En momentos en que el petróleo abunda en el mundo, los productores y operadores enfrentan un dilema de miles de millones de barriles: dónde almacenarlo.
El inventario de crudo en Estados Unidos está en su mayor nivel en más de 80 años, según datos de la Administración de Información de Energía de ese país (EIA, por su siglas en inglés), equivalente a casi 70% de la capacidad de almacenamiento estadounidense. Se prevé que un centro de almacenamiento en el estado de Oklahoma alcance su capacidad máxima antes de mitad de año. Aunque los cálculos son aproximados, Citigroup cree que el almacenamiento de crudo comercial en Europa podría estar por encima de 90% de su capacidad, y los inventarios en Corea del Sur, Sudáfrica y Japón podrían ubicarse en más de 80% de su capacidad.
El peligro de quedarse sin espacio para guardar el crudo es que los precios, que ya han caído 50% desde junio, sigan en baja, predicen algunos analistas. Esto sucedería a medida que los productores venden petróleo con descuento a los pocos compradores que quedan con espacio para acumularlo. Sin embargo, los consumidores seguirían beneficiándose conforme las refinerías convierten un océano de crudo en gasolina y otros combustibles.
“Los niveles de inventario han comenzado a dar miedo”, dice Harish Sundaresh, gestor de portafolio y estratega sénior de commodities de Loomis, Sayles y Co., que administra cerca de US$230.000M. “Cuando veo el espacio de almacenamiento, no me parece que tengamos suficiente”.
No obstante, la ayuda podría llegar pronto. En todo EE.UU. se están construyendo tanques de almacenamiento, al tiempo que se están alquilando algunos buques cisterna de gran tamaño para guardar el petróleo.
Cuando la oferta y la demanda de petróleo están en cierta forma equilibradas, tanques de almacenamiento y cavernas de sal subterráneas sirven como lugares para depositar el crudo durante unos días mientras los operadores encuentran un comprador.
De todos modos, los productores están bombeando casi 1.500.000 de barriles diarios más de lo que necesita el mundo, debido a una combinación de una menor demanda y una mayor producción en EE.UU. Eso significa que el petróleo que se guarda hoy podría permanecer allí durante años, señalan analistas. Si el exceso empeora, más productores podrían verse obligados a cerrar sus pozos y, de hecho, dejar almacenado el petróleo en la tierra.
Sundaresh y su equipo, quienes supervisan US$5.000 millones, han apostado a que los precios del petróleo caerán debido a la escasez de espacio de almacenamiento.
El espacio para guardar crudo se está convirtiendo en un commodity con el que se puede operar en el mercado. CME Group, propietario de la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), planea lanzar el 29 de marzo el primer contrato a futuro de almacenamiento de petróleo. El contrato permitirá a corredores y productores comprar y vender el derecho de almacenar ciertos tipos de petróleo en Lafourche Parish, estado de Luisiana, durante un mes específico.
Desde 2009, la última vez que los inventarios estuvieron altos, un auge de construcción de tanques ha añadido decenas de millones de barriles de capacidad de almacenamiento. De todos modos, se están llenando con rapidez.
En las afueras de la ciudad de Cushing, en Oklahoma, Mark Hurley es el guardián de organizadas filas de tanques de depósito de crudo. Los contenedores, que en conjunto pueden guardar 6.600.000 millones de barriles—suficiente para llenar más de 400 piscinas olímpicas— están alquilados hasta fin de año.
“Recibimos muchas llamadas estos días para ver si tenemos almacenamiento disponible”, cuenta Hurley, presidente ejecutivo de BlueKnight Energy Partners, una unidad de Vitol Holding BV y Charlesbank Capital Partners. La respuesta de Hurley es corta: no.
Fairway Energy Partners planea usar cinco cavernas de sal subterráneas para almacenar casi 19.000.000 de barriles para fines de 2016. Esas cavernas son aptas para guardar crudo o gas natural porque sus paredes son impermeables.
La mayor parte del petróleo procesado en Houston solía importarse en buques que podían ser devueltos si el inventario crecía demasiado. Hoy, en cambio, las refinerías de Houston reciben gran parte de su petróleo de productores en Texas, Dakota del Norte y Canadá. Como la mayor parte del crudo estadounidense no se puede exportar por ley, los productores internos tienen menos mercados para vender su petróleo.
Muchos corredores consideran a Cushing como el epicentro del exceso global de crudo. La ciudad está en el punto de encuentro de oleoductos que conectan pozos petroleros en Canadá y el oeste de Texas con refinerías en la Costa del Golfo de EE.UU., además de ser el mayor centro de almacenamiento comercial estadounidense por capacidad. También es un lugar popular para guardar petróleo porque es el punto de entrega de los barriles que respaldan los futuros que cotizan en la Nymex. Debido a una peculiaridad en el mercado —los precios de futuros para meses posteriores son más altos que para el contrato del mes más próximo—, los corredores que almacenan crudo en Cushing pueden cerrar un acuerdo para vender ese petróleo a un precio más alto.
“Es dinero gratis”, dice Brian Busch, director de mercados petroleros en Genscape Inc., una proveedora de datos que hace seguimiento de los niveles de almacenamiento en Cushing. “No hay absolutamente nada que pueda evitar” que las instalaciones de Cushing se llenen por completo.
El inventario almacenado en Cushing aumentó a 49.200.000 barriles en la semana que terminó el 27 de febrero, según la EIA. Los niveles subieron en 7.800.000 en cuatro semanas; a ese ritmo, la capacidad que se puede usar en la zona llegaría a su máximo en mayo.
Cuando eso suceda, la mayor parte del almacenamiento que quedará disponible en el mundo se ubicaría en tanques en la Costa del Golfo de EE.UU. o en buques cisterna. Entre los países industrializados, los inventarios de crudo comercial y productos petroleros podrían alcanzar un máximo histórico de 2.830M de barriles para mediados de año, advirtió el mes pasado la Agencia Internacional de Energía. La última vez que estuvieron en ese nivel, en agosto de 1998, los precios del crudo promediaban US$13.38/ barril, equivalente a US$19.18/ barril actualmente.