Ernesto Sanz consiguió que la Convención radical aprobara esta madrugada una alianza con el Pro y la Coalición Cívica, tras doce horas de debate y un final con insultos e incidentes a salida del Teatro Gualeguaychú, sede de la reunión radical más trascendente de los últimos años.
Recién a las 5.24 de la mañana con 186 votos sobre 130 la moción de un acuerdo con Macri y Carrió se impuso sobre la de promover un acuerdo amplio con otras fuerzas, promovida por Gerardo Morales, Julio Cobos y Raul Alfonsín. La decisión incluyó la aprobación de un documento programático de cinco puntos, anticipado ayer a la tarde por LPO, que en el punto cinco contempla algún grado de libertad para las alianzas provinciales.
Cobos fue el gran derrotado de la tarde: no logro reunir los votos para frenar el acuerdo con Macri y, por decisión propia,resignó su candidatura presidencial.
Liliana Puig de Stubrin, presidenta de la Convención, debió aclarar que la ley de primarias le permite a cualquier candidato presentarse pero Cobos ya se había autosentenciado.
El diputado empezó a encontrarse con su final al mediodía, cuando Sanz y sus laderos, Federico Storani y Walter Ceballos, garantizaban los 190 convencionales que puntearon toda la semana. La suerte de los aliados radicales de Massa había quedado echada cuando Alfonsínno pudo frenar una fuga de buena parte de los 73 convencionales bonaerenses liderada por Gustavo Posse, un ex aliado del tigrense que terminó acompañando a Sanz.
También fue clave para el triunfo los 80 suplentes que evitaron una sangría perjudicial. Hubo 330 sobre 337 posibles, demasiado para épocas con ocasionales reuniones partidarias.
La Convención empezó con varios homenajes y la primera prueba de fuego fueron las impugnaciones planteadas por Cobos y Morales a neuquinos y correntinos. El resultado fue un vaticinio de lo que vendría: fueron rechazadas por 188 a 114.
Sanz esperaba superar los 190 en la votación final pero la tardanza y el duro debate ajustaron el numero.
El senador y ahora único candidato a presidente radical fue recibido con aplausos a las 16 recibido y fue el primero en hablar tras homenajes e impugnaciones, en su condición de presidente del partido.
Prefirió no andar con vueltas: propuso un acuerdo con "los partidos que siempre se opusieron al kirchnerismo" en alusión al PRO y a la Coalición Cívica. Le cerró la puerta a Massa al señalar que para vencer al kirnerismo no se puede contar con alguien que haya estado en el Gobierno. E inició un duelo con Morales: "Banqué con mi cuero a los que sacaban fotos con Sergio Massa", se jactó.
Planteó la antinomía peronismo-anti peronismo que el jujeño pediría más tarde reemplazar por kirchnerismo-antikirchnerismo.
En una secuencia que dio para respuestas de todo calibre, aclaró que competirá con Macri en las primarias, que el acuerdo le permitirá garantizar las bancas en juego y anticipándose a la chicana dijo que si Macri quiere privatizar YPF se lo impedirán los bloques parlamentarios. "Si hacemos el acuerdo medimos 35 puntos", se entusiasmó.
Morales apuntó duro a Macri: lo vinculó a políticas neoliberales y advirtió que un acuerdo con él obligaría a la UCR a seguir ese camino. Fue la primera de una serie de duros ataques de convencionales a Macri y Sanz, quien para no escucharlos se ausentó hasta la votación.
El formoseño Luis Naidenoff -también aliado de Massa- habló de negocios con el PRO, Rozas recordó sus malas experiencias con Cavallo ("Me recomendó privatizar el agua y la luz", relató) y Ricardo Alfonsín vaticinó una desaparición de la UCR, además de machacar la gestión de Macri en la Ciudad.
"Hablan de entregarle un plan de Gobierno. ¿Y si no lo quieren? Ya habremos hecho el acuerdo", advirtió. "Hay gente que no va a elección y trató de pasara esto", dijo luego, en para explicar la dispersión del frente Unen. Pero Alfonsín fue otro de los grandes derrotados, no pudo garantizar para su sector ni a la mitad de los convencionales bonaerenses.
A Sanz lo defendió fuerte Storani con una denuncia: Dijo que Massa iba a echar a 16 empleados producto de la votación de hoy. "Massa no bajó de Sierra Maestra. Era de la Ucedé y como todos los conservadores, se hizo peronista", lanzó. "No quiero más populismo, ni aún en sus versiones renovadoras".
Storani no tuvo éxito en acortar los discursos y entrada la noche fue convirtiéndose en blanco de los insultos.
Los opositores al acuerdo no paraban de hablar y los aliados de Macri, pedían sin éxito que se votara y al menos una vez se respetaran los siete minutos permitidos para los oradores.
