Hoy se dio una ola de compras en el mercado cambiario brasileño en busca de dólares, en medio de la incertidumbre por las reformas fiscales por las diferencias entre el Congreso y el Gobierno. Así, el real se depreció un 1,74% frente al dólar, y cerró a 2,98 para la venta en el tipo de cambio comercial brasileño.
La moneda estadounidense llegó a mitad de la rueda a alcanzar un máximo de 3,00 reales, el mayor valor para el billete verde en los últimos 10 años. Brasil es el principal socio comercial de Argentina y los cambios en sus cotizaciones impactan directamente en el intercambio económico.
En el mercado estimaron que no hay voluntad política para avanzar con las medidas de ajuste fiscal que el gobierno había encarado, debido a que ayer el presidente del Senado, Renán Calheiros, rechazó una norma del 27 de febrero mediante la cual se aumentaban los impuestos sobre las nóminas y se reducían las ayudas a los exportadores.
La Bolsa de San Pablo, en línea con el mercado cambiario, caía un 1,63%, a 50.483 unidades.
La moneda local superó los 3 reales por dólar, valor al que no llegaba desde 2004, y crece la preocupación para la economía argentina, que tiene al país vecino como uno de los principales socios comerciales
Una de las devaluaciones más profundas del real de los últimos tiempos tuvo lugar en Brasil. La moneda local superó los 3 reales por dólar, valor al que no llegaba desde 2004, en los primeros meses de gestión de Lula da Silva, en el que los mercados no depositaron su mayor confianza.
Hoy, con Dilma Rousseff en el poder, la inflación de los primeros dos meses del año ya llega a la mitad de lo previsto para todo 2015 y el escándalo de corrupción de Petrobras está minando la confianza de los inversores en el país.
El dólar y las tasas futuras de interés se dispararon hoy en el país vecino, justo el día en que desembarca en el país la calificadora Standard & Poor’s (S&P) para comenzar a evaluar el “rating” soberano.
El dólar subía 2,32% cerca del mediodía, a R$ 2,9947, en su máximo de la jornada, el nivel más alto desde el 18 de agosto de 2004, cuando rozó los R$ 3,013. El billete estadounidense para abril se apreciaba 2,11%, a R$ 3,018, tras alcanzar los R$ 2,9995 como máximo.
Tanto la devaluación del real como la caída de la economía impactan de lleno en Argentina, al tener a Brasil como uno de los principales socios comerciales. Si su economía se contrae, compra menos productos argentinos, algo que ya sucede desde el año pasado.
La demanda brasileña es clave por ejemplo para la exportación de autos ensamblados en Argentina. La producción automotriz es la de mayor ponderación en la actividad industrial local, que arrastra 18 meses consecutivos de baja.
La moneda brasileña se depreció un 2,32% en la jornada de hoy y alcanzó un valor que no se veía desde el año 2004. Los expertos estiman que seguirá este camino, ¿qué debe mirar usted?
El real no afloja su marcha devaluatoria sobre la moneda estadounidense y cada día está más cerca de llegar a las 3 unidades por dólar. En la jornada de ayer, se depreció un 2,32% y tocó así valores mínimos de casi diez años.
Esto de un modo u otro nos perjudica. Y por eso, es importante entender lo que pasa para tomar las mejores decisiones en los mercados.
¿Por qué se devalúa el real?
El equipo económico que lidera el ministro Joaquim Levy afirmó que no tiene interés en mantener el tipo de cambio artificialmente valorizado. En este sentido, la fuerte transición económica local que impulsó Dilma Rousseff, tras ser reelecta presidenta de Brasil, es una de las razones que provoca la caída del real y su máxima devaluación en diez años.
El real viene perdiendo terreno frente al dólar desde que el gobierno de Dilma se mostró más propenso a abaratar su moneda para beneficiar a los exportadores. Según informó la consultora de mercado CMA de Sao Paulo, ayer el dólar alcanzó los 2,929 reales para la venta en el tipo de cambio comercial. Y hoy, casi llegando al mediodía, llegó a los 2,9947 reales.
Esta cotización no se veía desde el 18 de agosto de 2004, cuando rozó los 3,013 reales, y los expertos estiman que seguirá acentuándose todavía más.
Además, distintos economistas brasileños señalaron que distintos factores domésticos están sosteniendo la cotización del dólar en línea con la mayor fortaleza que experimenta la divisa norteamericana en los mercados mundiales.
