Por Antonio Rossi.
Tal como anticipó LPO, el crédito para las usinas recién fue liberado ahora y no antes como había anunciado el Gobierno. Ingresaron US$ 287 millones al fideicomiso de la obra.
En relación al Recurso de Amparo que presentara el año pasado la Asociación de Abogados Ambientalistas, para solicitarle a la justicia impida el inicio de la construcción de las represas hidroeléctrica sobre el río Santa Cruz, en tanto no estén realizados los Estudios de Impacto Ambiental, el máximo órgano de la justicia nacional, aceptó su tratamiento, pero aún no se ha expedido respecto del recurso, aunque existen indicios positivos de que el máximo Tribunal le dará al documento, la debida atención.
El 5 de diciembre de 2014 en OPI publicamos una nota en la cual dábamos cuenta de un documento presentado por la Asociación de Abogados Ambientalistas de la Patagonia, que convalidaba un Recurso de Amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina, para que el máximo órgano impida al gobierno nacional, provincial y a la empresa Electroingeniería, comenzar con las obras de las represas Cóndor Cliff/La Barrancosa, por cuanto no se encuentran realizados y protocolizados los estudios de Impacto Ambiental ni la Audiencia Pública respectiva, pasos imprescindibles que deben materializarse antes de que se inicie el proyecto en el terreno.
El 2 de enero de 2015 se conoció la decisión de la Corte Suprema de Justicia de tratar el pedido de Amparo, situación sobre la cual hasta el momento no se ha expedido. El propio Presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas, Dr Mariano Aguilar confirmó a OPI el trámite que se encuentra a espera de resolución y consideró crucial la opinión de la suprema magistratura en este tema, puesto que advierte un apuro inexplicable de parte del Estado por iniciar las obras, sin adecuar los medios para estudiar el impacto de la misma en el entorno y cómo se mitigarán las consecuencias.
Al respecto, el Ingeniero Eduardo Delia, también le señaló a OPI que si como se espera, la CSJ, ordenará respetar el protocolo ambiental reservado para todo tipo de obras, pero más aún para las de esta envergadura, esto podría sentar jurisprudencia y extenderse a la Usina Termoeléctrica de Río Turbio, otro emprendimiento que se construyó al margen de las normas que obligan al Estado y las empresas constructoras, realizar los estudios previos de cómo va a impactar en el entorno geofitozoológico, una obra de estas magnitudes.
“Es impensable en un país serio, que se empiecen a construir dos represas de este tipo y no se haga un Estudio de Impacto Ambiental para cada una, dado que ambos diques estarán en lugares geográficos distintos con impactos también distintos”, indicó el titular de la Asamblea Ambiental de Río Gallegos, que se mostró optimista sobre la decisión objetiva que puede tomar el alto tribunal en beneficio del cuidado ambiental de la provincia, en un ecosistema muy frágil como es el del entorno al glaciar Perito Moreno.
Mientras todo esto está en el campo de la discusión judicial, el gobierno nacional ha hecho todos los anuncios de obras y ha dado por hecho el inicio de las mismas, dependiendo todo del financiamiento chino, que la propia presidenta ha anunciado ya se encuentra cerrado.
Desde el entorno técnico de la obra y especialmente desde Electroingeniería se ha dicho que el EIA se hará “a medida que avance la obra”, algo realmente insólito. Desde la provincia no se han dado especificaciones de cómo y cuándo se completará el estudio, aunque se adelantó que el mismo se cumplimentará debidamente.
Al respecto el ingeniero Delía señaló “un EIA de estas características no tarda menos de un año o año y medio y este lo van a hacer más que rápido, lo que me hace dudar de la calidad del estudio”. En relación con esto, OPI pudo saber que la empresa que tendrá a su cargo el EIA de las represas Cóndor Cliff-La Barrancosa, será Serman & Asociados SA, la misma empresa a la que el gobierno le encargó la concreción del EIA de la Termousina de Río Turbio, un controvertido documento realizado en tiempo record, con fallas gruesas y graves, observado en 50 puntos por la comunidad científica, técnicos y funcionarios provinciales que marcaron puntualmente cada una de las falencias, las cuales nunca se rectificaron.