El ministro está más aliviado con las últimas cifras de actividad y los datos del petróleo y el cobre. "2015 no tiene otro titular, será el del crecimiento económico". Espera que una recuperación del dinamismo ayude a revertir el mal momento político y de evaluación que vive el Gobierno, "será transitorio" dice.
Si a algunos cercanos a la Presidenta el caso Caval los puede hacer tambalear, al ministro de Hacienda Alberto Arenas le pasa todo lo contrario: se redobla su convicción en el camino trazado.
Y hoy de regreso de sus vacaciones está “más convencido que nunca” de la necesidad de un desarrollo inclusivo, como no se agota de decirlo. “En el balance económico 2014, a nosotros nos queda la convicción de que es compatible enfrentar la desigualdad con crecimiento económico, de que ambos se potencian y se complementan”.
Está más tranquilo porque las últimas cifras, lentamente, van consolidando un escenario mejor que 2014. Y repasa su primer año al mando de una de las cartera más polémica y poderosas del gabinete respondiendo a lo bueno, lo malo y lo feo de este período.
LO BUENO: “Lo separaría en dos partes. Una es que la economía chilena mostró su capacidad de enfrentar una desaceleración sin generar desequilibrios, porque una desaceleración se relaciona con mayor inflación y desempleo. Y ninguna de las dos cosas sucedió aunque circunstancialmente la inflación llegó a estar en 12 meses en 5,7% en octubre, y dos meses después cerró en 4,5%, con proyecciones siempre ancladas en el rango meta que fija el Banco Central; y esto de una u otra manera confirman las bases sólidas de la economía.
La segunda parte es lo que ocurrió en el Gobierno que ha implementado su programa en forma bastante exitosa, con varios proyectos aprobados como reformas estructurales, tributaria y educacional, término del binominal y el ministerio de la Mujer”.
LO MALO: “Desde el área del jefe del equipo económico, y aunque tuvimos éxito en aprobar la Reforma Tributaria, con bastante realismo debo reconocer que hubo un debate áspero, algunas veces ideológico y otra veces técnicos que a ratos fue bastante más allá de las condiciones normales, que generó ruido en los primeros meses de discusión la reforma tributaria. Creo que algunos apostaron a ir generando un clima de incertidumbre y una sensación de que nosotros no avanzaríamos en el programa de gobierno, pero se equivocaron en el diagnóstico”.
LO FEO: “Lo voy a decir en positivo. Chile es un país reconocido internacionalmente por la calidad de sus instituciones, la certeza jurídica, la seriedad, y eso me ha tocado sentirlo cada vez que estoy compartiendo a nivel internacional. Es absolutamente necesario cuidar este activo del país y acá han surgido cosas (casos Penta, Bilbao, Cascadas) que van absolutamente en el sentido contrario”.
Ministro, mirando ex post, ¿la instalación del Gobierno fue más difícil de lo que pensaban considerando sus experiencias anteriores?
La experiencia nos permitió tener en 5 meses despachada la Reforma Tributaria con un acuerdo transversal. Teniendo un gobierno de 4 años debíamos avanzar en forma sustantiva en al menos dos de nuestras tres reformas estructurales prometidas al país y en la agenda prioritaria y cada una de ellas está desplegada; se hizo porque hubo una planificación, mientras algunos actores sociales y políticos no creían que iba a ocurrir así.
¿Y eso afectaba las expectativas?
Se iban ajustando respecto de lo que iba transcurriendo en el año. Diría que el día que ingresamos la agenda laboral al Congreso en diciembre se produjo un cierre de expectativas en términos de mirar que, efectivamente, estas son las materias que vienen. Se generó un contexto que se ve reflejado también en algunas cifras y encuestas sobre la marcha esperada, estamos pasando de un escenario de pesimismo económico a un cauteloso optimismo.
Ministro, ¿usted podría decir que en 2014 su momento más duro fue cuando en muchas partes se decía que el mercado no confiaba en el ministro de Hacienda y se empezó también a perfilar la idea de que lo sacaran del gabinete?
(El ministro señala un gráfico con el Imacec 2014 y en base a él sustenta su respuesta)
Lo dibujo de esta manera mirando los datos del Imacec. Acá en abril-junio se dio el debate más álgido de la reforma tributaria y si se mira es un serruchito que va hacia abajo (de 1,9 a 0,8% en el III T), después viene el acuerdo y cambia de dirección; y lo viví en octubre en el Chile Day en Londres, y estoy absolutamente seguro que en los últimos meses la relación con los representante del mundo de los empresarios dista de lo que pasó cuando estábamos tramitando la Reforma. El 2014 fue un año duro, de mucho trabajo donde justamente tuvimos que afanarnos día a día para cuidar las expectativas y si tengo una evaluación de un momento duro fue el que usted coloca, porque ahí se correlacionaron ambas materias.
