Por Laura Serra.
En su último discurso ante la Asamblea Legislativa, la presidenta Cristina Kirchner lanzó ayer una de las embestidas más virulentas contra la Justicia desde que inició su cruzada contra aquellos jueces y fiscales que no le son afines. No sólo los volvió a acusar de integrar un "Partido Judicial", sino que les achacó haberse "independizado de la Constitución y de las leyes".
Al inaugurar el 133er. período de sesiones ordinarias del Congreso, la Presidenta criticó también, en duros términos, la denuncia en la que el fiscal fallecido Alberto Nisman la responsabilizó de haber encubierto a los funcionarios israelíes imputados por el atentado a la AMIA, en 1994. "Es un escándalo, un bochorno para los argentinos", arremetió, tras revelar la existencia de dos escritos en la caja fuerte del fiscal, uno con la consabida denuncia y otro con una solicitud al Gobierno para que requiriera al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas su apoyo para interrogar a los iraníes acusados.
"Es un bochorno. ¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el que nos acusa de encubrimiento o con el que se dirigía a mí reconociendo todo lo que habíamos hecho?", acicateó la Presidenta, sin importarle demasiado que la Constitución Nacional prohíbe al jefe del Estado, en el artículo 108, arrogarse el conocimiento de causas judiciales pendientes.
Ubicado en una de las bandejas a pocos metros de la Presidenta, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, escuchaba el discurso con el rostro demudado. "Últimamente el Partido Judicial se ha independizado, pero de la Constitución -fustigó Cristina Kirchner, con tono encendido-. Hoy existe un derecho cautelar delivery para impedir que se gobierne y se apliquen las leyes que son constitucionales. La Justicia tiene que ser independiente del poder político, de los poderes concentrados de la economía, pero de lo que no puede ser nunca independiente el Poder Judicial es de la Constitución, de las leyes, de los códigos de forma y de los de fondo".
CONTRA LA CORTE SUPREMA
El enfrentamiento con Lorenzetti fue directo y frontal, al cuestionar a la Corte Suprema por la falta de avances en la investigación del atentado contra la embajada de Israel, en 1992. También, por haber rechazado la investigación sobre posibles torturas sufridas por ex combatientes en la Guerra de Malvinas.
Desde los palcos, colmados de militancia kirchnerista, estalló una ovación que se replicó en las bancas oficialistas, con los diputados de pie, y en los alrededores del edificio del Congreso, donde se concentraba la movilización convocada por el Gobierno para acompañar a la Presidenta. En contraste, en las bancas opositoras predominaban el gesto adusto y los murmullos de desaprobación. En líneas generales, toda la oposición criticó luego a la Presidenta por su falta de autocrítica, su tono soberbio y haber eludido temas acuciantes, como la inflación, el narcotráfico y la inseguridad.
Inmune a las críticas, la Presidenta dedicó casi cuatro horas de su discurso para rumbear por todas las áreas de su gestión con un predecible tono elogioso. Anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley para estatizar la administración del servicio de trenes y abundó en infinidad de cifras y porcentajes, a manera de balance de despedida de mandato.
Pero no abandonó en ningún momento su postura de imponerse como protagonista de la escena política, y en ese papel elogió a su equipo económico, y especialmente al ministro Axel Kicillof (aunque después lo amonestó en forma risueña, por no haber estado atento a su discurso, y lo comparó con el fallecido Néstor Kirchner). También criticó a la oposición, en particular al candidato a presidente de Pro, Mauricio Macri (aunque no lo mencionó), y dio un tácito espaldarazo a la candidatura presidencial del ministro del Interior, Florencio Randazzo. A Daniel Scioli no se refirió, aunque le hizo una elíptica crítica al señalar que sólo la Nación había aportado fondos para el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.
Al arrancar su discurso, la Presidenta exaltó la política del Gobierno en materia de deuda externa. "¡Hemos desendeudado definitivamente a la Argentina!", exclamó, y sostuvo que ese objetivo se logró "pese a que 2014 fue un año en que nos auguraban catástrofes financieras, azuzadas por los buitres de Nueva York que intentaron trabar al gobierno ayudados por algunos de adentro".
En ese tren de críticas a sectores internos, criticó a quienes se oponen al acuerdo comercial con China, rubricado por el Congreso la semana pasada, y los conminó a que salgan "del corset intelectual y colonial".
"¡Cómo vamos a ignorar a la primera economía del mundo!", exclamó la Presidenta. "¡Cómo no vamos a tener relaciones con quienes nos vienen a ofrecer inversiones! ¡Hay que ser estúpidos!", asestó.
Tras exaltar la gestión de Mariano Recalde al frente de Aerolíneas Argentinas -y criticar a la Justicia por haber imputado al ministro del área, Julio Alak, a cargo de la estatización de la empresa-, la Presidenta anunció el envío al Congreso de cuatro proyectos de ley para reforzar la actividad laboral e industrial, y otro para crear una empresa estatal, Ferrocarriles Argentinos, para administrar la gestión de los trenes. Sobre esto último, señaló que el Estado, como administrador de la línea Sarmiento de trenes, aumentó el gasto un 17 por ciento, mientras que los administradores privados de las líneas San Martín, Roca y Mitre tuvieron aumentos superiores.
