Algo comenzó a cambiar entre YPF y sus contratistas en Vaca Muerta. El complejo entramado comercial y político entre la principal operadora del país y un puñado de firmas locales empezó a mostrar fisuras. Y si bien no es un escenario nuevo, se acentuó de forma marcada por la baja del precio del petróleo y la obsesión de Miguel Galuccio por reducir al máximo los costos de la empresa para que el shale sea una opción rentable. La enorme maquinaria que se puso en marcha a partir del boom no convencional empieza a crujir.
Una serie de compañías que históricamente tuvieron relación con YPF empieza a ver caer sus contratos o a sufrir demoras o descuentos en las certificaciones, lo que deriva en atrasos de hasta 120 días o recortes en la facturación. Desde la petrolera aseguran que buscan optimizar los procesos: se pusieron muy exigentes con la idea de levantar la vara. Es una suerte de castigo al incumplimiento, que en algunos casos resulta muy alto. A su vez, salieron a pedir presupuestos a empresas de otras provincias que pasaron cifras un 30 ó 40% más baratas.
Los representantes de las firmas locales, en tanto, aseguran que es una estrategia para imponerles una nueva tarifa más baja y que no se cumple el Compre Neuquino. Creen que en su afán de mejorar la productividad, YPF hace recortes unilaterales y modifica o da de baja contratos. Explican que los números que presentan las empresas foráneas son un dibujo: tienen costos más bajos pero luego los suben. Ponen como ejemplo el componente salarial, ya que tienen trabajadores por fuera del régimen de Petroleros y por lo tanto pagan menos. Pero más tarde o más temprano, afirman, el gremio pide que se encuadre a esos asalariados bajo su convenio y los costos terminan siendo los mismos que los de una empresa local.
LOS ACTORES
El tema estalló a partir del reclamo de una serie de firmas sobre el atraso de pagos. Gabino Correa, TSB, Texey, Arioni e hijo, Peduzzi y Eduardo Osvaldo Rodríguez argumentaron que no podían pagar los sueldos por esta situación. La deuda con Texey, por citar un caso, alcanza los 48 millones de dólares, según denuncia la compañía. El gremio de camioneros lanzó un paro inmediato y apuntó contra YPF. La operadora se comprometió a saldar la situación, pero la trinchera sigue abierta.
Estas compañías emplean a cientos de neuquinos y rionegrinos. Muchas de ellas tienen desde hace varios años a YPF como su principal cliente. Algunos contratos se recibieron como herencia de la época de Repsol y tienen padrinos políticos que bregan por su continuidad. El gremio tiene predilección por algunas de estas firmas.
El gobierno provincial también juega en este partido. Mucho se habla en la Torre Madero, por ejemplo, sobre la cercana relación de Claudio Urcera, dueño de TSB, con los miembros del Ejecutivo neuquino. Recuerdan que la Provincia le compró al empresario un avión para GyP que costó 21 millones de pesos. La firma es una de las que encabezan el reclamo: según trascendió de las reuniones en el Ministerio de Trabajo, factura más de 150 millones de pesos por mes. Aduce que sus costos laborales –sólo en el pago a los choferes– rondan los 50 millones.
Existen empresas de servicios que crecieron de forma espectacular en la última década. Esto provocó en muchos casos una gran desorganización interna y falta de profesionalismo, que enoja a los responsables de compras de YPF: son reiteradas las quejas de trabajos comprometidos y no cumplidos o de responsabilidades que se asumen sin tener la estructura necesaria para llevarlas a cabo.
Lo cierto es que el acceso VIP de algunas compañías locales al registro de proveedores de YPF parece en riesgo. Y empiezan a aparecer algunos nuevos actores de otras provincias que vienen con nuevos costos y otras estructuras. En el sector del transporte y la logística se menciona a Ferrari, Otamendi o Beraldi. Todos hablan de Oil m&s, la empresa de Cristóbal López, que ya operaba en la cuenca pero ahora parece tener una presencia mayor.