¿Con un IV trimestre subiendo a 1,9%, ¿puede decir que lo peor ya pasó?
Al final del ciclo del año, me quedo con la sensación de que fuimos capaces de conducir una política económica que deja atrás el pesimismo y empieza a consolidar un cauteloso optimismo, y eso es muy bueno porque no tiene sólo que ver con la trayectoria de las pendientes, sino que cuando las expectativas se empiezan a consolidar es justamente lo que se requiere para que 2015 sea mejor que 2014 en al menos 1 o 1,3 puntos más alto. Fuimos capaces de instalar este cauteloso optimismo, lo cual no significa que no haya críticas, o que algunos no vayan a seguir todavía pegados al pasado, pero cuando en diciembre hubo un número por sobre las expectativas, ya es muy distinto a lo que vimos el año pasado. Se empieza a instalar en Chile un moderado optimismo para dejar atrás el pesimismo.
¿No volverá el pesimismo con el Imacec de 2,7% enero, que es menor que el 2,9% de diciembre?
El Imacec de enero estuvo por sobre lo que esperaba el mercado hace un mes, cuando la encuesta de expectativas económicas del Banco Central indicaba un 2,2%. Este es el segundo dato consecutivo donde tenemos sorpresas al alza, lo que sugiere que la economía está recobrando de manera más dinámica su crecimiento, está recuperando el pulso. Eso el mercado lo entiende. Algunos analistas han sugerido que después del dato conocido el jueves, las expectativas de crecimiento para el año se volverán a revisar al alza (ya pasó en febrero cuando se conoció el dato de diciembre).
Mi impresión es que el mejor clima, esta mejor temperatura que estamos percibiendo en materia económica, no es sólo por un par de datos de Imacec. Hay una serie de otros antecedentes que permiten fundar un mayor optimismo: los flujos de inversión extranjera han seguido llegando con fuerza al país, el mercado laboral ha seguido creando empleo, nuestras exportaciones industriales han crecido a tasas elevadas y tendremos una muy buena temporada en el sector agrícola, debido entre otras cosas al elevado tipo de cambio, por mencionar algunas cosas.
¿No pueden aguar este brote verde la evolución del cobre y del petróleo?
Uno siempre tiene que estar vigilante y monitoreando la situación externa. Ahora, el año está recién partiendo, y los niveles del petróleo son bastante más bajos de lo que teníamos hace 4 meses y el cobre ha subido un poco. Sacar alguna conclusión hoy respecto a lo que está pasando con esos precios es apresurado pero las proyecciones del cobre hablan de una pendiente positiva.
¿Es decir que todavía está tranquilo con respecto a esos dos factores?
Voy a estar más tranquilo cuando siga subiendo el precio del cobre. Las derivadas de ambas tendencias hasta la fecha ayudan a este cauteloso optimismo que se está construyendo en la economía en Chile.
Así como 2014 fue el año de la Reforma Tributaria, ¿este 2015 va a ser el año de quién?
2015 no tiene otro titular, será el del crecimiento económico. Trabajaremos todos los días en todas las dimensiones para velar porque este optimismo, estas expectativas, que se están conformando en el mercado sigan en esa dirección. Hace unos meses todos dudaban de nuestra proyección y de una u otra manera en los últimos meses se empieza a asentar una proyección de crecimiento en torno a 3% en 2015, antes había revisiones hacia la baja que se han estabilizado y empiezan a converger hacia ese número.
Hagamos cuenta que se cumple su expectativa de mayor crecimiento económico ¿cree que eso le podría ayudar a levantar la cabeza al Gobierno en este difícil momento que está con una aprobación baja y en declive?
La dimensión económica es una de las dimensiones de la evaluación del Gobierno. Estoy convencido de que una economía en pendiente positiva será uno de los parámetros que ayudará a implementar de mejor manera el programa y también a tener mejores cifras de aceptación ciudadana.
¿Cree que esas cifras de aceptación se puedan revertir?
Aunque no soy ningún comentarista de encuestas, tengo una convicción: nosotros tenemos un norte claro, tenemos un programa y así como en 2014 hubo un período transitorio en la economía, estoy absolutamente seguro de que estas mejores perspectivas en la economía van a ayudar en conjunto con otras, a que lo que estamos viendo en las encuestas sea transitorio.