"Escuché a un candidato presidencial decir que levantaba todos los principios del peronismo, así que debería estar de acuerdo con lo que hizo Perón (cuando estatizó los trenes)", acicateó la Presidenta, en alusión a Macri.
Y, para indignar más a la oposición, exclamó: "¡Voy a dejar un gobierno cómodo para la gente, no para los dirigentes!", mientras el recinto estallaba en aplausos.
LOS EJES Y LAS OMISIONES
Algunos de los temas que abordó la Presidenta
Justicia
Atacó retóricamente al presidente de la Corte Suprema y sembró sospechas sobre la independencia del Poder Judicial
AMIA
Se defendió tras la denuncia de Nisman por encubrimiento. Fue el momento de más alto voltaje
Israel
Se sorprendió por su pasividad para condenar el atentado a su embajada
China
Defendió el acuerdo comercial con el país asiático, al que definió como "el actor económico más importante del mundo"
Trenes
Anunció el envío de un proyecto al Congreso para estatizar los ferrocarriles. Dijo que producirá un ahorro de $ 415 millones
Gestión
Con estadísticas, resaltó los logros, entre ellos las paritarias y Aerolíneas Argentinas. Lo hizo siempre en tono de campaña
Omisiones
Evitó referirse a la inflación y a la inseguridad, dos críticas de la oposición
LAS FRASES MÁS DESTACADAS DEL MENSAJE AL CONGRESO
"Últimamente, el Partido Judicial se ha independizado, pero de la Constitución"
?"
¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el que nos acusa de encubrimiento o con el que se dirigía a mí reconociendo todo lo que habíamos hecho?"
"A los que me ponen cartelitos para que hable de la AMIA, de la AMIA hablo desde 1994"?
"Si hay demoras en el juicio de la AMIA, miren para otro lado; para éste, no" [señaló para el lado de Lorenzetti]
"No entiendo por qué el Estado de Israel reclama por la AMIA y no por su propia embajada"
?"Hemos desendeudado definitivamente a la Argentina. China va a ser el actor económico más importante del mundo. ¿Qué miedo le tienen?"
Por Mariana Verón
Sobre el estrado, un papel a modo de ayudamemoria se mantenía ahí, inamovible, entre el resto de las carpetas con la que apuntalaba sus ideas. Contenía cuatro palabras escritas a mano, con marcador negro. Decía: PJ. AMIA. AFI. DEA. Lo de PJ no era una dedicatoria para el partido fundado por Juan Perón, sino la manera que usó para abreviar al Partido Judicial, su nuevo latiguillo para enfrentar a los jueces y fiscales críticos de su gobierno. Nada dijode la Agencia Federal de Inteligencia ni tampoco se sabrá qué pensaría abordar sobre la agencia antidrogas norteamericana. Se quedó sólo con los dos primeros temas, en los que concentró el tramo más tenso de su último discurso ante el Congreso.
Desde el mensaje hasta la puesta en escena, el Gobierno trató de reforzar la centralidad política deCristina Kirchner . En el recinto, las luces azules sobre las bancas daban una imagen tenue mientras el foco estaba puesto en ella. En la plaza, la militancia le daba a su jefa el respaldo que tanto esperaba.
"Dejo un país cómodo para la gente que va a ser incómodo para los dirigentes políticos que estén pensando en sacarles sus derechos", se plantó, en tono electoral, mientras desde los palcos caían pétalos de rosas y todo llegaba a su fin, tras casi cuatro horas de discurso.
Durante todo el mensaje, la Presidenta pivoteó sobre dos registros. Usó un tono sereno para hablar de los "logros" de su gestión que termina, y uno vehemente y encendido para descargar sus últimas batallas políticas. Lo tuvo para defender el acuerdo China. Y lo repitió para hablar del caso Nisman.
Lejos de mostrarse en retirada, Cristina se presentó con un extenso balance de gestión que mechó con guiños sobre el futuro. Hasta ella misma jugó con la idea de una candidatura, su modo de avisar que pretende mantener la centralidad del poder hasta el último día. "Me encanta, Gerardo, déjenme volver a ser legisladora para volver al debate", sorprendió ante el senador Morales cuando el legislador reclamó a viva voz que la Presidenta no se fuera de tema. Pero ella, lejos de frenarlo, abrió nuevas especulaciones sobre su futuro electoral. ¿Será candidata? "No", respondió tajante Carlos Zannini cuando ya Cristina salía a saludar a la multitud en la plaza. "Yo no interpreté eso", cerró el funcionario que más la conoce.
La Presidenta se rodeó ayer de sus incondicionales. No fue casual que el nuevo secretario general de la Presidencia, Eduardo De Pedro, fuera el único de los funcionarios que la acompañó cuando ingresó al Congreso. El resto ya esperaba en el recinto. A su derecha, su hermana Giselle compartía la primera fila con Zannini. Detrás se ubicaron el secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, y su mano derecha, Carlos López, a quien nombró jefe de despacho de Cristina. Del otro lado quedaron los ministros. Axel Kicillof fue el más elogiado. Ofelia, la madre de la Presidenta, esta vez siguió el mensaje desde uno de los palcos, justo frente a su hija.