COMPRE NEUQUINO
Del otro lado del mostrador la realidad se mira con otros ojos. Los empresarios creen que la petrolera que conduce Galuccio está "haciendo entrar empresas de afuera para bajar los valores".
"Las empresas que están en Neuquén tienen que pagar convenios petroleros, zona desfavorable y toda una serie de ítems. Las de afuera, con gente encuadrada en otros sindicatos, pagan otros valores. Eso pasó en el rubro del transporte", explicó un empresario que prefirió la reserva de su nombre.
Pero aclaró: "Una vez que operan acá, el gremio los aprieta y terminan reencuadrando a los trabajadores. Así terminan, más tarde o más temprano, pasando el mismo presupuesto que nosotros", detalló.
Explicó que hay empresas locales que han invertido mucho dinero para subirse al boom de Vaca Muerta y que están en riesgo de desfinanciarse. "Tenían una proyección de negocios que YPF pone ahora en duda ¿Qué tienen que hacer esas firmas?", se preguntó y concluyó: "Nosotros generamos valor en la provincia; una empresa de afuera deja sólo noches de hotel".
El titular de la cámara Ceipa, Marcelo Volonté, fue más diplomático. Aseguró que el gremio que encabeza –que se plegó al reclamo de las empresas de transportes– acuerda con la política de YPF de mejorar la productividad pero aseguró que "hay que sentarse y rediseñar el modelo de negocio, contratación y prestación".
Para el empresario, estas grietas en la maquinaria son señales de que debe haber un cambio, pero pidió que no sean las empresas contratistas las que tengan que afrontar con todos los costos.
"Con las facturas de YPF hay cero problema: una vez que la tenés es un cheque al portador. El problema es que las empresas no logran tener el certificado de los trabajos para poder facturar", explicó Volonté.
Los agravios en política caducan a los 60 días. La frase pertenece a Elías Sapag y la pronuncia a menudo su hijo Jorge Sapag. Esa caducidad parece haber operado esta semana, cuando el gobernador se reunió con el CEO de YPF, Miguel Galuccio.
El encuentro, según transmitieron las partes, fue ameno. Se tocaron varios temas vinculados con la actividad, entre ellos la renovación del parque de equipos y el diferendo con los contratistas neuquinos. También se acordó el último pago de los fondos por RSE prometidos por YPF tras la firma del permiso de explotación de 35 años.
La cordialidad exterior se condice poco con los comentarios cruzados que suele haber por debajo. Es que la relación entre la Provincia y la principal operadora de la cuenca quedó resentida tras el arduo debate por la nueva ley de Hidrocarburos.
La tensión con las contratistas locales es uno de los puntos en disputa. En el gobierno creen que YPF no tiene intenciones de respetar el Compre Neuquino. Inclusive suelen cuestionar el alcance de programas como el Sustenta. Del otro lado, vinculan al gobierno con algunas de las empresas locales que se quejan por la caída de contratos.
Pero, claro, nada de esto se habló en la reunión.
Acceder a una licitación de precios de YPF no es tarea sencilla. Los requerimientos para las empresas son muchos y tienen que ver con estándares de calidad a la hora de la contratación. Algunas compañías tuvieron que convertirse a la fuerza en expertas en la burocracia contable: dibujar los números para bajar o inflar costos es un arte que requiere talento.
Sin embargo, la principal petrolera del país no deja mucho lugar para los resquicios. "Río Negro Energía" accedió a las planillas que la empresa requiere para ingresar a una compulsa. La apertura de datos que se pide es tal que hasta se solicita consignar con detalle el beneficio que obtendrá la contratista con el servicio que ofrece.