Desde que la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos puso fin a su programa de estímulos monetarios, el billete verde comenzó a fortalecerse ante monedas de todo el mundo. Con la inminente suba de tasas, los inversores comenzaron a mirar con recelo los activos de las economías emergentes y pusieron el ojo en los activos estadounidenses.
Sumado a esto, los pobres datos en torno al crecimiento económico para 2015 potencian la desconfianza internacional y favorecen a la salida de capitales. Hasta ayer, el real acumulaba un retroceso del 8,5% en lo que va del año. Ahora bien, la pregunta central de la cuestión es la siguiente:
¿Cómo nos afecta?
A medida que el sector privado exportador argentino pierde competitividad por el atraso cambiario, la devaluación del real vuelve más competitiva a la economía brasileña.
Para Nery Persichini, economista de Inversor Global, “esto sin dudas pone más presión al dólar en la Argentina, ya que el atraso cambiario local se torna más evidente a medida que Brasil se ‘abarata’ en dólares”
¿Qué significa esto? Que con una moneda menos competitiva frente al real, se vuelven menos atractivas nuestras exportaciones. Y la situación se torna más grave todavía si consideramos que Brasil es nuestro principal socio comercial.
Entonces, mientras el gobierno se aferra a un dólar quieto para mantener estables las expectativas de inflación, a costa de agudizar el retraso cambiario existente, usted debe buscar alternativas para proteger sus ahorros. Tarde o temprano, el dólar se ajustará al alza y es mejor estar preparado.
El dólar en Brasil subió ayer más del 2% y tocó los 3 reales después que el presidente del Senado, Renan Calheiros (del PMDB, aliado del PT), rechazó una medida provisoria (una especie de decreto de necesidad y urgencia) enviada por el Ejecutivo sobre exenciones impositivas, complicando más aún el ajuste fiscal comprometido. Sin duda, la sostenida devaluación del real no sólo complica la estrategia de atraso cambiario del Gobierno argentino, sino que constituye otro foco de deterioro de la competitividad de las exportaciones argentinas en el comercio bilateral. Según datos del Estudio Broda, el tipo de cambio real bilateral ya había caído en febrero pasado a niveles de la convertibilidad de diciembre de 2001. La contracara es el abaratamiento de vacacionar en el vecino país.
Ocurre que en Brasil, a medida que al equipo económico liderado por Joaquim Levy se le dificulta recortar gastos y subir impuestos, la presión cambiaria se intensifica. Así, al promediar la sesión el dólar subió un 2,25%, a 2,994 reales, después de alcanzar el precio máximo de la jornada en 3,0010 reales, el mayor nivel desde agosto de 2004.
Sobre el cierre y tras una leve intervención del Banco Central vía licitación de contratos de dólar futuro (swap cambiarios), el dólar cerró en 2,98 reales, subió un 1,8%. Mientras que el contrato del dólar futuro para abril aumentó un 1,78%, a 3,008 reales.
Como si fuera poco, ayer el Banco Central decidió otra suba de la tasa de interés de referencia (Selic) de 0,50 punto al 12,75% anual (retornó al nivel de enero de 2009). De modo que desde octubre pasado, cuando comenzó el proceso de apriete monetario la Selic, ya acumula una suba de 175 puntos. Hay que tener en cuenta que también la inflación se ha elevado a más del 7% anual.
Todo esto conlleva a confirmar que la economía brasileña se aleja cada vez más de un escenario de recuperación y ya los analistas están ajustando aún más el pronóstico del PBI para este año, que ya en el último sondeo del BC arrojó una caída del 0,5%. Por lo tanto, no es dable esperar que, por lo menos este año, Brasil juegue a favor de la economía argentina.
Entre los operadores de las mesas paulistas y cariocas, la depreciación del tipo de cambio era un dato contemplado en las proyecciones macro para 2015, pero todos coinciden en que el proceso no sólo se aceleró sino que recién comenzó.
Vale señalar que el dólar billete ayer en las casas de cambio ya se operaba entre 3,12 y 3,18 reales (estos precios contemplan el impuesto IOF del 0,38%). En el caso de aquellas personas que quieren comprar divisas con tarjeta de crédito, el precio se eleva hasta 3,33 reales, debido a que el IOF de esta transacción es del 6,38% sobre el monto total. Claro que algunos cambistas pueden cobrar incluso un valor por tarjeta que en general es de 12 reales y los que quieren recibir los billetes verdes en un domicilio pagan una tasa de "delivery" de 30 reales.