Si de campaña se trata, hubo guiños para Florencio Randazzo y Julián Domínguez, que a pesar de algún reto se llevó buena parte del protagonismo como asistente presidencial. Desde las tomas ordenadas estratégicamente para la transmisión en cadena nacional hasta el momento elegido para anunciar la estatización de los ferrocarriles, la Presidenta destacó a ambos por sobre el resto de los postulantes.
A la oposición la pasó por alto. Excepto por la chicana que le dedicó a Federico Pinedo por la reciente frase de Mauricio Macri levantando las banderas del peronismo, ni se molestó en contestarles. Su eje se concentró en los medios, específicamente en Clarín, y en el Poder Judicial, al que cruzó sin miramientos. Lo personalizó sin anestesia en la Corte Suprema y su presidente, Ricardo Lorenzetti. Un movimiento estratégico de su cuerpo alcanzó para señalarlo cuando, a los gritos, le exigía a la oposición que no le llevaran carteles sobre la causa AMIA. "Miren para otro lado", les pidió. Ella dobló el cuerpo y su mano derecha en la dirección en la que se encontraba el jefe del máximo tribunal.
Hacia el final, se abrazó con unos pocos, entre ellos Gerardo Zamora, que reemplazó a Amado Boudou, el gran ausente de la asamblea legislativa..
Cristina Kirchner llegó puntual al Congreso, para pronunciar su último discurso de apertura de las sesiones ordinarias, en medio de una gran movilización kirchnerista en las inmediaciones.
A las 11.30 sonaron las estrofas del Himno Nacional y Gerardo Zamora, presidente provisional del Senado en reemplazo de Amado Boudou, dio lectura del decreto de apertura de las sesiones. Y Cristina arracó su discurso en el que arremetió contra la Justicia: "El partido judicial se independizó de la Constitución". Y también se refirió al caso AMIA: "A los que me ponen cartelitos, de la AMIA hablo desde el 94, reclamando Justicia".
La Presidenta arribó en helicóptero a las 12 puntual, detrás de la Casa Rosada. Allí se subió a un auto oficial y partió rumbo al Congreso por la avenida de Mayo, saludando a la multitud que la esperaba a lo largo del vallado dispuesto en el trayecto hacia el Congreso.
A su llegada al Congreso, fue recibida en las escalinatas por el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, quien la acompañó en su ingreso al recinto donde fue recibida con una ovación, por parte de los militantes que estaban dentro.
"Quiero felicitar a todos los argentinos y al equipo económico de mi Gobierno, que supo y me ayudó a llevar la dura tarea de remontar todas las expectativas que se habían volcado, yo digo tirado casi sobre todos los argentinos, en cuanto a lo que iba a ser el año 2014 para todos nosotros, en el cual nos auguraban catástrofes financieras asusadas por los buitres que desde Nueva York intentaron trabar la gestyión de Gobierno, el funcionamiento de la economía argentina y apoyados internamente, porque siempre en toda nuestra historia nuestros fracasos no pueden ser todo desde afuera", afirmó, en referencia a la negociación con los fondos buitre y con las primeras críticas a la oposición.
El tema económico fue el primero de los puntos que tocó en su discurso: "Podemos decir que nuestro país, tu país, es el único país que ha descendido en forma negativa su deuda externa en todo el mundo". "Hemos desendudado definitivamente a la República Argentina", afirmó. Y agregó que la deuda es de 9,7% del PBI.
En este marco, la mandataria resaltó el récord de turismo del último verano: "Este verano, entonces, el turismo explotó lilteralmente. Y veíamos los titulares de los diarios, radios, televisión, todos sorprendidos de la cantidad de millones de argentinos que hicieron explotar batiendo el récord de turismo interno".
Allí destacó a Aerolíneas Argentinas, la línea aérea de bandera dirigida por el camporista Mariano Recalde, quien seguía con atención las palabras desde los balcones del recinto. "No nos molesta que los argentinos viajena al exterior, lo que queremos es que viajen por Aerolíneas Argentinas", dijo, al tiempo que leía los nuevos destinos de cabotaje y al exterior.
Luego, continuó destacando los logros de su gestión en el sistema previsional: "Los jubilados ganaban 150 pesos, 25 aumentos del año 2003 a la fecha, 25 por 25 ¿por qué digo? Casi 25 veces, 2448% aumentó la jubilación mínima de 150 pesos al último aumento registrado que fue el más alto de 2014 para llegar a 381%". Mientras, destacó el aumentó del 135% de las sentencias resueltas por ANSES.
"Un sentido de justicia y equidad para poder ayudar a las familias que no tienen salario, tienen trabajo informal y no les alcanza o que no han encontrado trabajo o no tienen trabajo permanente, desde la creación en 2009 de la Asignación Universal por Hijo", contó la Presidenta y luego leyó el reconocimiento del Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo y otros organismos sobre la asignación, porque sino "uno podría estar como la abuela elogiándose de las políticas que ha llevado a cabo", sentenció irónicamente.
Luego de más de dos horas, la jefa de Estado continúa resaltando las poíticas llevadas adelante por su Gobierno, destacando "la inclusión social", la "redistribución de la riqueza", salud, ciencia y tecnología, entre otros puntos.