Se exige una estructura de costos que debe coincidir con la cotización. Los datos requeridos son inclusive mayores a los de una licitación del Estado. Por ejemplo, se pide una apertura del componente de la mano de obra para conocer cuánto se paga en salario y cuánto en cargas sociales, aguinaldo y vacaciones. También cuáles componentes son remunerativos y cuáles no. Lo que busca la empresa es tener un conocimiento ubicuo del negocio de su contratista.
Una vez adjudicada la obra o el servicio, recién se puede facturar luego de obtener una certificación. Y es a la hora de certificar cuando empieza el terreno fangoso. Según Volonté, YPF hace quitas aduciendo supuestos incumplimientos que a veces no son tales. A su vez, denunció –en el caso del transporte, por ejemplo– que la empresa busca convertir contratos mensualizados en contratos a demanda, lo que redunda en pérdidas para las contratistas.
Los plazos de pago son otra incidencia compleja. "El trabajo se concursa, se termina y con viento a favor en una semana se hace la orden de trabajo. Si el inspector no la objeta se da curso, llega al gerente y se libera la orden de pago. Eso tarda 15 días. Una vez con la factura en la mano, el pago se efectiviza en 30", explicó un empresario local.
Vaca Muerta, que apenas despertó en el 2014, empujó fuertemente la producción de la Cuenca Neuquina que, en suma, envió a las refinerías de la región 132.328 barriles de petróleo diarios. De este total, sólo un 10% llegó hasta las plantas ubicadas en la provincia del Neuquén. El resto se bombeó en los oleoductos troncales, operados por Oldelval, que posibilitan el traslado del crudo hasta la localidad de Bahía Blanca.
En total, durante todo el 2014 se transportaron 53,12 millones de barriles de crudo Medanito sacado del subsuelo neuquino. El número surge de los balances presentados a la CNV por la empresa Oldelval, controlada mayoritariamente por YPF (37%) junto con otras seis compañías petroleras.
A excepción de Chevron, la socia comercial de la petrolera nacional en Loma Campana, el resto de las operadoras mejoró sus números de envíos a través de los servicios de Oldelval. Apoyada en una mejora en la tarifa –aprobada en diciembre del 2013– pero fundamentalmente en el repunte de la actividad, la transportista de hidrocarburos multiplicó por 30 su utilidad neta en la comparación anual, al pasar de 3,7 millones de pesos a 90,3 millones de pesos.
Durante el 2014 el efectivo generado por operaciones, es decir por el transporte de crudo, se incrementó un 427%. Esa facturación pasó de 31,6 millones de pesos a 167 millones en los doce meses de funciones. Sin embargo, los ingresos totales por servicios prestados fueron de 332 millones de pesos contra 160 millones del 2013.
Sobre este último ítem se destaca que Oldelval le facturó a YPF 171 millones de pesos, muy por arriba de los 62,6 millones del 2013. En el caso de Pluspetrol, trepó a 79 millones, en tanto para Petrobras fue de 48,5 millones. Para Tecpetrol los números también crecieron, al demandar servicios por 8,2 millones de pesos y PAE a 3,2 millones de pesos.
Sin embargo Chevron fue la única que redujo su cuota al contratar servicios a Oldelval por 21,2 millones de pesos contra los 22 millones de pesos del 2013.
La transportista además tuvo que afrontar deudas por un pasivo ambiental que provocó una rotura de un tramo del oleoducto (ver aparte).
La magnitud del movimiento del año pasado queda reflejado en todos los ítems del balance de la transportadora de crudo, sin embargo se clarifica al destacarse que las ganancias superaron más de tres veces en un año. Pasó de 5,2 millones de pesos a 18,2 millones de pesos a diciembre del 2014.
Oldelval explota los oleoductos troncales de acceso a Allen en el área del Comahue y del oleoducto Allen - Puerto Rosales, que posibilitan la evacuación del petróleo producido en la Cuenca Neuquina hasta el puerto de Bahía Blanca. En el camino abastece a las refinerías que se encuentran en la zona de influencia de su recorrido.