Por Pablo Fernández Blanco.
Un poco de pragmatismo le alcanzó al Gobierno para silenciar por un momento su declarado interés por reducir la importación de energía y lanzarse al mercado internacional de hidrocarburos a comprar petróleo. Los ejecutores de esa política serán dos empresas estatales, ya que YPF hará la operación por cuenta y orden de Enarsa, que pagará la millonaria compra en dólares.
La compañía que maneja Miguel Galuccio lanzó una licitación para importar hasta un millón de barriles de petróleo de África Occidental, del Mar del Norte o del Mediterráneo. El número es enorme: equivale a casi dos días de la producción de petróleo de todo el país según los números de diciembre. La licitación estará abierta hasta el 3 del mes próximo.
Esos volúmenes servirán para cubrir la menor oferta local del crudo denominado Medanito, propio de Neuquén, el que mejor rinde en las refinerías argentinas.
Si ningún interesado está en condiciones de cubrir la cantidad que pidió YPF, se puede hacer una oferta por al menos 600.000 barriles. En cualquier caso, se necesitarán varios barcos para traerlos a las costas de Puerto Rosales (Bahía Blanca), donde está previsto que descarguen entre el 29 del mes próximo y el 7 de abril.
Será la segunda importación de crudo en 10 meses (la anterior fue en mayo de 2014), todo un récord para la Argentina, que estuvo más de dos décadas sin necesidad de comprar petróleo en el exterior.
Eso se debió, en parte, al fuerte aumento que registró la producción en los años 90 (en 1998 el país llegó al récord de extracción, pero luego comenzó a caer de manera ininterrumpida).
El Gobierno, que desde hace tiempo compra gas en el exterior para compensar la caída en la oferta local, rechazó durante años la importación de petróleo por temor a los titulares de los diarios. Vencer ese miedo fue uno de los últimos legados del ex secretario de Energía Daniel Cameron, quien antes de su salida había hecho las cuentas, por sugerencia de distintos colaboradores y representantes de la industria, que mostraban la conveniencia de comprar crudo en los mercados internacionales antes que importar productos terminados, como naftas y gasoil.
Aunque desplazó al funcionario (su sucesora es Mariana Matranga), el ministro de Economía, Axel Kicillof, tomó la idea, que cobró aún más forma con la baja internacional del crudo.
Es una paradoja más de la energía en la Argentina: aunque en la mayor parte de los últimos años ocurrió lo contrario, hoy el petróleo importado es más barato que el nacional.
"Por las características de la producción nacional y del parque refinador, la Argentina tiene excedentes de crudos pesados y déficit de livianos. Al margen de los precios, para optimizar la capacidad de refino conviene importar crudo liviano en vez de productos terminados. Ahora bien, si se importa petróleo a precios más bajos y los combustibles producidos se valorizan al precio del petróleo local, que es más alto, el importador se hace de una ganancia adicional a costa del consumidor. Así como la «mesa de los argentinos» terminó pagando la carne más cara que nuestros vecinos, el tanque de los argentinos termina pagando la nafta más cara que los países que respetaron las referencias internacionales de precios", cuestionó el ex secretario de Energía Daniel Montamat.
La importación que se hizo el año pasado implicó un subsidio del Estado a las empresas, ya que Enarsa compró a un precio y luego lo vendió a las petroleras a un valor menor.
Ahora, las cuentas serán al revés, a tal punto que Enarsa embolsará algunos millones de dólares.
Ayer, el petróleo denominado WTI cerró a US$ 49,45, con una baja de 2,67%, mientras que el Medanito, en la Argentina, cuesta US$ 77, es decir, 55% más. La intención de Kicillof es vender el crudo importado al último valor y que Enarsa embolse la diferencia.
Será un negocio efímero, ya que esos recursos se destinarán a pagarles más a las petroleras por el fuel oil y a darles un premio a quienes aumenten la producción y la exportación de crudo.
Kicillof decidió avanzar en la importación de crudo luego de reuniones que mantuvo con las petroleras en diciembre pasado.
Allí se definió una baja del precio del crudo en el mercado interno que se tradujo en una reducción del valor de los combustibles a partir del 1° de enero de este año.
"Desde enero de 2014 se puede importar crudo, pero según el humor del Gobierno. Esa disposición era para cubrir faltantes en las refinerías ante la caída crónica de la producción local", explicó Emilio Apud, otro ex secretario del área. "Hay que tener en cuenta que el barril importado se haría en dólar billete con un valor final del orden de los 60 dólares y las refinerías lo convertirían a pesos al cambio oficial. Además, es difícil que el Gobierno opte por importar masivamente, dado que lo que falta hoy son dólares, por más que la caída internacional de energéticos le esté dando un alivio pasajero en sus cuantiosas importaciones", recordó. "No veo la ventaja de esas importaciones por encima de las necesidades, ya que estarían sustituyendo producción local que tiene costos locales distorsionados por la política económica en curso completamente desenganchados de los internacionales (tipo de cambio, paritarias, inflación, cargas impositivas, entre otros) que hacen que el precio de equilibrio del barril aquí, nos guste o no, sea 83 dólares", resumió el ex funcionario.