Un párrafo aparte mereció la defensa de los acuerdos comerciales con la República de China: "Si toda la vida nos dijeron que teníamos que tener relaciones carnales con aquellos que no nos daban nada y nos sacaban todo, no vamos a tener relaciones normales, comunes y diplomáticas, económicas y estratégicas con aquellos que nos tvienen a ofrecer inversiones".
Allí, le apuntó a los que criticaron los acuerdos y en particular a los candidatos con " aspiraciones de conducir la Argentina". "No se puede ser tan estúpido, tan colonizado mentalmente, tan subordinado intelectualmente, tan chiquito de cabeza y de neurona. Por favor, ¿dónde van a venir los chinos? ¿Qué miedo les tienen?".
Luego, se ofuscó porque legisladores de la oposición pusieron carteles en sus atriles pidiendo por la causa de la voladura de la mutual judía:"A los que me ponen cartelitos, de la AMIA hablo desde el 94, reclamando justicia".
Pasadas las tres horas de discurso, la jefa de Estado finalmente se refiere a la AMIA y por primera vez se expresó sobre la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman. "Lamento su muerte como lamento la muerte de cualquier argentino, de cualquier ser humanos", dijo sobre la muerte del ex fiscal de la causa especial AMIA.
En este marco protagonizó un cruce con el radical Gerardo Morales, quien le reclamó por la independencia de los poderes del Estado, y aprovechó para cuestionar al Poder Judicial, al que volvió a llamar "Partido Judicial".
"Últimamnte el partido judicial se ha independziado de la constitución, de las leyes, de los códigos, del sistema normativo vigente", señaló.
Finalmente, promediando casi las cuatro horas de discurso, concluyó refiriéndose al panorama del país tras 12 años de gobierno kirchnerista: "No dejo un país cómodo para los dirigentes, dejo un país cómodo para la gente".
Doscientos diecinueve minutos no alcanzaron, por algunos segundos, para que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner superara su discurso récord en la apertura de sesiones legislativas, de 220 minutos en 2013. Sin embargo, entre aquella exposición y la de ayer, la 133ª de la historia y la última de las ocho que encabezó en sus dos mandatos, hubo un excluyente punto de similitud: el ataque presidencial a la Justicia, con la Corte Suprema como principal apuntada y con cuestionamientos directos al fallecido fiscal Alberto Nisman, ex titular de la Unidad AMIA y quien denunció a la Presidenta por presunto encubrimiento a Irán en el atentado de 1994 que dejó 85 muertes.
"¡Pueden bajar los carteles! ¡No necesito carteles! De la AMIA hablo desde 1994", fue el enfático grito con el que Cristina les apuntó a legisladores de la oposición que desde sus bancas sostenían pancartas con la inscripción "AMIA Apertura de Archivos". Esa frase dio comienzo a una media hora final de discurso de alto voltaje, en la que la Presidenta repartió críticas al "Partido Judicial", con el titular de la Corte Ricardo Lorenzetti como testigo en el Congreso.
La mandataria responsabilizó al máximo tribunal por la demora en el inicio del juicio oral por encubrimiento de la causa AMIA por el que está acusado el ex presidente Carlos Menem y otros funcionarios. "Quiero decirles a todos los argentinos y familiares que si hay demoras en el juicio de encubrimiento por la AMIA miren para otro lado, para este no", apuntó Cristina, que también criticó a la Corte por su actuación en la investigación del atentado a la Embajada de Israel, de 1992, que se cobró 29 muertes, y por un reciente fallo contra los veteranos de la Guerra de Malvinas.
Desde el máximo tribunal explicaron que en los dos primeros casos citados por la Presidenta, las resoluciones no dependieron de la actual conformación de la Corte; mientras que en el tercero, el máximo tribunal rechazó que se haya pronunciado sobre un caso de tortura como dijo Cristina. No obstante, las acusaciones directas de la Presidenta fueron un cachetazo inesperado para Lorenzetti, que a diferencia de otros años no se mantuvo impasible, y pareció sorprenderse con los dichos de Cristina, que en el tramo final de su discurso dijo que "el Partido Judicial se ha independizado de la Constitución", reviviendo su embestida al sector de hace dos años, cuando impulsó las fallidas leyes de democratización de la Justicia.
Sentado al lado de la Procuradora Alejandra Gils Carbó, con quien mantuvo siempre una relación distante, Lorenzetti al menos se salvó de escuchar referencias de Cristina a la nueva integración de la Corte, todavía con cuatro miembros, y al histórico reclamo que promueve para que los jueces paguen impuesto a las Ganancias. El juez rafaelino tendrá su chance de responder mañana, cuando inaugure el año judicial.
El fiscal Nisman fue el otro apuntado por Cristina, que no se refirió a la causa judicial que investiga su muerte dudosa, sino a la denuncia que éste realizó contra ella, el canciller Héctor Timerman y otros funcionarios del Gobierno por haber encubierto a Irán en la investigación por el atentado a la AMIA de 1994.
Por primera vez desde el 18 de enero, cuando Nisman apareció muerto en su departamento de Puerto Madero con un disparo de bala en la cabeza, Cristina se lamentó públicamente por su fallecimiento, "como el de cualquier argentino y ser humano". Su condolencia no impidió que desacreditara la denuncia del fiscal al señalar que los documentos hallados en una caja fuerte de la oficina de Nisman contradicen la presentación que éste había hecho en su contra. "Son Nisman versus Nisman", dijo.
