A mediados de 2014, el reconocido empresario y ex presidente de la multinacional tecnológica Oracle, Juan Rada, regresó a Chile con la intención de aportar desde su experiencia al desarrollo del país. Se integró al Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC) y hoy encabeza el Programa Estratégico Nacional de la Industria Solar (PES) anunciado en la Agenda de Energía 2014-2018 presentada por la Presidenta Michelle Bachelet hace diez meses. Una nominación que no es sorpresa, pues es uno de los chilenos que ha cosechado más éxitos profesionales en el extranjero, además de su conocida cercanía al ministro de Energía, Máximo Pacheco.
En la primera entrevista que da a un medio de comunicación desde su nuevo cargo, el experto adelantó detalles de la Hoja de Ruta en la que el consejo ejecutivo ha venido trabajando desde principios de enero, y que él presentará por primera vez de forma pública en la Feria Internacional de Tecnologías Energéticas (IFT) 2015, que se realizará entre el 8 y el 10 de abril en Espacio Riesco. Se trata de un trabajo del que participan tanto académicos como públicos y privados, y que tiene al Centro Nacional para la Innovación y Fomento de las Energías Sustentables (Cifes) -de Corfo- como gestor.
¿Por qué aceptó liderar el PES?
Chile tiene condiciones espectaculares en materia solar. Con una de las mejores radiaciones del mundo (hasta 9 KWh por m2 al día) podemos hacer que el combustible sea de mejor calidad y tenga un menor costo. Hoy, la energía solar chilena es competitiva con el gas y el petróleo sin subsidios, pero hay que organizar, trabajar bien y desarrollar proveedores locales, pues este no es un problema a cinco o diez años. La energía solar será parte del paisaje nacional por muchas décadas. El primer MW solar en Chile apareció en 2012 y, si todo va bien, este año tendremos el primer GW. Hay mucho trabajo de optimización que hacer y todos sus costos irán bajando cada vez más.
¿Cuánto pueden bajar los costos?
Aún no tenemos estos datos porque todo esto es tan nuevo que aún no están homogeneizados, pero el programa solar comprende tener esos datos, esperamos, en un año. Sin embargo, nuestra meta es que la energía solar sea más barata que el carbón, lo que implica trabajar en ingeniería, innovar y capacitar gente, entre otros. Nuestros plazos son de cinco años, pero creo que vamos a llegar antes por la calidad del combustible.
¿Cuáles son los planes para 2015?
Hay varios puntos en los que hemos estado trabajando, pero lo primero es el aprovechamiento del territorio. Las universidades de Santiago y de Chile están realizando un estudio sobre las características que influyen en las tecnologías solares: radiación, salinidad, temperaturas, etc. Sus resultados deberían estar en abril y nos darán muchos datos para saber qué tipo de energía es la más adecuada, qué desarrollos tecnológicos se requieren según nuestras particularidades, ver temas de instalación y proveedores locales.
¿Cuál es el presupuesto?
Este año contamos con cerca de $400 millones para armar la infraestructura del proyecto. Además, habrá programas basales para lo que tenga que ver con desarrollo tecnológico y creación de capacidades técnicas, cuyos fondos provendrán de la Corfo.
Que los recursos sean administrados por la Corfo y no por el Cifes ¿No lo vuelve muy burocrático?
Es burocrático y seguirá siéndolo porque tiene que pasar por Contraloría. Cuando dices fondos basales estás hablando de mucha plata, y estamos felices de que Corfo los administre. De todas formas, nosotros somos los gestores del programa y decidimos a dónde se dirigen, aunque en algunos casos será en conjunto con Corfo cuando dependen de sus programas.
¿Crearán instrumentos específicos de fomento a la energía solar?Definitivamente. Vamos a apalancar recursos para eso y habrá licitaciones para los basales. En este sentido, nos preocuparemos de que haya un grado de competencia, pero también de asociatividad, ya que aún no tenemos masa crítica.
¿Qué tecnologías trabajarán?
Los laboratorios van a ser para fotovoltaica y termosolar, para las cuales queremos adaptar sistemas, partes y piezas, pero también diseñarlas acá. En concentración solar de potencia, nuestros focos son las sales y ver cómo se puede hacer que sean más eficientes. Por ejemplo, se ha planteado que el litio puede ser mucho más interesante para el almacenamiento termal que sólo para el eléctrico, pero hay que estudiarlo, trabajarlo y entenderlo. Ese tipo de cosas financiarán los basales.
Integración a la red
El PES estará enfocado en el norte del país, básicamente en Antofagasta, Atacama y Parinacota. La radiación en esos lugares se concentra en casi toda la zona, sin embargo, por temas de integración las plantas se agrupan alrededor de las redes, las cuales presentan un gran desafío en materia de capacidad.
¿Qué dificultades existen para la integración de la solar?
Hay varios temas, por ejemplo, la variabilidad del recurso ¿qué pasa si una nube tapa el sol? ¿cómo gestionamos eso? Aún no hemos desarrollado la capacidad ni las normativas para hacerlo bien. En nuestra ley eléctrica no hay un concepto de desarrollo de servicio de la red y los CDEC están trabajando junto al ministerio de Energía en eso. Hay temas técnicos, normativos, de capital humano para entender bien cómo se modelan estos sistemas... en un año más se verá que las redes están en camino y la gente que invierte en solar sabrá con certeza cuándo podrá inyectar su energía.
La demora en la construcción de la red ha sembrado incertidumbre.
Hay mucha gente que está esperando la red y grandes fondos extranjeros que invierten en solar están atentos a que se solidifique la decisión, pero saben que el compromiso es a 2017. De todos modos, eso condiciona bastante la entrada de plantas solares, porque nadie quiere entrar mientras no tenga capacidad en la red.
¿Tenemos proveedores locales suficientes para satisfacer la demanda?
Al principio hubo empresas que trajeron instaladores desde afuera, pero eso ha bajado y están trabajando con gente de acá. Además, el programa contempla desarrollar capital técnico y profesional, proveedores y certificaciones de calidad. Estamos en eso y los proyectos parten en abril o mayo.
¿Cómo se trabajará la estandarización?
Eso es un problema de muchas industrias en Chile. A la gente no le gusta la estandarización y las normas porque piensan que es malo, pero las normas agregan demanda. Entonces estamos trabajando en una plataforma de construcción de plantas solares usando el Building Information Modeling (BIM), que es un sistema tridimensional que se usa en construcción e ingeniería y obliga a la estandarización. Ya hemos hablado con la industria y está de acuerdo, y de aquí a un año y medio crearemos librerías digitales para esta plataforma con todo lo que hay disponible en Chile y en el mundo para plantas solares. De esta forma la productividad sube, los costos bajan y los errores disminuyen.
Además, queremos que la industria solar tenga sistemas interoperables abiertos de gestión de datos digitalizados y elaborar rankings con datos comparativos útiles sobre rendimiento, mantención y las mejores prácticas. Ya estamos actualmente en conversaciones con la industria.