Por: Mariano Martín.
La tensión entre el Gobierno y los sindicatos por la falta de señales sobre el Impuesto a las Ganancias y los reclamos por un tope en las negociaciones salariales subió ayer un escalón. Como había anticipado este diario, la reunión que mantuvieron el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, con gremialistas del transporte terminó sin respuestas favorables al planteo de alivio en el gravamen. Esa incertidumbre le suma presión a la inminente ronda de paritarias en el sector privado. El escenario, sin embargo, no es novedoso y replica el de los últimos años, en que el peso de Ganancias pasó a formar parte central del debate salarial. En los gremios dan por sentado que Cristina de Kirchner hará una modificación -sea cosmética o de fondo- en el tributo y que sólo lo dará a conocer cuando mejor le convenga en términos políticos. Pero incluso con esa convicción, todos los sectores sindicales pulsean por atribuirse la coautoría de la medida.
Parte de la dramatización la cumplieron ayer los gremialistas del transporte al confirmar la realización de un paro nacional de la actividad para el 31 de este mes, tras haber finalizado con las manos vacías la reunión con Aníbal Fernández y Tomada. Por lo bajo, varios de los dirigentes que participaron en el encuentro admitieron que la medida puede quedar anulada de inmediato con eventuales novedades sobre Ganancias. O, como adelantó este diario, con seguros desembolsos de subsidios sobre los sectores más críticos del transporte, como los micros de larga distancia.
Los funcionarios recibieron por la mañana a Roberto Fernández (colectiveros, UTA), Omar Maturano (maquinistas de trenes de La Fraternidad), Omar Pérez (Camioneros), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Juan Pablo Brey (Aeronavegantes). Como una letanía, los dirigentes explicaron los perjuicios del impuesto en un sector cuyos trabajadores están alcanzados casi en su totalidad por la retención fiscal. Y plantearon la necesidad de una reforma integral, o al menos la exención en el pago del impuesto sobre rubros salariales como las horas extras.
Ni soluciones ni promesas. Así sintetizaron los presentes la postura de los funcionarios. De ahí que, apenas concluyó la reunión, confirmaron el paro. Entre los organizadores creen que además de los 22 gremios del transporte que la organizaron, la huelga podrá contar con otros sindicatos, como la Asociación Bancaria, donde también pesa con fuerza el tributo.
El resultado negativo del encuentro alimentó las posibilidades de adhesión a la medida de fuerza por parte de las centrales obreras opositoras: la CGT de Hugo Moyano, la Azul y Blanca de Luis Barrionuevo y la CTA de Pablo Micheli, que hasta ahora no confirmaron su participación ante el temor de un eventual levantamiento a último momento de la huelga por parte de sus organizadores.
Ayer mismo, el minué entre funcionarios y dirigentes tuvo un cortocircuito. El faltazo del ministro de Economía, Axel Kicillof, a un almuerzo con gremialistas afines al Gobierno disparó todo tipo de explicaciones: cerca del funcionario alegaron que su presencia jamás había sido confirmada. Los sindicalistas, con el taxista Omar Viviani a la cabeza y como anfitrión, dejaron trascender que al saber que no habría respuestas por Ganancias se había preferido dejar sin efecto la convocatoria, en tanto que en el resto de la CGT sostuvieron que el propio Kicillof había suspendido la visita tras enterarse de que en otros niveles de la central obrera habían optado por explorar la vía política (Aníbal Fernández y la propia Cristina de Kirchner, eventualmente) antes que la técnica para encontrar una definición sobre el impuesto.
Los habituales negociadores con el Gobierno, mientras tanto, saben que sólo la jefa de Estado resolverá qué cambios practicar en Ganancias y cuándo anunciarlos. Suponen que lo hará inmediatamente antes de las primarias o entre esa instancia y las generales, como método para dar aire al oficialismo en la disputa electoral.
Sobre esa premisa, los gremios oscilan entre inflar sus pedidos en paritarias por sobre el 33%, de modo tal de prevenir el eventual descuento por el impuesto en sus actuales valores, o bien diferir el arranque de sus paritarias mediante sumas fijas no remunerativas. Esa opción es la que analiza plantear la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con un reclamo de $ 2.000 hasta mitad de año, para encarar recién en la segunda mitad de 2015 las negociaciones definitivas con porcentuales de aumento, con un escenario más claro respecto de Ganancias e inflación.
Los gremios del transporte ratificaron hoy el paro convocado para el 31 del corriente mes en reclamo por el impuesto a las Ganancias, luego de que fracasara la negociación con el Gobierno para desactivar la medida de fuerza.
"Hemos tenido una reunión muy amable pero lamentablemente no ha habido ningún avance ni se ha planteado ninguna alternativa a nuestros reclamos. Así que nosotros vamos a ratificar la medida de acción directa para fin de mes. El día miércoles vamos a convocar un plenario general de delegados y vamos a informar sobre los alcances de nuestra medida de fuerza para el 31 de marzo", afirmó el secretario General del sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, según consignó la agencia Télam.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández , recibió esta mañana a los representantes de los gremios del Transporte en la Casa Rosada con el objetivo de desactivar la huelga.
Al encuentro asistieron, entre otros, Juan Pablo Brey (Aeronavegantes); Omar Maturano (maquinistas ferroviarios de La Fraternidad); Schmid (Dragado y Balizamiento), Omar Pérez (Camioneros); y Roberto Fernández (colectiveros de la UTA). También estuvo presente en la reunión el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Antes de la reunión, el jefe de Gabinete había advertido que no iba a "aceptar ningún tipo de condicionamientos" de los gremialistas. Los gremialistas reclaman cambios en el impuesto a las Ganancias..