La reciente y creciente inestabilidad política que jaquea el segundo mandato de Dilma Rousseff explica, más allá de la fortaleza que vive el dólar en los mercados mundiales, la suba de la divisa norteamericana en Brasil. La popularidad de Dilma se derrumbó. La huelga de los camioneros complica aún más el contexto socioeconómico y el escándalo de corrupción de Petrobras sigue escalando posiciones y salpicando a funcionarios, empresarios y aliados del PT. El mercado se cuestiona hasta cuándo Dilma bancará los efectos del ajuste fiscal. Por lo pronto, Dilma sólo aspira a dejar el mandato sin perder el grado de investment grade de la deuda soberana.
La devaluación que viene sufriendo el real desde julio pasado acumula más de un 25% sumada a la casi estabilidad del tipo de cambio argentino se depreció 6% en ese período y los incrementos de costos de los últimos años por encima de los precios de venta y la productividad generaron un combo explosivo que hizo que la competitividad de la industria argentina esté fuertemente deteriorada, y mucho más la de aquellos sectores que exportan a Brasil o que compiten internamente con productos brasileños importados.
Tanto es así que el nivel actual de tipo de cambio bilateral es el más bajo desde finales de 2001, "lo que revela el elevado riesgo que corren las ramas industriales expuestas a la competencia brasileña o dependientes de ese mercado", consignó un informe de la consultora Finsoport sobre la pérdida de competitividad con el principal socio.
Este escenario se empeoró ayer, cuando el real volvió a devaluarse (2,4%) y tocó las tres unidades por dólar, el valor más alto en 10 años. Ello genera mayor presión sobre el sector exportador argentino y más dificultades para que la industria local se recupere (ver F&M Tapa).
Para medir la competitividad actual y futura del sector industrial, el estudio tiene en cuenta el costo salarial ajustado por productividad, un indicador que refleja el costo laboral real de cada sector industrial, al dividir los salarios nominales que pagan por sus precios de venta y por su productividad. De esta manera, un aumento del indicador indica un deterioro de la competitividad manufacturera, en la medida en que los salarios se incrementan por encima de la combinación entre la suba de sus precios y de la productividad laboral.
La mejora de competitividad reflejada tras la salida de la Convertibilidad comenzó a perderse a partir de 2004, pero con mucha mayor fuerte entre 2013 y 2014. Durante esos años, el costos salarial ajustado por productividad se situó 30% por encima del nivel de 1998. Según cita el informe de Finsoport, las subas salariales afrontadas por la industria desde 2004 (promedio anual del 26%) fueron superiores a la sumatoria entre el aumento de sus precios (media anual del 12%) y las ganancias por productividad (promedio anual de 4%).
Este escenario no ha sido parejo en toda la industria. Los sectores exportadores se vieron beneficiados durante varios años, pero ahora la dinámica reciente del tipo de cambio nominal, prácticamente planchado, los menores precios internacionales y la productividad registrada fueron insuficientes para compensar los incrementos en las remuneraciones otorgados por estos sectores. Se trata de los rubros de alimentos y bebidas; cuero; productos refinados del petróleo; química; metales básicos; instrumentos médicos y automotriz. Según la estimación de la firma que dirige Jorge Todesca, considerando subas de salarios moderadas de 25% y 15% en los precios industriales, para 2015 se proyecta un "nuevo deterioro del costo salarial real, que se condice con el proceso de continua caídas en las exportaciones argentinas".
A su vez, los sectores "formadores de precios" son los más favorecidos, ya que cuentan con la capacidad de establecer los precios de venta domésticos y trasladar los incrementos de costos laborales no compensados por subas en la productividad. Lo que podría impactar este año en estas ramas industriales es la caída de la demanda interna.
Por último, los rubros "amenazados por importaciones", como son el textil, indumentaria, caucho y plástico, maquinaria y equipos, muebles, entre otros, también sufrieron pérdidas de competitividad importantes. Se dedican principalmente al mercado interno, pero sus precios están marcados por la competencia de los bienes importados. En este sentido, la reciente dinámica del tipo de cambio (con poca movilidad ascendente) y de la productividad no compensó las subas de salarios nominales.
En un contexto de alta inflación, el Gobierno demostró que tiene previsto seguir utilizando el tipo de cambio como ancla para contener los precios, lo que "determinará una continua pérdida de competitividad para la industria", remarcó el informe.