El liderazgo republicano en el Congreso de EE.UU. busca desde hoy los votos necesarios para anular el veto del presidente Barack Obama a un proyecto de ley para autorizar la construcción del polémico oleoducto Keystone, que transportaría crudo entre Canadá y el sureste estadounidense.
Dos tercios de los legisladores tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes deben votar a favor del proyecto para dejar sin efecto el veto presidencial emitido este martes, algo bastante improbable de lograr pese a que los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConell, ya ha adelantado que esa cámara votará como tarde el próximo martes para tratar de dar un primer paso hacia la anulación del veto.
Obama "se equivoca si cree que vetando (el oleoducto) Keystone terminará esta batalla", advirtió hoy en su cuenta de Twitter el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.
Boehner enfatizó, además, que el desarrollo energético del país es una de las "mejores oportunidades" para tener "crecimiento y competitividad a largo plazo".
Los republicanos argumentan que la construcción del oleoducto generará decenas de miles de empleos, mientras que la Casa Blanca considera que el impacto económico no será tan significativo y que es necesario esperar a que concluya el estudio de impacto medioambiental que lleva a cabo el Departamento de Estado.
El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara baja, el republicano Jason Chaffetz, ha pedido al secretario de Estado, John Kerry, información sobre la documentación recibida por su departamento para el análisis en curso sobre el oleoducto, según publica hoy el diario digital "The Hill".
El Departamento de Estado solicitó a otras ocho agencias gubernamentales, entre ellas las de Defensa, Justicia, Interior, Transporte y Seguridad Nacional, comentarios y recomendaciones sobre la construcción de Keystone.
El oleoducto transportaría unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde la provincia canadiense de Alberta a diferentes lugares de Estados Unidos, incluidas refinerías en el golfo de México.
Kerry debe usar la información recibida para trasladar una recomendación a Obama, quien ayer, al justificar su veto, sostuvo que con el proyecto enviado a su despacho el Congreso "intenta esquivar procesos antiguos y probados para determinar si la construcción y operación de un oleoducto transfronterizo sirve al interés nacional".
"Este proyecto entra en conflicto con los procedimientos establecidos del brazo ejecutivo" y "ataja la consideración sobre temas que pueden tener impacto en el interés nacional, como la seguridad y el medio ambiente", anotó Obama en una carta enviada al Senado.
Las organizaciones de defensa del medio ambiente acogieron con satisfacción el veto del presidente.
"Obama dijo que vetaría este ataque contra su autoridad ejecutiva y ha cumplido su palabra. Esto es lo que dijo que haría desde el principio, pero el Congreso republicano ha insistido en malgastar el tiempo (...) tan sólo para justificar los deseos de sus aliados petroleros", recalcó la organización ecologista Sierra Club.
El veto al oleoducto ha sido el primero de Obama sobre un asunto sustancial desde que llegó a la Casa Blanca, ya que sus únicos bloqueos hasta ahora se habían producido en 2009 y se centraron en leyes menores, una de continuidad presupuestaria y otra sobre poderes notariales.
En enero pasado, en su discurso anual sobre el Estado de la Unión, Obama prometió que vetará cualquier intento del Congreso de revocar sus reformas en materia de sanidad, inmigración y del sistema financiero.
En lo que va de año, la Casa Blanca ha emitido ya más de una decena de amenazas formales de veto.