La plata ha sido utilizada desde sus orígenes como dinero y siempre ha logrado mantener su poder adquisitivo. El mercado de la plata, relativamente pequeño, está listo para un gran movimiento alcista cimentada en pilares muy sólidos. Con los actuales precios -16 dólares la onza- entrar en el mercado de la plata puede ser la inversión de la década impulsada por una tormenta perfecta explica Nolan James Fyfe en nuestro artículo de hoy. ¿Por qué?
En 2011, el precio de la plata se acercaba a un cambio de 50 dólares por onza y todo parecía indicar un próximo asalto a nuevos máximos. Sin embargo, la cotización se vio afectada por una serie de intervenciones en el mercado de papel -impulsando de forma temeraria las órdenes de venta- propiciando grandes márgenes de ganancia en el CME. Las consecuencias de este impacto vendedor todavía hoy se deja ver en la actual cotización de la plata, que se cambia a 16 dólares la onza.
No voy a arengar sobre la manipulación existente en los mercados de papel denunciando estos comportamientos en los mercados del petróleo o el oro. Pero sí me gustaría incidir sobre un desequilibrio importante. Cuando la onza de plata se cotizaba a 50 dólares, el volumen del mercado en papel superaba las más de 1.000 millones de onzas al día en negociación, cuando la producción minera total mundial de ese año fue de sólo 800 millones de onzas. Es decir, el volumen diario de negociación superaba incluso la producción anual del metal. Así que una vez más, los mercados de papel actuaban en función de la agenda establecida por los grandes bancos. Por eso es complicado hallar un precio real en el mercado de papel. Sobre todo cuando los cimientos fundamentales a tener en cuenta para establecer una valoración son irrelevantes para el propio mercado.
En un artículo anterior escrito sobre el oro, describía un escenario inflacionario en los metales preciosos, en el momento que se deje de considerar la moneda fiduciaria como reserva de valor. Los bancos centrales han destruido sus balances financieros y mantienen tipos de interés negativos, una situación que el mercado corregirá de forma autónoma. Y en estos escenarios sombríos son donde se puede desarrollar el potencial extremadamente alcista para la plata y el oro. El mundo ha perdido la fe en los bancos centrales y su estructura se está viniendo abajo en estos momentos. Para Marc Faber, “la única manera que tienen los bancos centrales de evitarlo es con el oro.” No podría estar más de acuerdo, pero debo añadir la plata y cualquier otro activo físico.
En este artículo, me voy a centrar más en la oferta y la demanda. La demanda de plata se divide en tres categorías importantes: plata para la industria, plata como inversión, y la joyería de plata y artículos de decoración. Más de la mitad de la oferta anual va a parar a la industria, lo que deja una mínima parte para joyería e inversión. El enorme cambio vendrá de la mano de plata como inversión más que de cualquier otra parte.
Algunos datos sobre la demanda de plata para tener una perspectiva más profunda
La proporción de base de la plata con oro se estima en alrededor de 17 a 1. En la época romana, la relación precio entre los dos metales se fijó en 12 a 1, es decir, que 12 onzas de plata podrían ser canjeadas por 1 onza de oro. En 1792, la proporción fue fijada por ley en los Estados Unidos en 15 a 1. Sin embargo, la relación media de precios durante el siglo XX se mantuvo en 47 a 1. Sólo en dos ocasiones, la relación entre ambos metales estuvo más cerca. En 1980, cuando los hermanos Hunt intentaron acaparar el mercado de la plata y el precio quedó establecido en 17 a 1, hasta los reguladores intervinieron y los aplastaron. Y también en 2011, cuando la proporción se redujo a 30 a 1 marcando un máximo histórico en EE.UU -a 50 dólares la onza- para devenir desde entonces hasta los precios de hoy.
En 2013, el total de la plata extraída en minas era más de 800 millones onzas, mientras que el total del oro rondaba los 100 millones. Esto representa una proporción de 8: 1 en producción. Los precios actuales de plata -alrededor de 16 dólares la onza- y del oro -1200 dólares por onza- nos da una relación de 75 a 1. No es descabellado pensar que la relación pueda volver de nuevo a un 30 a 1 pero, si la inflación repunta, se podría estrechar incluso hasta en un 15 a 1, sino más. Con una previsión conservadora de oro para la próxima década en torno a los 3.000 dólares por onza, podemos ver la plata a más de 100 dólares la onza.
El consenso generalizado entre los mineros de plata establece que con un valor de menos de 20 dólares por onza, no resulta rentable la extracción del metal. Los costos de explotación de las empresas varían mucho en la industria. Las empresas que han sobrevivido han ido posponiendo gastos y reteniendo la producción cuando el precio caía demasiado. Mientras, otros grandes productores se han unido para formar conglomerados. Este fue el caso de First Majestic el pasado año. El CEO de la compañía confía que, a pesar de la manipulación, el precio real del metal se imponga en los mercados.