Cristina sostuvo que el fallo del juez Daniel Rafecas, que desestimó la denuncia del fiscal, "habla por sí solo", y cerró sus referencias al tema calificando como "una verdadera vergüenza y bochorno" y preguntándose: "¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el que nos acusa de encubrimiento o con el que se dirigía a mí, reconociendo todo lo que habíamos hecho y dicho en la ONU".
“Han pasado 21 años y no tenemos un solo condenado, ni un solo preso, no necesito carteles, yo puedo ir con carteles al frente de la AMIA”, dijo esta tarde la presidenta Cristina Kirchner cuando pasaron más de dos horas del inicio de discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso.
“No necesito carteles para hablar de AMIA”, insistió Cristina en medio de cánticos y gritos. La Presidenta contestó así a los carteles dispuestos por legisladores en sus bancas.
Y le preguntó a la comunidad judía: ¿por qué reclaman por la AMIA y no por la voladura de su propia Embajada?”
“La AMIA no fue un atentado contra los judíos, sino un atentado contra los argentinos”, agregó a la mandataria.
“Los cartelitos de la AMIA habría que dirigirlos a otro sector. La Corte Suprema decidió que el juicio por encubrimiento por la AMIA”, debía retrasarse porque había que tratar el tema del accidente de Once. “Si hay demoras, miren para otro lado, para este no”, arremetió la Presidenta.
La presidenta Cristina Fernández dijo ayer que su Gobierno "desendeudó definitivamente a la Argentina" y felicitó la gestión del equipo económico porque la ayudó a sortear un panorama desfavorable ante un "embate internacional" contra el Gobierno.
"Hemos desendeudado definitivamente a la Argentina", afirmó la mandataria durante su discurso de Apertura de la Asamblea Legislativa y subrayó que "ya nunca más gobiernos que tengan que tomar deuda, para pagar deuda".
"Si nos endeudamos que sea para proyectos de crecimiento del país, pero no para ganancias del sector financiero internacional", aconsejó la Presidenta.
Las palabras de Cristina llegan apenas una semana más tarde de la potencial colocación de deuda argentina ofrecida por bancos extranjeros y que por ahora tiene el freno del juez de Nueva York, Thomas Griesa.
En cuanto al desendeudamiento, Cristina recalcó que la deuda externa en dólares contra el sector privado es del 9,7% del PBI. En los 90, la deuda tenía un peso de 140% sobre el PBI.
Sin embargo, la Presidenta no habló de la deuda que aún falta reestructurar y que la mayor parte está en poder de los fondos buitres y que podría llegar a los u$s 15.000 millones. Por otro lado tampoco contabilizó las deudas que contrajo el Banco Central emitiendo pesos, ni de la deuda contraída con la ANSeS. Hay una salvedad, esta parte de la deuda está en pesos y el Gobierno tiene un mayor margen de acción para solucionar el problema.
La Presidenta comenzó su discurso citando un tuit de un periodista de Financial Time, quien había destaco que la Argentina lo haba logrado, ya que destacó que "los bonos reestructurados a 2033 cotizaban a la par".
Sobre esta apreciación, luego relativizada por el autor vía Twitter, la Presidenta articuló el inicio de su discurso y ató esa ponderación a una felicitación para el equipo económico.
"Quiero felicitar a todos los argentinos y en especial al equipo económico de mi Gobierno, que supo y me ayudó a llevar la dura tarea de remontar todas las expectativas que se habían tirado sobre todos los argentinos. En cuanto a lo que iba a ser 2014 para todos nosotros", remarcó.
La Presidenta afirmó que "afortunadamente esto no sucedió. Los bonos de la deuda reestructurada cotizan por sobre su valor nominal" y sostuvo que "la Argentina es el único país que ha descendido su deuda externa en todo el mundo".
Asimismo, resaltó que las obligaciones financieras del país durante los próximos años irán decreciendo.
La mandataria precisó que, en 2015, la Argentina deber pagar deuda por u$s 10.796 millones, de los cuáles u$s 9.132 millones en moneda extranjera por el vencimiento del Boden 2015 y 1.674 millones en pesos.
Añadió que en 2016 las obliga ciones serán de u$s 2.564 millones y 1.126 millones de pesos y agregó que para 2017 serán u$s 8.596 millones y 1.900 millones de pesos.
En el último discurso como presidente ante la Asamblea Legislativa en la apertura del 133º período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional, la presidente Cristina de Kirchner sostuvo que no deja un país cómodo para los dirigentes sino "un país cómodo para la gente" y lanzó una fuerte advertencia a quienes tienen aspiraciones presidenciales a partir del 10 de diciembre: "Va a ser incómodo, sobre todo si esperan sacarles derechos a la gente".
"Yo no dejo un país cómodo para los dirigentes, dejo un país cómodo para la gente", enfatizó Cristina en el cierre de un mensaje que se extendió durante 3 horas y 36 minutos, en donde trazó un balance de la gestión de los 12 años del kirchnerismo, y anunció el envío de un conjunto de leyes para la promoción industrial y otro para asumir la administración de los ferrocarriles, además de realizar una dura crítica al Poder Judicial y a la Corte Suprema.
