No hay relación más importante para la economía mundial que la que mantienen Estados Unidos y China. Por esa razón, las declaraciones públicas de las autoridades que fijan políticas tienden a ser empalagosas, pero tal como muestran las transcripciones de las reuniones de la Reserva Federal desde 2009 la realidad es menos dulce.
Varios temas principales surgen de las 1.800 páginas que fueron dadas a conocer la semana pasada, que brindan un extraño vistazo sobre la manera en que se discutía sobre China puertas adentro en Washington.
Las autoridades norteamericanas apoyan el esfuerzo de Beijing de reequilibrar la economía, pero cuestionan su capacidad para salir adelante. Lo que surge más frecuentemente en esas conversaciones es la pregunta: "¿puede Beijing realizar las difíciles reformas estructurales necesarias para que la economía china deje de depender de las exportaciones y de las inversiones para crecer principalmente en base al consumo interno? ¿Lo que real y verdaderamente necesitamos, como venimos diciendo hace muchos años, es un reequilibrio de la demanda global que permita a Estados Unidos tener mayor demanda externa", aseguró Ben Bernanke, presidente de la Fed en ese entonces, en una reunión del Comité Federal de Mercado Abierto en abril de 2009.
Lo que preocupa particularmente a los miembros de ese comité, que fija las políticas de la Fed, es si China seguirá dependiendo de las recuperaciones de Europa y de Estados Unidos.
En el encuentro del comité en agosto, Bernanke se muestra más optimista tras una reciente charla con funcionarios chinos: "Los ví mucho más serios en cuanto a una transición de largo plazo hacia una economía más impulsada por el consumo interno".
La Fed se sorprendió con el programa de estímulo masivo de China y el aumento de los préstamos bancarios en 2009. Las autoridades aplaudieron la velocidad del impacto pero también veían problemas futuros. En una reunión de comité en abril de 2009, economistas del staff informan que China se está recuperando por el estímulo; en agosto lo describen como un "exitoso rebote". En respuesta, Dennis Lockhart, presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, pregunta si todo eso no podía fracasar. "Hace unos años era constante el temor a que el sistema bancario en China fuera insolvente. Parecen haber superado eso, pero ¿sabemos algo sobre el potencial de una crisis bancaria en China que podría haberse agravado por estos préstamos dirigidos?
La Fed no cree en los datos chinos. En las transcripciones se ve que los economistas de la Fed y miembros del FOMC repetidas veces agregan "descargos de responsabilidad" a su menciones a los datos chinos. El comentario más colorido lo hizo Richard Fisher, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas: "Siempre me sorprende el entusiasmo con el que informan sus cifras. Parecen saber los números antes de que termine el trimestre," aseguró. Y menciona una serie de datos que cuestionan el índice de crecimiento de 6% que había anunciado Beijing el trimestre anterior.
Bernanke señaló: "China es más fuerte que otros países asiáticos, pero quizás no tanto como indican las estadísticas oficiales".