En momentos en que una dura crisis azota la legitimidad de la política, los diagnósticos del sociólogo Eugenio Tironi y del filósofo Arturo Fontaine se enfrentan con más disensos que puntos comunes.
En un seminario de LarrainVial, Tironi fue optimista al plantear que el gobierno de Michelle Bachelet logrará repuntar en popularidad este 2015 estableciendo un giro en sus prioridades, mientras que Fontaine argumentó que el programa de la Nueva Mayoría es "políticamente inviable".
Tironi: cambio de foco
De la "reformitis" de 2014 a la "mejora de la gestión". Así define Eugenio Tironi el cambio de énfasis que necesitará asumir el gobierno para repuntar en su popularidad este año, de cara al ciclo electoral que se inicia en 2016. "En 2014 el ministro que no ponía una reforma estructural sobre la mesa, no estaba haciendo la pega. Hoy eso se acabó", explicó el sociólogo.
Y dentro de la mejora de la gestión, sería urgente la reactivación de la economía. "El gobierno sabe que sin crecimiento no hay recuperación de la popularidad, o sea esta es la madre de todas las batallas", afirmó. En ese sentido estableció que Bachelet deberá pasar de un discurso con foco en la desmercantilización, al crecimiento.
De todos modos, el experto reconoció que en su primer año, la Nueva Mayoría logró sacar adelante la agenda más ambiciosa que la planteada por cualquier otro gobierno en los últimos 25 años.
Tironi también añadió el ingrediente imposible de obviar en el libreto 2015: la superación del caso Dávalos. "Nunca antes un presidente se había enfrentado a un hecho más bochornoso y dañino para su credibilidad", reflexionó, junto con analizar los efectos del escándalo: "revierte la recuperación de la popularidad en la que parecía estar el gobierno en enero, debilita la autoridad moral de la Presidenta y pulveriza el discurso anti lucro y pro igualdad".
Fontaine: la clase media
Al igual que Tironi, Arturo Fontaine posiciona la reactivación de la economía como un aspecto fundamental en la palestra de tareas para este año. Sin embargo, es tajante en asegurar que "para la conducción de la Nueva Mayoría, el objetivo central no es el crecimiento económico, sino reducir la desigualdad. Hay excepciones, como energía, pero son casos aislados", y no cree que las prioridades del gobierno mutarán.
Interpretar adecuadamente a la clase media es, según el ex director del CEP, el principal reto que afrontará Bachelet este año, considerando que en 2014 propuso reformas, como el texto original de la educacional, que "eran hostiles a las capas medias".
Pese a los desafíos inmediatos que deberá superar el gobierno, Fontaine es claro en que, a largo plazo, el programa de la coalición oficialista es "inviable políticamente". Según explicó, el "talón de Aquiles" del programa es financiar un Estado benefactor como el que propone Bachelet, lo que supondría aumentar fuertemente las tasas de impuestos al conjunto de la sociedad. "Un próximo gobierno de la Nueva Mayoría podría postergar esta hora de la verdad, recurriendo al endeudamiento externo. Este es el problema de largo plazo del proyecto del gobierno", dijo.