Los negocios en Nueva York son tan reactivos a las buenas y malas noticias globales como cualquier otra plaza. En rigor, muchas veces lo son más. Ayer, el Dow Jones reflejó que si bien el indicador se encuentra en niveles máximos, hacen falta mayores argumentos para seguir aportándole combustible a la suba. El Dow cedió 0,06 %, mientras el tecnológico Nasdaq avanzó un 0,42%
Tras los máximos históricos del día anterior, los operadores en Nueva York comenzaron la jornada con pérdidas moderadas y sin un rumbo claro en una sesión marcada por unos datos económicos por debajo de lo que esperaban los analistas y una nueva caída del petróleo. En este sentido, el barril de Texas cayó un 5,53% hasta los u$s 48,17 y el del Brent bajó 2,56% hasta los u$s 60,05.
El sector energético encabezó las pérdidas en Wall Street, con una caída del 1,39% en promedio, al igual que el de materias primas (-0,79%), el industrial (-0,33%) y el financiero (-0,20%), mientras que subieron el tecnológico (0,49%) y el sanitario (0,23%).
En cuanto a los datos que se conocieron en la jornada, por un lado, el Departamento de Trabajo publicó que el Índice de Precios al Consumo (IPC) en Estados Unidos cayó un 0,7% en enero y la inflación interanual quedó en negativo (menos 0,1%) por primera vez desde 2009. Por otro, las solicitudes de subsidio de desempleo subieron en 31.000 la semana pasada y quedaron en 313.000, la mayor en seis semanas, y superó los pronósticos de los analistas, que esperaban que el indicador quedara en torno a las 290.000 solicitudes.
Ambos dejaron en un segundo plano otro dato que resultó por encima de las expectativas sobre los pedidos de bienes durables a las fábricas del país, que aumentaron 2,8% en enero y mostraron signos de recuperación tras los descensos de los meses previos.