Para la mayor parte de los residentes urbanos, las palomas son una plaga que hay que expulsar de los bancos de los parques y alejar de las ventanas con púas. Los sibaritas podrían sostener que los pichones asados pueden ser un buen almuerzo de domingo. ¿Pero pagar más de 300.000 euros por una paloma?
Se vuelve cada vez más común, debido sobre todo al interés por las carreras de palomas entre los nuevos ricos de China, informa Bloomberg Markets en su edición de marzo. En mayo de 2013, el empresario chino Gao Fuxin estableció un nuevo récord al pagar 310.000 euros (US$351.000) en una subasta online por una paloma llamada Bolt, por el corredor jamaiquino Usain Bolt.
El récord anterior era de 250.400 euros, que pagó en 2012 un magnate naviero chino. “Los chinos se preocupan mucho por su imagen, y están dispuestos a gastar mucho dinero para tener la imagen que quieren y para hacer ostentación”, dice Ian Somers, de Pigeon Paradise, la firma operadora belga que vendió a Bolt. La compañía ha realizado nueve subastas desde 2009 con un total superior al millón de euros.
En una clásica carrera de palomas, se equipa a centenares de aves de diferentes criadores con bandas de medición de tiempo, se las traslada a un punto de partida a centenares de kilómetros (la distancia exacta a su palomar difiere para cada paloma) y luego se las libera al mismo tiempo. La que gana no es la que vuelve primero a su palomar, sino la que viaja a la mayor velocidad.
LOS PELIGROS INMINENTES
En Bélgica estalló un escándalo en 2013 cuando los análisis de seis palomas tuvieron resultados positivos en drogas para mejorar el rendimiento, comprendidos calmantes y cocaína.
Los premios pueden superar el millón de euros, y muchas carreras de China también comprenden una fuerte actividad ilegal de apuestas. En una carrera pueden estar en juego más de 2,5 millones de euros. Los propietarios dicen que en cada carrera se pierde por lo menos el 10% de los participantes.
Los halcones son un problema común, al igual que los ladrones. En China y Taiwán, los llamados piratas de palomas se ubican a lo largo de las rutas programadas con señuelos y redes, tras lo cual revenden las aves capturadas o piden rescate.
Las aves caras como Bolt son demasiado valiosas para participar en carreras, por lo cual se las usa como reproductoras. “En las carreras de palomas, la sangre lo es todo”, dice Mike Ganus, un criador y competidor de Granger, Indiana, que vende aproximadamente 500 aves por año a China. “Sin genes no hay ganador, no importa lo que se haga”.
Si bien los compradores empiezan a confiar más en los antecedentes de carrera de una paloma y sus descendientes en lugar de en las características físicas, los catálogos de las subastas siguen comprendiendo primeros planos de las plumas de las alas de cada ave. Según la tradición, la longitud y la forma de la séptima pluma primaria de un ave determinan su rendimiento.
“Antes se podía vender cualquier ganadora europea a los chinos”, dice Ganus. “Ahora buscan palomas muy exclusivas”.