"Claro que va a ser incómodo, sobre todo si esperan sacar derechos que a la gente", aseguró la Presidente y mencionó que será "incómodo" si quieren privatizar YPF o Aerolíneas Argentinas o si quieren dar de baja los dos aumentos por año a los jubilados. "Claro que va a ser un país no cómodo para los dirigentes, sobre todo para los que quieren cambiar todo", afirmó Cristina y sostuvo: "Qué me expliquen que quieren cambiar", en alusión a quienes tienen aspiraciones presidenciales.
AMIA
Ante carteles con menciones a la AMIA en las bancadas de algunos legisladores, Cristina hizo un alto al repaso de gestión del kirchnerismo y afirmó: "De a AMIA no necesito carteles para hablar. Hablo desde 1994, cuando denuncié a Galeano. De la AMIA hablo y seguiré hablando en Naciones Unidad. De la AMIA hablo diciendo que se quiere demorar el juicio por encubrimiento".
"Han pasado 21 años y no tenemos un solo condenado. Ni un solo preso por AMIA. No necesito carteles, yo puede ir con carteles a la AMIA para decirles también que un ex presidente de la DAIA, encubridor y vaciador de bancos, está procesado por haber traicionado a su religión", enfatizó la Presidente en medio de los aplausos de los legisladores kirchneristas.
En este marco, la Presidente responsabilizó a la Corte Suprema por la demora en el inicio del juicio oral por encubrimiento de la causa AMIA por el que está acusado el expresidente Carlos Menem y otros funcionarios.
"La Corte Suprema decidió que ese juicio podía esperar", enfatizó Cristina Kirchner, al hablar del expediente que fue iniciado en 2000 y ante la mirada atenta del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Señaló, al respecto, que la Corte indicó que "primero debía tratarse otro juicio oral que era el del accidente de Once".
Luego, al referirse a lo que consideró un "delivery de cautelares" la Presidente acusó a un sector del Poder Judicial de convertirse "en un partido" que se "independizó de la Constitución y de las leyes".
"Hay que ser independiente del poder político, hay que ser independiente de los poderes concentrados de la economía pero de lo que no puede ser nunca independiente el Poder Judicial es de la Constitución, de las leyes, de los códigos de forma y de los códigos de fondo: no pueden firmar cualquier cosa", enfatizó Cristina.
Advirtió que "últimamente el Partido Judicial se ha independizado de la Constitución, de las leyes, de los códigos, de todo el sistema normativo vigente y entonces sustituye lo que es una función específica del Poder Ejecutivo votado por el pueblo y también de ustedes, del Poder Legislativo".
Mundo
Por otra parte, la Presidente criticó con dureza a quienes se oponen al reciente acuerdo firmado con China y afirmó que "si toda la vida nos dijeron que teníamos que tener relaciones carnales con los mismos que no nos daban nada y nos sacaban todo, cómo no vamos a tener relaciones normales, diplomáticas, económicas y estratégicas con aquellos que nos vienen a ofrecer inversiones".
En ese sentido, la mandatara pidió a "todos los argentinos" y a quienes tienen aspiraciones de conducir el país que abran la cabeza porque "estamos en un mundo diferente después de 2008". Al respeto afirmó que el mundo cambió respecto al de cinco o seis años atrás y enfatizó: "No es la economía, es la política".
"El mundo dentro de 5 años va a ser diferente y China va a ser el actor económico más importante del mundo", advirtió. "No se puede ser tan idiotas, tan chiquitos de cabeza, mis queridos amigos", bramó la mandataria en referencia a quienes critican los convenios firmados con China.
Empresarios
Antes, en su discurso Cristina pidió que "no creen fantasmas a nadie" y aseguró que este Gobierno "no va a tomar ninguna medida" que atente contra los trabajadores y las empresas.
"No creen fantasmas a nadie, este Gobierno no va a tomar ninguna medida que atente contra la sustentabilidad de los empleos y las empresas, no somos idiotas, si se caen las empresas se caen los trabajadores", enfatizó la mandataria.
Aerolíneas
Por otra parte, resaltó la gestión económica de Aerolíneas Argentinas desde que fue nacionalizada en 2008 y afirmó en referencia al vaciamiento de la compañía por parte del grupo español Marsans que "ningún miembro del Poder Judicial enjuició a los que se llevaron todo".
La mandataria se refirió al "vaciamiento" de Aerolíneas Argentinas, cuando estaba en manos de Marsans, y señaló: "Ningún miembro del Poder Judicial enjuició a los que se llevaron todo. ¿Saben a quién citaron? A (el ministro de Justicia) Julio Alak, a (la auditora general) Vilma Castillo y a la procuradora general, porque dicen que no cumplieron sus responsabilidades en Aerolíneas Argentinas".
"Tomamos Aerolíneas Argentina allá por el 2008, 2009, en bancarrota absoluta y ha crecido desde 2008 al 2014 en vuelos en un 102%, en pasajeros en un 80% y en ingresos en un 71%. También así como ha crecido en volumen de vuelos de, traslados de pasajeros, ha decrecido en lo que le demandaba al Tesoro nacional y a este Congreso en recursos porque ha gestionado y lo ha hecho exitosamente", destacó la mandataria.