Pasadas las 4 de la madrugada, Luis Menucci leyó la propuesta de Cobos y Morales y cuando Cevallos intentó enunciar la de Sanz le recordaron a gritos que no era convencional. Debió hacerlo entonces Storani y no la pasó bien: desde los palcos lo silbaban y le tiraban globos amarillos.
El clima empezó a ponerse tenso y un grupo de jóvenes que se habían pasado el día afuera insultando a Sanz, forzaban la puerta para pasar. La policía debió disuadirlos y cerrar las persianas.
"Vieron. Ya empezaron a reprimir", se burlaban los anti PRO. Pero las cartas estaban jugadas. La votación fue nominal, a viva voz y con algún insulto cruzado. La alianza entre la UCR y el PRO se sancionó por amplia mayoría.
Julio Cobos pareció confesar, con su estilo, la derrota que parece avecinarse a su sector. En un discurso ante la Convención Nacional de la UCR afirmó que si triunfa la postura de Ernesto Sanz de limitar las alianzas al macrismo y la Coalición Cívica, directamente se baja de la pelea por la candidatura presidencial.
Fue un enorme retroceso respecto de su postura inicial de dividir las votaciones. Es decir votar primero el candidato a presidente del radicalismo y luego el marco de alianzas. Las fuentes consultadas por LPO afirmaron que probablemente en una hora se vote el marcod e alianzas y triunfe la postura de Sanz.
Es decir, todo indica que Sanz será el candidato a presidente de la UCR que deberá competir en una primaria contra Mauricio Macri y Elisa Carrió, en base al documento que anticipó LPO en exclusiva.
Este resultado si se concreta significaría además un duro golpe para Sergio Massa que apostaba a lograr a través de sus aliados en el radicalismo -que lideraron Gerardo Morales, Ricardo Alfonsín y Cobos- una resolución que avalara una primaria amplia que incluyera al Frente Renovador.
El discurso de Cobos decepcionó por su tibieza, casi no defendió su postura y se dedicó a hablar de vaporosos "planes de Gobierno". Pero entregó una definición: "Si la estrategia es la que propone Ernesto, que sea el candidato", afirmó.
Por su parte Morales, el otro gran aliado de Massa, se refirió a un anticipó de LPO: "En un portal dicen que me ofrecieron tres ministerios, saben que no aceptaría", se defendió.
En rigor, la derrota del sector que encabeza Gerardo Morales, empezó a intuirse este mediodía cuando LPO reveló que buena parte de los decisivos 73 convencionales bonaerenses que supuestamente responden a Ricardo Alfonsín, estaban migrando hacia la posición de Sanz .
Lideraron esa fractura que en buena medida terminó de definir la Convención, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y los dirigentes bonaerenses Pablo Dominichi y Maximiliano Abad.
La Convención radical que acordó una alianza con Macri y Carrió terminó con incidentes afuera del Teatro Gualeguaychu, con los convencionales custodiados y buscando salidas alternativas.
Desde temprano, miembros de la juventud radical de Entre Rios, Cordoba, Mendoza y La Plata siguieron la Convención desde afuera con cantos en contra de un acuerdo con Macri. El cancionero era extenso y con duros insultos a Sanz.
Al momento de la votación se enfrentaron a la policía para ingresar y terminada la votación, los convencionales no sabían como salir sin sufrir represalias. Algunos chicos lloraban.
"Ven, esto les pasa por acordar con Macri", gritaba enfurecido Luis Menucci, uno de los portavoces de Cobos en la Convención.
La policía acompaño a los desconocidos convencionales en un cerco estrecho pero los empujones no cesaban. Y cuando los jóvenes pedían a gritos a Storani y Sanz apareció Enrique "Coti" Nosiglia, quien había seguido la Convención desde el palco principal.
La reacción no tardo en llegar: Los jóvenes se avalanzaron y lograron acorralarlo contra la pared. Le tiraron botellas de plástico y un pibe tomó un basurero y se lo vació en la cabeza.
Conmovido, Coti pedía tranquilidad y cuando la policía le abrió paso, salió raudo. Los chicos pronto supieron que había otra salida a la vuelta y corrieron hasta allí.
De tanto esperar, apareció Storani caminando con su familia y no tardaron en rodearlo. Seguían su paso a los insultos y uno de los más sacados le arrojó botellas de plastico.
"Él se peleó con la dictadura", intentaba defenderlo una mujer. No tuvo éxito: sólo logro subir a su camioneta esquivando patadas.
Una mujer que lo acompañaba volvió hacia el teatro y cuando le tiraron basura, un joven que parecía su hijo se trensó a piñas con los rebeldes. No pasó de un breve intercambio de golpes.
"Se nos escapó Sanz", se lamentó otro chico cuando vio salir rápido al mendocino, nada menos que el hombre de la noche, amado y odiado por sus correligionarios, como corresponde a la historia del radicalismo.
