El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó hoy un 3,42% y terminó en 48,29 dólares el barril en una jornada marcada por la fortaleza del dólar frente a otras divisas internacionales.
Al cierre de la sesión de operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en abril bajaron 1,71 dólares respecto al cierre del lunes.
Los analistas coincidieron en señalar que en el descenso del crudo de referencia en Estados Unidos tuvo que ver la fortaleza del dólar frente a otras divisas como el euro, que se cambiaba hoy a 1,07 dólares, en niveles que no se recordaban desde abril de 2003.
Por su parte, los contratos de gasolina para entrega en abril bajaron 6 centavos y se situaron en 1,81 dólares el galón, mientras que los de gasóleo de calefacción en el mismo mes bajaron 3 centavos y cerraron también en 1,81 dólares.
Finalmente, los contratos de gas natural para entrega en abril, que también se siguen tomando como referencia, subieron este martes 6 centavos y cerraron la sesión en 2,73 dólares por cada mil pies cúbicos.
Por: Tyler Crowe.
A juzgar por la reciente cobertura informativa sobre el precio del petróleo, parecería que invertir en el sector de la energía es tan lucrativo como usar billetes de 100 dólares de papel higiénico.
Muchas personas ven este reciente descenso de los precios y asumen que "esta vez es diferente" y que los precios del crudo no harán exactamente lo mismo que han hecho durante los últimos 150 años.
Entiendo su lógica, las cosas sí parecen diferentes en este momento, y puede ser tentador tomar decisiones de inversión con base en la percepción de nuestro entorno. Al hacerlo, sin embargo, tal vez pases por alto factores críticos que podrían hacer de la energía una inmensa oportunidad de inversión justo frente a tus narices.
Vivir en nuestro pequeño mundo
Vivo en el área metropolitana de Washington D.C., y en últimas fechas veo más autos Tesla y otros vehículos totalmente eléctricos circulando por los caminos que SUV de gran tamaño tragonas de gasolina. Los paneles solares son cada vez más frecuentes en los hogares, hasta el punto que hay la misma probabilidad de verlos en un techo que no verlos. En general, hay un sentimiento generalizado de que las personas están mucho más conscientes de las opciones energéticas.
Las estadísticas a nivel nacional parecen apoyar esa apreciación. Desde 2005, el consumo total de petróleo crudo en Estados Unidos se ha reducido en un 10%, y el ahorro de combustible que traen consigo los vehículos de energía alternativa podría hacer que esa reducción sea mayor. El total de megavatios, o paneles solares instalados, se ha incrementado más de 10 veces en los últimos cuatro años, y no muestra señales de detenerse pronto.
Si yo tuviera que tomar decisiones de inversión a partir de mi análisis del entorno circundante, no parecería descabellado deshacerme de todas mis acciones en petróleo y gas e invertir exclusivamente en energías alternativas. Pero ese análisis ignoraría una cosa: el mundo es mucho más grande y mucho más diverso que mi pequeño rincón. En la actualidad, Estados Unidos representa alrededor del 4.5% de la población mundial, y el ingreso medio del país -aproximadamente 50,000 dólares- pone al estadounidense típico dentro del 1% con los salarios más altos en el mundo.
El panorama macro
Este tipo de estadísticas también pueden aplicarse a la energía. El consumo nacional per cápita de petróleo es de 900 galones por año, más de 4.5 veces el promedio mundial y cerca de 10 veces el consumo anual promedio de los 5,800 millones de personas que viven en países en vías de desarrollo.
Con esto no quiero mostrar que la población estadounidense vive mejor que una gran parte del mundo, es para recordar que nuestra toma de decisiones puede estar sesgada por nuestra educación y nuestro entorno, que casualmente es uno de los mercados energéticos más maduros del mundo. Si nos quedamos encerrados en nuestro horizonte y no miramos más allá de nuestro propio mundo desarrollado, pasaremos por alto ese enorme grupo demográfico de naciones en desarrollo cuya población crece rápidamente, produce y consume más bienes, y busca mejorar su calidad de vida en general.
En los próximos 25 años se prevé un crecimiento global impresionante, lo que tendrá un enorme impacto en las empresas dedicadas a la energía.
Estos son sólo algunos ejemplos:
Se estima que la población mundial crecerá de 7 mil millones a 9 mil millones en los próximos 30 años.
Se espera que el producto mundial bruto (el PIB del planeta) pase de los 75 billones de dólares actuales a casi 160 billones de dólares para el año 2040. Eso significa que el transporte de mercancías aumentará inmensamente.
Se prevé que la “clase media” mundial -aquellos con un poder adquisitivo de entre 15,000 y 36,000 dólares anuales - crezca a 4,800 millones para 2030 desde los 1,800 millones de hoy.
