Por: Maxi Quinteros.
El conflicto laboral en IMPSA volvió a agudizarse este miércoles cuando la empresa decidió despedir sin justificación a 37 trabajadores de diversas áreas, luego de varias protestas ocurridas en enero pasado por la suspensión de personal.
En el marco de la crisis financiera que atraviesa, la empresa metalmecánica ya había desistido a principios de febrero de seguir recibiendo la ayuda desde la Nación para evitar precisamente la decisión más drástica, la cesantía de trabajadores.
"No nos han dado motivos"
Uno de los empleados cesanteados -que pidió reserva de su nombre- explicó que desde IMPSA no justificaron el despido. Según indicó, el personal que dejó de trabajar tenía un antigüedad entre 4 y 13 años en la empresa. Se trata de 37 empleados que, en su mayoría, se desempeñaban en el área de Mecanizado, pero también afectó a las divisiones de Calderería, Nuclear y Generadores.
Según indicó, detrás de la rescisión se esconde una represalia por parte de la firma que pertenece a la familia Pescarmona. "Toda la gente que han echado es la que ha organizado las protestas por las malas remuneraciones", indicó. Estas protestas tuvieron lugar en enero pasado, debido al incumplimiento con el cronograma de pago y a la mala liquidación de sueldos.
El empleado despedido también cuestionó la labor del gremio, la UOM, al señalar que "no han dicho nada. El sindicato y la empresa nos juraban y perjuraban que no iban a echar a nadie". Representantes del gremio que, en Mendoza, conduce Luis Márquez estuvieron presentes la mañana del miércoles y se reunieron con ejecutivos de la empresa.
Hugo Martínez, uno de los trabajadores que encabezó las protestas, también abona esta idea. "Esto huele a un acuerdo entre el sindicato y la empresa. Cuando se firmó el acuerdo en septiembre, ya había un cupo de personas que se iban a ir. Ese acuerdo nos perjudicó porque hubo una reducción salarial importantísima", puntualizó el ahora ex empleado de IMPSA.
De hecho, los trabajadores cesanteados consideran que se trata de un plan de ajuste de personal y adelantan que peligran entre otros 150 a 300 puestos laborales.
ElSol.com.ar intentó comunicarse con representantes de IMPSA para contar con su versión, pero no respondieron a los llamados ni contestaron los mensajes de texto.
Trabajo: "La preocupación es mantener las fuentes de trabajo"
El subsecretario de Trabajo, Mauricio Guzmán, señaló que ya están advertidos de la situación última en la empresa, pero que todavía no ha recibido ninguna presentación desde la UOM.
Cuando explotó la crisis de IMPSA en 2014, el Gobierno provincial negoció la adjudicación de 1.000 Repro -la empresa tiene 1100 trabajadores-, el subsidio del Programa de Recuperación Productiva que está bajo la órbita del ministerio de Trabajo de la Nación. Este programa aporta un complemento al salario de 2 mil pesos por cada trabajador. Como contrapartida, la empresa que los recibe se compromete a no realizar despidos. El Repro tiene una duración de 12 meses, pero IMPSA decidió rechazarlos antes de que se cumpla este plazo.
La decisión de Pescarmona se conoció a principios de febrero, cuando la firma ya había solucionado los problemas que originaron las protestas en enero. Según explicó el subsecretario Guzmán, Trabajo convocó a una audiencia a la que asistieron los representantes legales y confirmaron por escrito que IMPSA desistía de seguir utilizando esa ayuda otorgada por la Nación a industrias en crisis. Además, aseguraron que la firma de metalmecánica se haría cargo del 100 por ciento del salario de los empleados.
IMPSA había recibido este subsidio -en rigor, lo percibe directamente el trabajador- por tres meses y se le había extendido por otros tres. A pesar de la renuncia a la ayuda, para no perjudicar el ejercicio contable que ya estaba cerrando, la Nación abonó el subsidio del último mes. En total, se pagaron cuatro meses y es probable que la Nación no pague febrero a través de este mecanismo.
"La preocupación sigue siendo mantener las fuentes de trabajo y de mantener el ámbito de diálogo que mantenemos con la empresa. Vamos a hacer el planteo de que todo lo que esté a nuestro alcance", destacó Guzmán.
Los trabajadores interpretan que, en la renuncia a los REPRO, la decisión de los despidos por parte de Pescarmona ya estaba tomada de antemano.
"Si la empresa hubiera aceptado los REPRO, no podían despedir gente. Lo han rechazado porque ya tenían la idea de despedir", aseguró uno de los empleados que hoy se quedó sin trabajo y que a la tarde del miércoles no había recibido el telegrama correspondiente.
Una merma del trabajo
Hoy, la planta de IMPSA sobre Rodríguez Peña trabaja con una merma importante. La empresa más importante que Mendoza podía exhibir en el mundo hoy prepara dos generadores de vapor para Atucha 2 y se encuentra terminando obras para presas hidroeléctricas en Venezuela. En enero pasado, desde Asinmet -la asociación que nuclea a los empresarios metalúrgicos- afirmaron que los acuerdos establecidos entre Argentina y China afectaban al sector.
De hecho, en las licitaciones de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz que participó Pescarmona, a pesar de ofertar con valores mejores que la competencia, las obras finalmente fueron otorgadas a capitales rusos y chinos. Esto, porque la crisis de la mayor metalmecánica de Mendoza también termina afectando a otros empresarios mendocinos del rubro.
Unos 37 trabajadores de Impsa fueron despedidos ayer en medio del conflicto laboral de la empresa metalmecánica. “Nos echaron sin causa. Esto es claramente en represalia por las protestas que realizamos en enero por la suspensión de personal y las malas remuneraciones” aseguró uno de los trabajadores despedidos que pidió la reserva de su identidad.
La mayoría de los empleados despedidos son del área de mecanizado. Otros se desempeñan en las divisiones nuclear, generadores, estructura y soldadura. En promedio tenían entre 4 y 15 años de antigüedad.
“Tengo mucha amargura como el resto de mis compañeros que también fueron depedidos. Llevaba 8 años en la empresa y esto no era vida. Acá además hubo un complot con la UOM- Unión Obrera Metalúrgica-. El gremio nos dijo que no iban a despedir a nadie y ocurre esto” agregó el trabajador cesanteado.
En el mismo sentido, aseguró que por la crisis que atraviesa la empresa “corren peligro unos 300 puestos de trabajo”.
Impsa desistió a principios de febrero de continuar recibiendo la ayuda de la Nación para pagar sueldos. Cuando se desató la crisis en 2014, el Gobierno provincial logró el subsidio del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) por parte de la Nación. Este programa aportaba un complemento salarial de $2 mil por empleado durante 12 meses para que la empresa no realizara despidos.
“Esto estaba digitado de antemano. Adentro no hay mucho trabajo. La empresa no aceptó el subsidio para poder seguir despidiendo gente” agregó otro de los trabajadores cesanteados.