Al respecto, señaló que "la transferencia a Aerolíneas Argentinas del 0,15% del PBI ahora será apenas del 0,06%" y en materia presupuestaria, "de un 0,73% del presupuesto en 2008 a tener apenas un 0,19% en 2015".
"Esto, con una diferencia: en 2008 apenas había 26 aviones operativos, hoy tenemos 70 aviones operativos y en unos días más voy a recibir el primer avión de fuselaje ancho, un Airbus 330. En 1977 fue la última vez que Aerolíneas Argentinas pudo comprar un avión de fuselaje ancho", resaltó la mandataria.
Desendeudamiento
En el inicio de su discurso, la mandataria aseguró que el Gobierno "desendeudó definitivamente a la República Argentina" y señaló que: "Ya nunca más gobiernos que tengan que tomar deuda para pagar deuda. Si nos endeudamos que sea para obras de infraestructura, no para ganancia del sector financiero internacional".
La Presidente citó un informe de la consultora internacional McKinsey que indica que "la República Argentina es el único país que ha descendido en forma negativa su deuda externa en todo el mundo". Destacó un "signo negativo de 11 por ciento en su crecimiento de deuda" pública.
Además, resaltó la lucha del Gobierno contra los fondos buitre y remarcó que hubo políticos de la Argentina que apoyaron a esos fondos que "intentaron en todo momento trabar la gestión de gobierno". "El 2014 fue para todos nosotros un año en el que nos auguraban catástrofes financieras azuzadas también por los buitres que desde Nueva York intentaron en todo momento trabar la gestión de gobierno, el funcionamiento de la economía argentina y lo que es más triste muchas veces apoyados internamente", advirtió.
Además, subrayó que "siempre en toda nuestra historia nuestros fracasos no pueden ser solo adjudicados a los de afuera, también muchas veces" se dan por responsabilidad de "sectores de la dirigencia política" que, según evaluó no "comprenden el concepto de nación".
Para realizar su octava y última apertura de sesiones ordinarias, Cristina ingresó al plenario del cuerpo tras ser recibida por el presidente provisional del Senado Gerardo Zamora -quien abrió a las 11.30 la Asamblea Legislativa-, y su par de diputados Julián Domínguez, y dos delegaciones conformadas por legisladores del Frente para la Victoria y la oposición.
La jefa de Estado llegó a la explanada de Entre Ríos a las 12.10, saludó a la multitud que se concentró en la Plaza de los Dos Congresos, previo a que le dé la bienvenida la comisión de exterior, y allí saludó calurosamente a los legisladores del Frente para la Victoria Pablo González, Hilda Aguirre, José Villariño y Gracielas Caselles y los opositores José María Roldán, Ángel Rozas, Fabián Rogel y Federico Pinedo.
En el coqueto Salón Azul, Cristina fue recibida por los legisladores oficialistas María Laura Leguizamón, Elizabeth Kunat, Mara Brawer, Omar Perotti, y los opositores Diego Santilli, Silvia Elías de Perez, Luis Juez, Patricia Ferrari y Adrian Pérez, y desde allí se dirigió al recinto de sesiones.
Flanqueada por Zamora y Domínguez, la jefa de Estado pronunció su discurso ante un recinto de sesiones que tenía más de un 80 por ciento de las bancas ocupadas y donde fue notoria la presencia de opositores, entre los que se encontraban los precandidatos a presidente Julio Cobos, Ernesto Sanz y Sergio Massa, quien llegó cuando estaba por comenzar la sesión.
En cambio, no concurrieron a la sesión los precandidatos a presidente Hermes Binner -quien viajó a Uruguay para la asunción de Tabaré Vázquez-, Adolfo Rodríguez Saa y Elisa Carrió, el senador Carlos Menem, el santafesino y nuevo aliado del PRO, Carlos Reuteman; y la diputada macrista Laura Alonso.
Por: Ezequiel Rudman.
Cristina de Kirchner decretó ayer ante la Asamblea Legislativa la apertura del período 133 de sesiones ordinarias, el último tras 12 años de gestiones Kirchner. En un discurso de tres horas y cuarenta minutos, que culminó con una lluvia de pétalos de rosas rojas y blancas, la jefa del Estado anunció la nacionalización del sistema de ferrocariles a través de un proyecto de ley que ingresará esta semana y también la rescisión del servicio de transporte de pasajeros y de carga a todos los concesionarios privados que se hará efectiva a partir de hoy mismo con la firma de una resolución del Ministerio del Interior y Transporte de Florencio Randazzo.
La Presidente llegó a las escalinatas del Congreso en auto luego de viajar en helicóptero hasta la Casa Rosada. Arribó acompañada por el nuevo secretario general de la presidencia, Eduardo "Wado" De Pedro. Aníbal Fernández, que también debutaba en 2015 como jefe de Gabinete, fue uno de los primeros en llegar y saludó con un apretón de manos a los titulares de las bancadas opositoras. La plaza se encontraba colmada de militantes y seguidores del kirchnerismo, además de adherentes que llegaron en micros a cargo de intendentes del conurbano y gremios de la CGT oficialista. Fue el último arribo presidencial al Congreso, a pesar de que Cristina de Kirchner deberá retornar el 10 de diciembre próximo para entregarle la banda presidencial a su sucesor.
