Bautista López, ‘Nonó’ para el pueblo urarina del bajo río Corrientes, era el guardián del bosque antes de que la actividad petrolera llegara a esa zona de Loreto. “Antes de que hubiera cualquier operación de exploración, él no dejaba que nadie dañara la selva”. Daniel Awite, nieto de ‘Nonó’, señala ese bosque ahora inexistente y ocupado por grandes tanques de petróleo, una parte del lote 8 de la empresa argentina Pluspetrol y que se encuentra a tres días en barcaza desde Iquitos.
“Nadie extraño entraba hasta que entró Petro-Perú y arrimó a todo el pueblo a Nuevo Porvenir”, dice Daniel. Esa comunidad es una de las 37 que tienen como vecino al lote 8, en Trompeteros, desde 1970. Es también una que busca que Pluspetrol les compense por los daños ocasionados y los pasivos ambientales dejados por PetroPerú. “Por ejemplo, la quebrada Sungarayacu ya no sirve. Los peces han muerto ahí y la empresa nos ha dicho que nos va a compensar por ese daño, pero sigue botando desmonte en ella”, cuenta Daniel.
Los puntos por remediar en el área de influencia del lote 8 han aumentado en los 45 años de actividad petrolera. Sin embargo, la cuenta exacta de las infracciones la hace el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) desde el 2012, tanto en este lote como en el 1AB, ahora denominado 192.
Las faltas van desde exceso en los límites máximos permisibles de hidrocarburo, no cumplir con el plan ambiental de remediación de la laguna MSA en el yacimiento del Corrientes hasta incumplimiento de las normas de residuos sólidos. En total, son ocho multas que ascienden a 9.563,48 unidades impositivas tributarias (UIT), es decir, más de S/.36’819.000.