agricultura. Este interés provincial en la generación de este tipo de energía incluye la exención de todos o algunos de los tributos provinciales, existentes o a crearse, sobre esta práctica.
Hasta principios de este año, la reglamentación de la ley 7.823 no se concretó, por lo cual los interesados en llevar adelante este tipo de emprendimientos no cuentan con los organismos y representantes responsables.
En cuanto a la norma 7.824, esta permite el denominado balance neto. Este es un sistema que se aplica en muchos países y habilita al consumidor a producir electricidad con fuentes renovables de su propiedad y aportar los kilowatts excedentes al sistema eléctrico público.
La ley de balance neto funciona mediante el cálculo o balance entre lo producido y lo consumido, y a fin de mes se cobra o se paga aquello que se consume o se genera, y la compañía de electricidad -en este caso Edesa- estará obligada a comprar esos excedentes.