"Voy a enviar a esta Cámara un proyecto de ley para recuperar por parte del Estado la administración de los ferrocarriles argentinos", dijo Cristina de Kirchner y agregó que para ello no la mueve un "afán estatizador" sino que lo que busca es mejorar "la eficiencia" del servicio.
Fue un guiño a la precandidatura presidencial de Randazzo, quien se mostró exultante luego del discurso de apertura de sesiones y volvió a definirse como "el candidato de Cristina". El otro precandidato del FpV, Daniel Scioli, fue ubicado a metros de uno de los principales enemigos políticos de la Casa Rosada, Ricardo Lorenzetti, quien se sentó al lado de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó.
Amado Boudou, quien como presidente del Senado debió haber presidido la Asamblea Legislativa además de recibir a la Presidente en su llegada al Congreso, estuvo ausente. El Gobierno nacional lo envió en misión a Uruguay para representar al país en la asunción de Tabaré Vázquez y su lugar fue ocupado por el radical oficialista por Santiago del Estero, Gerado Zamora, presidente provisional de la Cámara alta. El lote de ausentes se completó con Elisa Carrió, quien había anticipado su decisión de no escuchar a la presidente; el socialista Hermes Binner, también en Uruguay, y el senador santafesino Carlos Reutemann. La macrista Gabriela Michetti sólo se quedó unos minutos y Sergio Massa hizo tiempo para ingresar al mismo tiempo que la presidente.
Los bloques opositores, con Ernesto Sanz, Julio Cobos, Fernando "Pino" Solanas, el socialista Juan Carlos Zabalza, y los macristas Federico Pinedo y Diego Santilli a la cabeza, ocuparon sus bancas durante las casi cuatros horas del discurso presidencial. Y toleraron cada ovación que bajaba de los palcos para la jefe de Estado cuando realizaba un repaso sobre su informe de gestión, incluidos logros autoinvocados en el discurso como la Asignación Universal por Hijo, la baja del desempleo y las estatizaciónes de YPF, Aerolíneas Argentinas y AYSA. Tanto que la presidente logró incluso que Massa aplaudiera tramos de su discruso referidos a la política previsional duante su paso por el kirchenrismo como titular de la ANses.
Los cánticos de la marcha peronista, previos a la llegada de la pesidente, fueron el único momento donde parecieron hacerse difusos los límites entre el kirchenrismo y el massista Frente Renovador. Todos los diputados peronistas, incluídos oficialistas y massistas, entonaron las estrofas de la marcha peronista a viva voz y con los dedos en "v".
Sin embargo, la fiesta peronista terminó cuando Cristina recordó la admiración autocnfesada de Mauricio Macri por la doctrina justicialista de Juan Domingo Perón. Tras destacar queayerera el Día del Ferroviario y que se conmemoraban 67 años desde la nacionalización de los ferrocarriles por parte de Perón, la jefe de Estado indicó que la medida se resolvió luego de detectar que en la línea Sarmiento, ya a cargo del Estado, el gasto ascendió en el 2014 a un 17 por ciento más que el año anterior.
Cristina de Kirchner afirmó entonces que espera que "la bancada" del PRO del Congreso "acompañe con su voto" debido a que escuchó decir a Macri, que "levanta las banderas del justicialismo". "Lo escuché a algún candidato presidencial de que levanta las banderas del justicialismo. Esto lo hizo Perón (estatizar los ferrocarriles), así que calculo que su bancada nos va a acompañar con su voto", señaló la mandataria. Luego se dirigió directamente al jefe del bloque del PRO de diputados, Pinedo, y señaló: "Pinedo preparate. Mirá vos, con ese apellido, estatizando los ferrocarriles".
El discurso de la presidente se extendió desde las 12:23 hasta las 16:02. El último mensaje a la Nación de Cristina de Kirchner culminó con una lluvia de pétalos de rozas rojas y blancas. Tras el mensaje de la mandataria, Randazzo confirmó que la ley que se llevará al Congreso será para crear la Sociedad de Ferrocarriles, el organismo que fusionará todas las empresas que actualmente funcionan de manera privada en el país, pero que desde hoy el Estado se hará cargo de la operación del servicio, a través de la Sociedad Operadora Ferroviaria del Estado.
Decenas de militantes kirchneristas comenzaron a instalarse desde la mañana frente al Congreso, con banderas y carteles que identifican a cada agrupación y su procedencia.
Así, en torno al vallado metálico del Congreso se instalaron banderas de La Cámpora, del gremio Luz y Fuerza y del movimiento Unidos y Organizados.
En varias cuadras alrededor de la zona, decenas de micros ya se encuentran estacionados y un flujo incesante de otros colectivos se acercan. El tránsito sobre el puente Pueyrredón, que une a las ciudades de Buenos Aires y Avellaneda, se encontraba reducido a raíz de la movilización. Gran parte de los colectivos llevaban insignias de municipalidades del Gran Buenos Aires. Sobre la avenida 9 de Julio, el tránsito quedó obligatoriamente cerrado porque los micros de los militantes pararon sobre esa fundamental arteria de la Ciudad.