El titular del radicalismo y precandidato presidencial, Ernesto Sanz, descartó hoy incluir al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, en un frente nacional opositor, al señalar que "la salida del kirchnerismo no puede ser liderada por alguien que viene del kirchnerismo".
Sanz también remarcó que su postura de confluir a nivel nacional con el PRO y la Coalición Cívica implica que la UCR "retiene" en el frente "todo lo que este año pone en juego y de allí, para arriba, compartir los efectos beneficiosos de un acuerdo ganador", dijo.
Además, señaló que un frente electoral con esas fuerzas de la oposición "puede hacer perder" al Gobierno en las elecciones de octubre y "hacerlos rendir cuentas de las fechorías que han hechos en estos últimos años".
En su discurso de apertura de las exposiciones en la Convención Nacional del radicalismo que se realizaba en Gualeguaychú opinó que, si se aprobara esa moción, "desde mañana ese acuerdo está arriba de los 35 puntos, con lo cual hay ballottage en la Argentina".
Se estima que las discuciones se prolonguen hasta la madrugada del domingo.
Los radicales, que ya no tienen un líder fuerte como lo fue el expresidente Raúl Alfonsín (1983/1989), fallecido en 2009, decidirán si harán alianza con otra fuerza de la oposición o si presentarán una fórmula propia para no perder su identidad aún sin tener candidato que figure entre los que lideran los sondeos de opinión.
Los dos principales candidatos por la oposición, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el diputado bonaerense Sergio Massa, aspiran a quedarse con los votos de la UCR que mantiene una histórica presencia en el interior del país, algo de lo que escasean las fuerzas nuevas, con mayor influencia en la Capital y su periferia.
El gobernador bonaerense y precandidato presidencial del oficialismo, Daniel Scioli, señaló hoy que el acuerdo conformado en las últimas horas entre la UCR y el PRO era una "alianza con contradicciones". En declaraciones a radio Mitre, definió a la agrupación electoral que encabezan el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri y el senador nacional Ernesto Sanz como un espacio que está "en contra de", mientras él se definió como "un candidato a favor" de las políticas del kirchnerismo.
Scioli afirmó que tiene la "enorme responsabilidad de llevar al peronismo a la victoria ante esta alianza que se ha conformado" entre la UCR, el PRO y Coalición Cívica. Además, sostuvo que frente a su concepción política de raíz peronista y afín al espacio "que conduce la presidenta Cristina Fernández" se generó "un espacio de alianzas que se van configurando con contradicciones y yo represento (el estar) a favor".
El Gobernador aventuró que "la mayoría del pueblo argentino no quiere retroceder" y resaltó que "esa alianza ha tenido posiciones en contra de, de YPF, de los acuerdos con China".
Cuando en su charla con radio Mitre le recordaron la UCR apoyó en el Congreso esos proyectos, Scioli disparó: "¿Pero quién lidera ese espacio? ¿Cómo votó Macri? En contra. ¿Qué posición tuvo contra los fondos buitres? Dijo que había que salir a pagar".
Además, ensayó críticas hacia la gestión macrista respecto a sus políticas de deuda pública: "Tuvo un avance en endeudamiento en millones de dólares", acusó.
Scioli hizo finalmente una "convocatoria a todos los sectores independientes interesados en tener una Argentina desendeudada e industrializada" para que lo voten.
Por Lucrecia Bullrich y Jaime Rosemberg.
Entusiasmados con las buenas noticias que les trajo la extenuante reunión de la convención nacional de la UCR , Mauricio Macri y Ernesto Sanz ya piensan en los próximos pasos para que la flamante alianza gestada junto a Elisa Carrió se consolide en las próximas semanas.
"Pasó la convención y se confirmó que vamos a internas. Ahora viene la integración de las listas", confió a LA NACION una alta fuente del armado nacional del macrismo. Así, consensuar una lista común de candidatos a diputados y senadores nacionales en cada distrito del país será el primer objetivo para los operadores de Pro y la UCR, una tarea a la que también se sumarán dirigentes cercanos a Carrió.
No será, por cierto, la única tarea difícil que le tocará a la nueva confluencia. La firma del acuerdo electoral con Pro y la CC-ARI; la consolidación de los armados provinciales (íntimamente ligados a las listas legislativas), y la elaboración de un programa de gobierno común figuran en la agenda de los tres partidos que integran la confluencia, aún sin nombre, de cara a las internas del próximo 9 de agosto.
Aunque envalentonado por el aval de su partido -que ayer por la madrugada aprobó su propuesta de alianza con Macri y lo ungió como único candidato radical a presidente-, Sanz tiene claro que el camino no es fácil y presenta varios desafíos. El primero es el tiempo. En los próximos tres meses deberá consensuar con Pro y la Coalición Cívica las listas de candidatos a diputados nacionales.