Según ‘El Instituto de la Plata” (Silver Institute), en 2013 -último año completo de datos disponibles-, se registró un déficit de suministro global de 100 millones de onzas de plata. Así que la caída de precios durante este periodo se opone a cualquier lógica regida bajo la ley de la oferta y la demanda.
La oferta de suministro de metales preciosos es más elástica que la de otras materias primas, como el petróleo o cereales en el corto plazo. Hay mayores opciones de inversión, además de un exceso de existencias almacenadas a través de ETF y los bancos centrales. Todas estas reservas pueden ser puestas en circulación, de forma encubierta, para enmascarar la fuerte demanda de plata, como se ha demostrado anteriormente. Todos los productos básicos, con el tiempo, siguen los mismos parámetros de oferta y demanda; si el precio se mantiene por debajo de los costes de producción durante mucho tiempo, entonces la oferta desaparece, causando una gran limitación de la misma y el consiguiente aumento de los precios.
La inversión en recursos es muy cíclica y puede llevar tiempo lograr el equilibrio entre la oferta y la demanda. Como a Rick Rule le gusta decir: “La cura para los precios bajos son los precios bajos.” Ese día se acercará rápidamente cuando el daño hecho, al mantener los precios de la plata baja, provoque enormes limitaciones de la oferta.
El suministro total anual del mercado de la plata se podía comprar por alrededor de 16. 000 millones de dólares a precios de mercado. Como la mitad de la oferta mundial va dirigida a usos industriales, la cantidad se reduce aún más, a menos de 8 mil millones de dólares, la cantidad destinada a joyería mundial, complementos e inversión principalmente.
China y Rusia son los dos grandes productores de plata y oro. Ambos países son importadores netos de oro y sospecho que la mayoría de su producción de plata nunca sale de sus fronteras. Así que existiría un 15% adicional de suministro anual sin declarar. Es un mercado tan pequeño que podría ser comprado en su totalidad por grandes fondos o inversores, sin olvidar países como Rusia o China, con enormes reservas de divisas.
Plata por habitante en el mundo
Otra manera de poner el tamaño del mercado de la plata en perspectiva es tomando el suministro anual de plata en el planeta y dividirlo por la población mundial. El primero, incluyendo los desechos asociados, es de cerca de 1000 millones de onzas, más de la mitad de las cuales se utiliza para la industria. Eso deja a unos 400 millones de onzas a dividir entre más de 7.000 millones de personas. El resultado son 0.057 onza per cápita, que es menos de 1 dólar de plata a precios de hoy. Sin embargo, se podría esgrimir que no todos los habitantes del planeta quisieran comprar plata. Bien, pues ¿por qué no tomamos simplemente de ejemplo a Norteamérica con más de 500 millones de personas? Nos saldría 0.8 onzas de plata -que equivalen a 13 dólares- por cabeza. Así que en India y China, los dos grandes consumidores de metales preciosos, con una población combinada de cerca del 40% del mundo, no existiría mercado de plata para la inversión. ¡Así de pequeño es este mercado!
India ha establecido prohibiciones a la importación de oro en los últimos años. En consecuencia, los indios se volvieron rápidamente a la compra de plata como un depósito de valor, disparando las importaciones. Rusia y China son importadores netos de metales preciosos como se ha dicho. Las Casas de la Moneda (US Mint) de toda América del Norte están registrando un récord de ventas y se han registrado retrasos en los envíos de diversos productos.
Los precios comienzan a divergir de lo establecido en mercado de papel. Primas pequeñas están empezando a surgir en el mercado físico, especialmente en China, que tiene la mayor bolsa de metales físicos del mundo.
Al igual que el oro, cuando los fundamentos objetivos de la plata se confirmen en el mercado, la subida de precios en el futuro será brusca y repentina. Los que todavía no disponen de plata y la requieran en un mercado al alza, tendrán problemas para conseguir la plata física.
Como en todos los mercados de productos básicos, los productores marginales ofrecen un mayor potencial alcista. Esto se debe al apalancamiento contraído con el precio de la plata y la revalorización que se genera con un precio al alza. Pero como cualquier forma de apalancamiento es un arma de doble filo. Los precios de los productores de valores marginales han sido maltratados desde 2011. Por lo tanto, hay que tener cuidado ya que algunos de estos productores podrían no aguantar en este mercado bajista ni refinanciar la deuda contraída. Este es un escenario posible si el precio en papel sigue cayendo a corto plazo y los plazos aprietan. Hay que buscar balances sólidos si hablamos de productores marginales. Creo que la plata se elevará drásticamente desde los niveles actuales, por lo que no veo la necesidad de especular más con empresas mineras de medio pelo. No así con empresas consolidadas en la producción y de historial probado.
Actualmente, cuando se cotiza la onza de plata a 16 euros, mantengo que habrá un retorno desmesurado en la próxima década. No me sorprendería ver la onza de plata cotizar a 100 dólares, lo que equivaldría a un aumento del 600%.