(Escribe Juan Carlos Orrego) El fuerte declive del precio del crudo (-51% desde junio 2014) ha sido percibido en general como un acontecimiento positivo para las empresas mineras. En primer lugar, porque impulsa el crecimiento mundial y consecuentemente la demanda de metales. Y en segundo, porque el menor precio del petróleo ayuda a las mineras a recortar sus costos operativos, una prioridad en la actual coyuntura de menores precios de metales en la cual se busca la eficiencia operativa.
El petróleo es un insumo clave en minería porque el transporte del mineral es una de las actividades más importantes en el proceso de minado, sobre todo para operaciones mineras de tajo abierto (30% de sus costos operativos son dependientes del petróleo). Con la caída del precio de 17% para el 2015 y de 11% para el 2016, se espera que las mineras ahorren un 4% de sus costos operativos estima Goldman Sachs. Estos costos representan aproximadamente entre 5% y 18% de los costos totales, según Deutsche Bank (DB).
Si el petróleo se mantiene por debajo de US$55/barril, el ebitda de las mineras que DB analiza (que incluye a varias de las principales mineras mundiales como Barrick, Southern Copper, Newmont y Vale) aumentaría entre 1% y 2%.
Sin embargo, la caída del petróleo no sólo genera beneficios para la industria de minerales; también impacta negativamente en la cotización de los metales por varios motivos. En primer lugar, porque las mineras con costos operativos más altos (menos eficientes) se vuelven menos sensibles a la caída de los metales. Entonces, reaccionan lentamente a la señales del mercado, y en vez de recortar su producción, continúan operando. Por este motivo, se retrasan los recortes de oferta necesarios en algunos metales para que sus precios se recuperen, advierte DB.
El caso del cobre ejemplifica esta situación. El precio ha caído de 22% desde junio del 2014, por un exceso de oferta. Al actual precio, el 10% de mineras más caras no es rentable. No obstante, la caída del petróleo reduce el costo de las mineras cupríferas más caras en 15%, estima Goldman Sachs (GS). Esto posterga su salida del mercado ya que pueden aguantar por más tiempo seguir operando con pérdidas a la espera de que los precios se recuperen. Como consecuencia, para este año se estima una sobreoferta de 492,000 toneladas, según GS.
Una segunda manera en que la caída del petróleo golpea los precios de los commodities es por su importancia como activo de inversión. “Dado que el petróleo es de lejos el commodity más transado, fuertes caídas en su precio pueden crear un sentimiento negativo de los inversionistas hacia todos los commodities”, señala un reporte de Capital Economics. Adicionalmente, los commodities son tratados en portafolios como un solo activo. Esto significa que liquidar la posición en petróleo (para evitar mayores pérdidas) también implica liquidar posiciones en metales, lo que presiona a la baja estos precios.
La caída del petróleo ya ha golpeado el precio de los metales base durante la segunda mitad del 2014. La cuestión es si seguirá impactando con la misma intensidad en los meses que vienen. Es difícil determinar si las presiones que impulsan los precios al alza y a la baja se llegarán a equilibrar.