Lo hará con una premisa que dejó planteada anteayer ante la convención que se reunió en Gualeguaychú: el piso para la negociación será la cantidad de bancas que el radicalismo pone en juego en cada distrito. Números que Emilio Monzó, ministro de Gobierno porteño; el titular partidario, Humberto Schiavoni, y el senador Diego Santilli conocieron en las últimas semanas, cuando las charlas entre macristas y radicales se convirtieron en cotidianas.
Sanz apeló anteayer a la metáfora de la birome para intentar marcar la cancha. "En un acuerdo que integra la UCR nadie puede ser dueño de la birome, por más jefaturas que tenga", advirtió ante sus correligionarios. El armado de las listas, coinciden en ambos espacios, quedará en manos de una mesa chica que irá variando según la provincia. Aumentar la cantidad de bancas en el Congreso es uno de los pilares de la estrategia del radicalismo, que hoy tiene 35 diputados y 26 senadores nacionales.
Afinar los acuerdos en las provincias es otra prioridad conjunta. Los acuerdos están avanzados en las provincias en las que los candidatos radicales tienen chances de desbancar al kirchnerismo, como Mendoza (Alfredo Cornejo), La Rioja (Julio Martínez), Santa Cruz (Eduardo Costa), Catamarca (Eduardo Brizuela del Moral) y Chaco (Aída Ayala), y aquellas en las que la UCR compartirá interna con Pro, como Entre Ríos, con Atilio Benedetti (UCR), por un lado, y Alfredo de Angeli (Pro), por el otro.
La aprobación de la alianza nacional con el macrismo servirá, confían en Pro y la UCR, para terminar de anudar alianzas en distritos clave como Córdoba, donde el radicalismo no definió a su candidato, y la siempre difícil provincia de Buenos Aires, donde Macri impulsa a María Eugenia Vidal y la UCR no tiene postulante definido. Allí, como en ningún otro distrito, se prevén problemas de convivencia. "[Ricardo] Alfonsín jugó muy mal, fue el que más criticó a Macri. Con él va a ser difícil acordar", respondieron, tajantes, cerca del jefe de gobierno.
Sanz y Macri no tienen previsto reunirse en los próximos días, aunque los equipos de ambos empezarán a trabajar en conjunto cuanto antes. "Esto no es un salto al vacío. No empezamos de cero. Llevamos meses de conversaciones informales que ahora, con el resultado de la convención, podemos empezar a traducir en decisiones concretas", sintetizó ayer a LA NACION un estrecho colaborador de Sanz. La foto y la primera actividad en conjunto podrían demorarse hasta la semana próxima, no mucho más.
PROGRAMA COMÚN
El armado de un programa de gobierno estará centrado en compatibilizar las propuestas en las que ya avanzó el equipo de campaña de la UCR con las de Pro, centralizadas en la Fundación Pensar. Más adelante, probablemente después de las PASO, empezará a discutirse más en firme la "distribución de cargos en un eventual gobierno de coalición", confiaron los radicales.
La hoja de ruta de Sanz se completa con su rol de presidente de la UCR. En simultáneo con el armado con Pro deberá ocuparse de las heridas que dejó la convención de Gualeguaychú. Más allá del compromiso formal de apoyar su candidatura, una parte importante del partido resiste el acuerdo con Macri y no piensa disimularlo.
El macrismo, en tanto, también tiene como objetivo sumar a los "heridos de la convención", con eje en el jujeño Gerardo Morales y el tucumano José Cano, quienes sostenían hasta ayer una firme alianza con Sergio Massa con el objetivo de desbancar al PJ que gobierna en esas provincias del norte argentino. "Hay que irlos a buscar", comentan en Pro, aunque el propio Macri sería más cauto y aguardaría un tiempo prudencial antes de iniciar los contactos con esos dirigentes.
La que sí se mostró feliz por el resultado de la reunión de la UCR fue la propia Carrió. "La única unión que sirve es unirse para la República. ¡Felicitaciones! Ernesto, fue difícil, pero lo lograste", escribió la líder de la CC-ARI en su cuenta de Twitter.
"La prioridad es que las listas [de legisladores] sean ejemplares. Pero para eso falta mucho, lo más importante es este cierre republicano", dijo Carrió a LA NACION. Sus diputados Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin tuvieron y tendrán a su cargo la negociación.
Más allá de la alegría por el resultado en la convención nacional del radicalismo, la cautela es otra de las sensaciones que quedaron en el día después. Y no sólo en la UCR. "Faltan tres meses para cerrar alianzas y listas de candidatos. El proceso será largo y trabajoso", resumió un alto funcionario macrista que está al tanto de las conversaciones que vendrán.