Conocer el terreno
Sí, se espera que el consumo de petróleo en el mundo desarrollado disminuya a medida que más vehículos de combustible alternativo y ahorro energético lleguen al mercado, y que la tecnología también frene en cierto grado la demanda de petróleo en el mundo en vías de desarrollo. Aun así, las estimaciones más conservadoras indican la necesidad de aumentar la producción de petróleo en 10 millones de barriles diarios para 2030 a fin de satisfacer la demanda de estos cambios demográficos mencionados anteriormente. Algunas estimaciones dicen que podrían necesitarse hasta 25 millones de barriles por día de producción adicional.
Satisfacer estas necesidades, así como sustituir el declive de los existentes pozos petroleros, requerirá inmensas cantidades de inversión en el desarrollo de nuevos suministros. La Agencia Internacional de Energía estima que, en el año 2030, los productores gastarán cerca de 23 billones de dólares para mantener y aumentar la producción y construir infraestructura para manejar esa capacidad adicional.
Has leído bien: 23 bi-billones de dólares. Casi el PIB combinado de Estados Unidos y China hoy por hoy.
Y ¿adivina qué? Hay suficiente petróleo y gas bajo tierra para satisfacer esta demanda. Tan sólo Estados Unidos está sentando en billones de barriles de petróleo potencial. El verdadero desafío es que aún no es tecnológicamente posible ni económicamente factible acceder a todas estas fuentes.
Tal vez nos encaminemos a una era donde tú y yo conduciremos vehículos de energía alternativa o de máxima eficiencia energética, pero al resto del mundo le tomará más tiempo -y más petróleo- alcanzarnos.
Lo que cree su servidor
Es tentador observar el mundo que nos rodea y hacer suposiciones sobre el futuro, y en ocasiones puede ser rentable. Sin embargo, cuando se trata de invertir en energía, los inversionistas deben ser conscientes del hecho de que el mundo es mucho más grande que su pequeño entorno personal. De lo contrario, podrían contemplar los precios actuales del petróleo y la caída de la demanda y asumir que la inversión en este sector es un desperdicio de dinero. Eso no podría estar más lejos de la verdad.
La caída del precio del petróleo durante 2014 y parte de 2015 se ha visto hasta el momento como un factor 100% positivo que puede estimular el crecimiento económico de España y la Eurozona (importadores netos de crudo). Tras varios meses con el oro negro por debajo de los 60 dólares el barril comienza a emerger un dato no tan esperanzador, el sector exportador de algunos países de la Eurozona empieza a ver el lado negativo de la caída de precios del crudo: las ventas a países como Rusia o Arabia Saudí se han frenado en seco.
Y es que los países 'ricos en petróleo' están viendo como la caída de ingresos por la venta de crudo empieza a lastrar el crecimiento de sus economías. Un menor crecimiento y una divisa más débil (por ejemplo el rublo o el bolívar) son las dos barreras que están lastrando la demanda de bienes y servicios europeos en estos países.
En el caso concreto de España se ha comenzado a observar en 2014 un sustancial descenso de las exportaciones a algunos países cuyas economías dependen en gran medida del petróleo. Tal y como informó el consejero delegado del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), Francisco Javier Garzón, las exportaciones de empresas españolas en Venezuela cayeron "en torno al 40%" en el pasado ejercicio. El país gobernado por Nicolás Maduro es uno de los más afectados por la caída del crudo, ante la escasa productividad de la industria petrolera en Venezuela.
Pero este no es el último caso. Las exportaciones a Argelia cayeron en 2014 un 5%, las empresas españolas exportaron 200 millones de euros menos al país africano. También las exportaciones a Rusia se redujeron en casi un 10%, mientras que las ventas a Arabia Saudí corrigieron un 4,2%, según datos del ICEX.
A pesar de estos datos, la situación no es alarmante puesto que las exportaciones hacia otros países como EEUU, China o Alemania, crecieron con fuerza, en parte por la depreciación del euro (no es el caso con Alemania), por la fuerte actividad económica de estas zonas y por la mayor competitividad de los bienes y servicios made in Spain.
Otro ejemplo es el del país exportador por excelencia, Alemania. Según publica el Deutsche Bank varios sectores se van a ver perjudicados por la caída del crudo. Las inversiones dedicadas a la exploración de más pozos y nuevos yacimientos de petróleo se han parado en seco, lo que ha reducido la demanda de la maquinaria necesaria para realizar las perforaciones y exploraciones. Precisamente es en Alemania donde se produce gran parte de estos equipos que luego adquieren las petroleras.
Las previsiones del banco alemán para 2015 no son muy halagüeñas para los exportadores que tengan su negocio centrado en los países petroleros: "La demanda de bienes y servicios procedente de los países ricos en petróleo podría caer este año entre un 10% y un 15%".
