Una década pasó entre la inauguración de las dos mayores centrales hidroeléctricas del país. En 2004 comenzó a operar Ralco, de propiedad de Endesa y con una capacidad de 570 MW; y en 2014 la central Angostura, de 316 MW y de Colbún.
El agua, el único recurso propio capaz de generar energía que puede inyectar al sistema eléctrico las 24 horas del día, ha ido perdiendo su participación en la matriz. Y, al ser una fuente barata, una mayor presencia en el sistema podría ayudar a reducir las tarifas eléctricas.
De un total de 4.558 MW que se encuentran en el Plan de Obras de febrero de la Comisión Nacional de Energía (CNE), solo 1.107 MW -equivalente al 24%- son hidroeléctricos. Y de ellos, solo dos proyectos son mayores a 200 MW: Las Lajas (267 MW) y Alfalfal (264 MW), las dos unidades de Alto Maipo, de AES Gener. Se prevé que ambos entren en operación en 2018.
Del total de los proyectos hidroeléctricos en construcción hasta 2022 en Latinoamérica, 38 mil MW corresponden a centrales mayores a 200 MW, y Chile es el país con menor presencia de ellos. Las centrales de embalse están ya en retirada y ahora las inversiones se concentran en hidroeléctricas de pasada de menor capacidad.
Poco más del 2% de los proyectos hidroeléctricos de todos los tamaños en construcción en el continente está en Chile. Brasil y Perú son los países líderes en la materia.
Renovables por delante
De la capacidad total que está actualmente en construcción en el país, y que se proyecta entre en operación entre este año y 2018, el 40% -1.823 MW-corresponde a proyectos de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), esto es, energía solar, eólica y biomasa, principalmente.
Este tipo de fuentes también generan energía con recursos propios del país, pero tienen una desventaja: aún no pueden inyectar de forma continua al sistema eléctrico. Por tanto, las centrales de base -agua, gas, carbón y diésel- son necesarias para un buen funcionamiento del sistema.
La alta radiación solar de Chile, sumada a condiciones que permiten hacer proyectos sin la necesidad de obtener subsidios, han hecho del país uno tremendamente atractivo para los inversionistas. De todos los proyectos ERNC en construcción en 2015, el 76% son solares. Tanto es el interés de los inversionistas que en la industria se prevé que la meta gubernamental de lograr a 2025 que un 20% de la matriz eléctrica corresponda a fuentes renovables se podría adelantar unos cinco años. Hoy la CNE junto a los Centros de Despacho Económico de Carga (CDEC) están estudiando la mejor manera de incorporar estas fuentes al sistema.
El Gas Natural Licuado (GNL) es el combustible que el Gobierno definió como fundamental y se puso como objetivo impulsar en este período, pero de los proyectos en construcción, solo 815 MW corresponden a gas. El carbón lo sigue con 611 MW, y por último el diésel con 202 MW. Este último es la fuente de generación más cara.
2%
aproximadamente de los proyectos hidroeléctricos en construcción hasta 2022 de todo Latinoamérica se encuentran en Chile.
4.558 MW
están actualmente en el Plan de Obras de la CNE. El 40% de esta cifra corresponde a proyectos de ERNC.
20%
de la matriz eléctrica debería corresponder a ERNC según la meta del Gobierno para 2025, la que se podría adelantar para 2020.