El informe de la Mesa de Diálogo establecida en la provincia cusqueña de Espinar, querevela la existencia de metales pesados en el cuerpo de los pobladores de las zonas cercanas a las cuencas de los ríos Salado y Cañipía, resulta más que preocupante para el representante de la Defensoría del Pueblo en Cusco, Silvio Campana.
El funcionario lamentó que a pesar que las muestras se han realizado en el 2013, no se haya hecho nada en el sector Salud para prevenir situaciones de riesgo mayor. “Hay una responsabilidad estatal y a eso está orientada nuestra llamada de atención al Estado”, puntualizó.
Anunció que emitirán una recomendación al sector Salud para que implemente con urgencia el Plan Nacional Esperanza, que tiene como objetivo la prevención del cáncer. Explicó que entre los metales pesados hallados en las muestras hechas a varios pobladores se encuentra el arsénico y cadmio, considerados mundialmente como agentes cancerígenos.
Campana enfatizó en que, si bien es cierto que aún no se ha identificado que la actividad minera genere estos metales pesados como lo denuncia la población, sí se identificó la existencia de metales pesados, por ello urge la intervención del Estado.
“Pueden ser causas naturales o provenientes de la minería lo que esté provocando la existencia de metales pesados, eso tendrá que ser investigado, pero lo que no puede esperar es la intervención del sector Salud cuanto antes”, mencionó.
Según el reporte de la Defensoría del Pueblo, en la región del Cusco existen 21 zonas de conflictividad, de las que entre el 65% y 70% corresponde a conflictos socioambientales.