Aunque las exportaciones de Alemania hacia los países exportadores de petróleo no han parado de crecer en los últimos 15 años, desde Deutsche Bank se explica que las exportaciones totales podrían verse compensadas por una mayor demanda de otros países, por lo que no representan un riesgo real para la economía germana.
Esta es la parte negativa del desplome del precio del petróleo, algo que no empaña los beneficios de este fenómeno. Según el banco alemán, la Eurozona se está beneficiando de un modo mucho más claro y con más peso del shock positivo que supone el descenso del precio del crudo: "Supone un estímulo para el consumo privado, debido al descenso de los costes energéticos y de movilidad. Además, supone un aumento de la demanda de bienes y servicios alemanes y europeos gracias a la influencia global de esta 'ahorro' energético".
El 'petróleo barato' lastra el crecimiento económico de unos cuantos países, pero estimula a muchos más. Por eso es un shock positivo de carácter global que ayudará al desarrollo de la economía a todos los niveles.
En este momento, decenas de millones de barriles de petróleo son almacenados en enormes buques tanqueros fondeados en puertos de todo el mundo.
Son navíos que no van a ninguna parte. Apenas sirven de bodegas para guardar crudo como parte de una compleja jugada financiera.
La razón: en medio de la impresionante bajada de los precios internacionales del crudo, que en menos de un año cayó de más de US$100 el barril a alrededor de US$50, algunos de los grandes comerciantes de crudo en el mundo han decidido guardar enormes reservas de petróleo a la espera de que los mercados globales del petróleo se recuperen.
Y en momentos en que las capacidades de almacenamiento terrestre se ven copadas por el aumento de la producción, los comerciantes han acudido a reservas flotantes.
Algunos de los buques más grandes jamás construidos son usados por estos magnates petroleros para llevar a cabo esta operación comercial.
Exceso de oferta
Detrás de la jugada yace un razonamiento relativamente simple.
"Cuando hay un exceso temporal de oferta de un bien y se espera que la demanda aumente luego, tiene sentido guardar el bien hasta que aumente la demanda", le dice a BBC Mundo Craig Pirrong, profesor de finanzas de la Universidad de Houston en Estados Unidos.
Sin embargo, sólo un puñado de actores económicos tienen la capacidad financiera y operativa de llevar a cabo estas operaciones, le señala el académico a BBC Mundo.
Entre ellos cita a las empresas comercializadoras de petróleo Trafigura, Glencore y Vitol entre otros, así como a algunas empresas financieras como Goldman Sachs.
Uno de los buques empleados para guardar el crudo es el superpetrolero TI Oceania, indica el diario estadounidense The Wall Street Journal. Con una capacidad de 3 millones de barriles, es uno de los más grandes en su categoría.
Pero ahora permanecerá buena parte de este año anclado en Singapur, contratado por la firma de comerciantes de petróleo Vitol para almacenar crudo mientras pasa el temporal de los bajos precios.
El canal de televisión estadounidense CNBC cita a Francisco Blanch, analista de Bank of America, calculando que a mediados de 2015 habría entre 50 y 100 millones de barriles de petróleo guardados en almacenamiento flotante.
Para hacerse una idea de la magnitud de este fenómeno, basta recordar que Venezuela, el mayor productor de petróleo de América Latina, extrae cerca de 2,7 millones de barriles diarios, de acuerdo a información de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
Por lo que esta flotilla de buques podría tener almacenado el equivalente de más de un mes de la producción petrolera de Venezuela.
Impacto sobre el precio
Se cree que la maniobra de estos comerciantes tiene algún efecto, aunque no muy sustancial, sobre los precios internacionales del petróleo.
"El efecto sobre el precio, es que hace que el precio hoy sea ligeramente mayor de lo que sería de otra manera y hace que el precio futuro sea ligeramente menor porque estamos sacando producción del mercado hoy y volviendo a traerlo en el futuro", le dice Pirrong a BBC Mundo.
Almacenar petróleo en buques es más caro que guardarlo en instalaciones terrestres, agrega el experto, por lo que la operación es muy sensible a fluctuaciones en los precios.
Pirrong indica que la demanda por el petróleo está empezando a aumentar, por lo que cree que podría empezar a vender parte del petróleo que han guardado en buques.
En cualquier caso, no es la primera vez que una situación como ésta ocurre en el mercado mundial del petróleo.
En 2009, cuando el comienzo de la Gran Recesión mundial deprimió el precio del petróleo a cerca de US$40, los comerciantes también guardaron decenas de millones de barriles en almacenamiento flotante.
Eventualmente, el precio del crudo se recuperó lo suficiente para que se justificara vender esas reservas, y presumiblemente lo mismo ocurrirá cuando los precios vuelvan a subir en el actual ciclo que experimenta la industria petrolera.
Entre tanto, muchos buques repletos del "oro negro" permanecerán en puerto a la espera de un cambio de fortuna en los mercados del crudo.