Por MARIANA SHAALO.
La presión fiscal en Argentina alcanzó el 31,2% en 2013 y es una de las más altas de Latinoamérica y el Caribe, sólo detrás de la de Brasil, según un informe publicado esta semana realizado por el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Además, la presión fiscal en argentina medida como los ingresos fiscales como porcentaje del PBI fue una de las que más aumentó entre 1990 y 2013 en la región con un alza de 18,8 puntos porcentuales al pasar de 12,4% a 31,2%.
Sólo Bolivia experimentó una suba superior de 20,6 puntos porcentuales hasta llegar al 27,6% actual pero partiendo de un piso más bajo de apenas 7%. Luego en orden descendente se ubicaron Ecuador con un incremento de 12,2 puntos, Colombia con uno de 11,1 y Paraguay con 11. En el resto de países de la región las subas fueron más moderadas y oscilaron entre los 3 y 8 puntos porcentuales.
Incluso sí solo se toma en cuenta lo que ocurrió en 2013, último año de la medición, mientras que en Brasil, que lidera el ránking, la presión fiscal se mantuvo estable en torno al 35,7%, en Argentina continuó incrementándose con un alza de 1,7% interanual hasta llegar a 31,2%.
De acuerdo al documento, hay grandes diferencias entre los países de la región. Así Brasil ocupó el primer puesto de naciones con mayor presión fiscal en 2013, con un porcentaje por encima de la media de la OCDE, y en segundo lugar se ubicó Argentina, apenas tres puntos porcentuales por debajo de los de la organización que nuclea a los países más desarrollados y casi 10 puntos porcentuales por arriba del promedio de 21,3% de América latina y el Caribe.
En el otro extremo, se situaron República Dominicana con el 14% y Guatemala con el 13%. De acuerdo al análisis presentado, el promedio de ingresos fiscales sobre el PBI aumentó en 12 de los 20 países de la región, se redujo en 7, y se mantuvo sin cambios en uno.
En la OCDE la presión fiscal promedio en 2013 ascendió a 34,1%, con ingresos fiscales sobre el PBI comprendidos entre el 48,6% de Dinamarca y el 19,7% de México. Así pese a que los ingresos fiscales en América latina y el Caribe se mantuvieron estables en 2013 y siguen siendo considerablemente bajos como porcentaje de la renta nacional respecto a los de la mayoría de los países de la OCDE, los de Argentina y Brasil fueron la excepción con porcentajes muy por encima de los del promedio regional y más cercanos a los de la OCDE.
La diferencia entre el promedio de ingresos fiscales como porcentaje del PBI de la OCDE y el de los 20 países América latina analizados es actualmente de alrededor de 13 puntos porcentuales, frente a los 18 puntos porcentuales de 1990.
Sin embargo, para el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la presión tributaria efectiva es aún más alta y en en 2013 alcanzó el 38,7%.
De acuerdo a sus cálculos, hasta el 27 de Marzo de 2014, en función del PBI nominal publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) sin el cambio de base de por medio, la carga tributaria determinada por el Estado argentino, en todos sus niveles de gobierno, arrojaba un 38,7% del PBI para 2013, un 34% más alta respecto al 2004 (28,8%).
En tanto, con la nueva medición del PBI, más alto que el calculado con la antigua metodología, la carga tributaria efectiva fue menor para todos los años considerados y así, la presión fiscal pasó de 24,1% en 2004 a 34,5% en 2013, evidenciando un aumento del 43% entre ambos años, según el Iaraf.
En este sentido, hace poco en el Iaraf determinaron que el costo impositivo incluido en el precio de los diferentes bienes y servicios se encuentra en niveles muy elevados actualmente en Argentina, superando en el caso de los bienes y servicios analizados el 30% del precio que paga el consumidor por los mismos. El sector automotriz es el que registra los mayores porcentajes de carga tributaria, que llega a representar más de la mitad del precio final de autos de media y alta gama.