¿Cómo sigue inalterable esa convicción después del caso Caval?
Lo único que hace es reforzar mi convicción de que hay que enfrentar la desigualdad con un desarrollo inclusivo. Eso significa que si ocurren ciertas situaciones, tienen que estar donde corresponden, en este caso investigado por el Ministerio Público. Tanto el caso Caval como el Cascadas u otros no generan el ambiente más propicio para apuntar a un cauteloso optimismo, por cierto que no; pero el caso Caval está donde corresponde, se está investigando y dejemos que la institución funcione.
Ministro todos estos casos, Cascada, Penta, la demanda de la SEC, regulador de EE.UU. a Juan Bilbao, ¿cómo afectan al sistema financiero chileno, la confianza?
No ayudan absolutamente nada y cuando hablo de la alianza público-privada significa que el sector público debe hacer lo que corresponde y el sector privado también. Y por ello el proyecto de ley de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) no solamente se va a referir a gobiernos corporativos, porque hoy día tenemos una oportunidad en el marco de estos casos de avanzar con decisión en otras materias que de haber estado vigentes, el Estado podría haberlos enfrentado en otro pie.
¿En qué reformas se está pensando?
Puedo adelantar que además del foco en el comité asesor y en gobiernos corporativos, requerimos avanzar en fortalecimiento institucional, más facultades, con sanciones, con multas, para dar un paso más allá. Significa fortalecer en forma importante a la SVS de acuerdo al grado desarrollo que tiene el mercado financiero en Chile. Esta es una oportunidad para apretar el acelerador y convertir a Santiago de Chile en una base financiera regional.
El ministro Arenas afirma que una “tramitación eficiente en un tiempo acotado” del proyecto laboral también permitirá mantener el cauteloso optimismo de la economía, y por ello cierra la puerta a muchos cambios.
¿Qué le ha parecido la discusión de la reforma laboral ya que pareciera que a nadie le gusta?
No es la apreciación que tengo. Creo que nuestra agenda laboral trajo certidumbre porque apunta a modernizar las relaciones laborales y a mejorar la productividad en la empresa, es crecimiento de mediano plazo y va en la dirección correcta. Es absolutamente legítimo que en el debate a algunos les gusten algunas cosas y otras no, eso es muy normal y estoy seguro que vamos a tener un apoyo transversal en el Congreso.
¿Qué le parece que después de 3 meses de trabajo pre legislativo con la CUT, ahora califiquen el proyecto de “mala letra chica”?
No me quedó esa impresión en las conversaciones con la presidenta de la CUT donde la atmósfera ha sido franca, lo cual no significa que a algunos miembros de la Central les gustaría contar con algunas cosas adicionales a las que contempla el proyecto; es muy legítimo, que distintos actores quieran distintas velocidades. El Gobierno ha presentado un proyecto centrado, equilibrado que avanza sustantivamente en las relaciones laborales, y que además genera la certidumbre y estabilidad que requiere la economía para 2015.
¿Con qué argumentos no se incorporó en este proyecto ni la negociación por rama ni un cambio a la indemnización por años de servicio, último punto que plantea la OCDE?
Esto es bien sencillo: nosotros tenemos un programa de gobierno del cual el proyecto se hace cargo, y ahí no están considerados esos títulos. Una negociación colectiva en la empresa fue el objetivo que nos planteamos. La OCDE hace diferentes recomendaciones para Chile y creo que usted se va a la cuarta derivada respecto de un tema; sí, nosotros seguimos a la OCDE, y siempre estudiamos sus buenas prácticas pero cada país tiene su realidad a que debe adecuar cómo aplica esas buenas prácticas.
¿Cuál es el corazón de la reforma laboral?
Este proyecto es un todo, aquí hay un equilibrio en las distintas dimensiones. Y ante la pregunta ¿los equilibrios pueden perfeccionarse?, por cierto que sí, pero sin perder la dirección, hay como siete u ocho materias que se plantean para equilibrar la relación trabajadores - empresarios.
Para entender bien el equilibrio: ¿el no reemplazo, los servicios mínimos, la titularidad, está por el lado de los trabajadores; y la adaptabilidad y las sanciones a las prácticas sindicales por el lado empleador? ¿a eso se refiere?
Puede ser un buen resumen. Estamos avanzando en un debate postergado por 40 años.