El Departamento de Research de Morgan Stanley emitió ayer un informe sobre la realidad económica de la región andina. En el escrito deja de manifiesto que las cifras de crecimiento de Chile habrían tocado fondo en el cuarto trimestre, pero que aún se debe ver una recuperación sostenible en el gasto de capital.
Según Mario Dell'Oro, director ejecutivo de Morgan Stanley, hay tres factores que permiten sostener esto. En primer lugar un dólar fuerte "y esto les afecta a todos los países, porque sube el costo de financiamiento". Por otro lado, advierte un descenso de financiamiento en proyectos mineros, y como Chile es fundamentalmente un gran exportador de materias primas "nos hemos enfrentado a una postergación de proyectos de inversión". Por último, advierte sobre el debilitamiento chino, "vemos un crecimiento más lento. Los chinos están programando su economía en forma un poco más lenta y hay prioridades más importantes".
Sin embargo, el informe destaca que la mayor esperanza de recuperación para Chile es ahora la caída en los precios del petróleo, porque nuestro país es el principal importador de crudo de la región.
Dell'Oro afirmó que la posición de Chile "es más favorable que la de Perú y Colombia", porque "la gran fuerza de la economía chilena es que el país tiene una posición fiscal relativamente sana y eso permite una serie de ventajas que no necesariamente tienen otros".
Chile
es el país más beneficiado con la caída en los precios del petróleo, según Morgan Stanley.
Chile desplazó a Argentina en cuanto a monto de exportaciones se refiere en 2014, según cifras difundidas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y las entidad oficial de cada país.
De esta forma, Chile se ubicó como el cuarto mayor exportador de América Latina, detrás de México, Brasil y Venezuela. Argentina, en tanto, quedó en el quinto lugar, seguido por Colombia y Perú.
En 2014, los embarques chilenos llegaron a US$ 76.648 millones. Se trata de una mínima caída de 0,05% respecto al 2013 (US$ 76.684 millones). De este modo, Chile registra tres años consecutivos de descensos en monto exportado, según cifras del Banco Central de Chile.
Este descenso mínimos está a tono con la tendencia regional, donde la apreciación experimentada por la moneda estadounidense ha impactado al resto de las divisas.
Sin embargo, las exportaciones argentinas sumaron US$ 71.936 millones el año pasado, con una fuerte caída de 11,9% en comparación con 2013.
Para el Erik Haindl, economista de la U. Gabriela Mistral, estos datos implican "un mérito fuerte" para Chile, "porque la relación de las exportaciones miden la apertura de los países". En cambio, afirma que "Argentina, si bien no es una economía cerrada, tampoco es muy abierta. Es similar a lo que era Chile en los 70". Asimismo, el académico indicó que también influyen en este indicador de exportaciones los movimientos en términos de intercambio. "Nosotros tuvimos un buen precio del cobre el año pasado, en cambio la soya ya venía cayendo fuerte", explica.
A su vez, Facundo Martínez, economista de M&S Consultores del país trasandino, advirtió que lo que explica la caída de las exportaciones argentinas es "un atraso cambiario importante y una falta de inversión productiva que ha derivado en una caída de la productividad".
Consideró que el leve retroceso de Chile se explica por componentes de naturaleza cíclica, "donde pese a las cifras se ha podido mantener la competitividad". Mientras, sostiene que la situación de Argentina "es algo estructural, porque viene profundizando sus tendencias negativas desde hace años".
Tendencia
El leve descenso de las exportaciones chilenas responde a un factor de orden cíclico.
El ministro de Hacienda Alberto Arenas puede sumar a los economistas de Credit Suisse a la lista que concuerda con su visión de que lo peor para la economía chilena ya pasó.
Ayer publicó un informe en que mantiene su previsión de crecimiento de 2,8% para Chile en 2015, pero no descarta subirla a fin de mes, cuando se sepan las cifras del PIB de 2014.
"En Chile, la actividad económica parece estar estabilizándose al mismo tiempo que la caída de la inversión parece haber concluido", señala el informe.
El ministro Arenas ha dicho que la economía crecerá este año alrededor de 3% y en privado comenta que podría llegar a 3,2%.
Credit Suisse advierte que, dado el tenue crecimiento mundial y regional, así como los bajos precios del cobre, "las expectativas para un crecimiento mucho mayor en el futuro cercano parecen poco realistas".
Destaca que, entre los indicadores que sugieren que lo peor ya pasó, está que los niveles de confianza del consumidor han repuntado a raíz de la caída del precio del petróleo y la estabilidad del mercado laboral. A eso agrega que la demanda por créditos bancarios mejora, aunque marginalmente, y la actividad de la construcción muestra señales de una recuperación de los niveles de agosto pasado.
Con respecto a la Tasa de Política Monetaria, el informe dice que, considerada la inflación que ha generado la caída del peso, es muy probable que el Banco Central se mantenga en pausa por un tiempo indeterminado.
Credit Suisse hace hincapié en que el Caso Caval tendrá implicancias mínimas para inversionistas extranjeros, y que aunque golpea la popularidad de la Presidenta Michelle Bachelet, no afectará las perspectivas de inversión, ya que en su opinión la fortaleza institucional de Chile sigue firme.
En materia de inflación, Credit Suisse espera que acumule un alza de 2,9% a diciembre, en comparación con el 3,1% que se esperaba en el informe anterior.
Su visión más positiva sobre Chile no la comparte con las economías del resto de la región. En el documento de ayer el influyente banco suizo recortó su pronóstico de crecimiento para América Latina a 1.3%. En noviembre del año pasado su pronóstico era de 2,2%.