El mercado de Wall Street estrena marzo con la vista puesta en Europa, donde la llegada del QE aprobado por el Banco Central Europeo (BCE) para reactivar el crecimiento económico presionará a la baja los tipos de interés, con la esperanza de que los bancos dejen fluir el crédito.
Tras los comentarios de la presidenta de la Fed, Janet Yellen, ante el Congreso de la semana pasada, ahora más que nunca el mercado de EE.UU. buscará pistas en el entorno económico internacional y geopolítico para determinar qué o cuándo moverá la mano de Yellen hacia un repunte de los tipos.
Aunque la Reserva Federal asegura que el empleo de EE.UU. ha mejorado en múltiples dimensiones, reconoce también el peligro que representa el escaso aumento de los salarios, o que los ciudadanos de EE.UU. cuenten con peores trabajos de los deseados, situación que no representa ser el mejor caldo de cultivo para el crecimiento.
Con el desempleo como clave de la agenda macro de esta semana, el mercado espera que en el mes de febrero se hayan creado 235.000 empleos, así como que la tasa de paro descienda una décima hasta el 5,6%.
Al timón se encuentra el dato de ingresos y gastos personales para los que se prevé un incremento del 0,4% y una contracción -0,1%, respectivamente en enero.
Las ventas de vehículos son otra clave del sector consumo así como sirve para medir la confianza de los estadounidenses en la economía, cuyo pronóstico sería un aumento de 1,2% hasta los 6,8 millones de unidades en febrero.
Los inversores también tendrán que estar atentos al ISM manufacturero así como a la balanza comercial de bienes y servicios. En lo que respecta al informe del Instituto de Gerencia y Abastecimiento, el consenso del mercado prevé que el dato se sitúe en el 54%, lo que supondría un crecimiento del 0,5% frente al mes de enero, cuando la caída en la mayoría de los componentes de este indicador nos dio a entender una desaceleración en el ritmo de expansión en el sector industrial.
La lectura del mes de febrero por encima del umbral de 50 supondrá el vigesimoctavo mes consecutivo de crecimiento en este sector.
En lo que se refiere a la factura comercial de Estados Unidos con el resto del mundo mejorará ante la caída del precio del crudo así como ante la merma de las importaciones. En este sentido, el déficit comercial verá un descenso de 6.200 millones hasta los 40.400 millones de dólares.
Del mismo modo, no podemos olvidar el gasto en construcción, que ha visto un aumento previsto del 0,4% en el mes de enero y la última revisión de la productividad del cuarto trimestre, que podría mostrar una contracción de -2,3% frente al -1,8% anterior.
Aunque una menor eficiencia de los trabajadores no es positiva para las empresas, supone que continuará la creación de empleos ya que las compañías necesitarán más personal para incrementar su producción.
Para poner fin a la agenda macroeconómica habrá que estar atentos a los pedidos industriales, que posiblemente desciendan un 0,9% en enero y el ISM de Servicios que con una lectura de 56,7% en febrero sumará 61 meses consecutivos de crecimiento.