Crudo de calidad
En los últimos años, el petróleo de Neuquén, denominado Medanito y de los que mejor rinden en las refinerías locales, tuvo una significativa caída de producción
Cuentas finas
El ex secretario de Energía, Daniel Cameron, y luego el ministro de Economía, Axel Kicillof, aceptaron hacer importaciones de petróleo de buena calidad para reemplazar la menor producción neuquina. De esa manera, estiman, aumentará la producción de naftas y gasoil con un saldo económico favorable para el país
Cuentas finas
El Gobierno autorizó en mayo del año pasado la primera importación de crudo. Diez meses después, habilitó la segunda
Gran volumen
YPF llamó a una licitación para obtener hasta un millón de barriles de crudo. Es una cifra muy importante. Equivale, por ejemplo, a dos días de la producción nacional de petróleo o a varias veces la de YPF, y permitiría abastecer hasta cuatro días de las necesidades de suministro de la refinería de La Plata, el mayor complejo industrial del país
Negocio efímero
La estatal Enarsa comprará el crudo y lo venderá a un precio mayor en el mercado interno, por lo que no beneficiará a los consumidores. Con esos recursos, el Estado argentino compensará los subsidios que les viene dando a las petroleras para que sostengan la producción y aumenten la exportación
La firma estatal argentina YPF lanzó una inusual oferta para comprar hasta 1,6 millones de barriles de crudo ligero y dulce de África Occidental, del Mar del Norte o del Mediterráneo, dijeron operadores este lunes a Reuters.
La oferta dice que la firma argentina aceptaría una canasta de crudos con determinados grados, entre ellos el Forcados, Bonny Light, Bonga, Escravos, Brass River o Erha de Nigeria, el Azeri Light de Azerbaiyán o el Troll del Mar del Norte.
La oferta, que se cierra el 3 de marzo, solicita el petróleo en dos cargamentos, uno de 600 mil barriles y el otro de 1 millón de barriles, para su entrega a Puerto Rosales entre el 29 de marzo y el 7 de abril.
El país, que produce aproximadamente 700 mil barriles por día de crudo según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, levantó las restricciones a las importaciones de petróleo crudo el año pasado.
Hasta 2014, la Argentina se autoabastecía de petróleo crudo, aunque mantenía un importante déficit comercial en materia energética debido a su dependencia del gas y la electricidad importados. El año pasado, el rojo del sector energía superó los u$s8.100 millones, según datos del Banco Central, producto de exportaciones por u$s5.292 millones e importaciones por 13.423 millones de dólares.
El desplome de las cotizaciones petroleras, desde los u$s107 por barril a mediados del año pasado en la variedad WTI, hasta los u$s50 de este lunes, propició las importaciones de crudo, cuando las explotaciones de hidrocarburos no convencionales en el reservorio neuquino de Vaca Muerta todavía están en fase de desarrollo.
A través de la estatizada YPF, el Gobierno lanzó la primera oferta del año para importar crudo liviano. La operación en este caso fue solicitada por Enarsa y apunta a comprar hasta 1 millón de barriles de crudo ligero y dulce de África Occidental, del Mar del Norte o del Mediterráneo, según constataron operadores a la agencia Reuters. La oferta dice que YPF (que compra por cuenta y orden del Enarsa) aceptaría una canasta de crudos con determinados grados, entre ellos el Forcados, Bonny Light, Bonga, Escravos, Brass River o Erha de Nigeria, el Azeri Light de Azerbaiyán o el Troll del Mar del Norte.
La licitación cierra el 3 de marzo y solicita el petróleo en dos cargamentos: uno de 600.000 barriles (que sería el piso) y el otro de 1 millón de barriles, para su entrega a Puerto Rosales entre el 29 de marzo y el 7 de abril. Según confió a El Cronista una fuente cercana a la operación, el volumen importado no llega a equivaler 4 días de procesamiento de una refinadora de YPF.
La operatoria fue calificada por Reuters como inusual. Y es que la compra de cargamentos en esta oportunidad fue realizada por el Estado (a través de Enarsa) para después venderlos a las refinadoras locales (que habitualmente son las que importan) para luego procesar el crudo. La producción doméstica no alcanza para cubrir la demanda local, por esa razón desde hace casi tres años se había habilitado la importación de crudo sin impuestos para que las operadoras compren desde el exterior. Sin embargo, hoy la Secretaría de Energía no está autorizando la compra por cupos porque en el presupuesto para este año se excluyó una cláusula que imponía un límite a los beneficios fiscales.
Londres - YPF lanzó una oferta para comprar hasta 1,6 millón de barriles de crudo ligero y dulce de África occidental, del Mar del Norte o del Mediterráneo, según indicaron operadores locales. De acuerdo con las condiciones ofertadas, la compañía aceptaría una canasta de crudos con determinados grados, entre ellos el Forcados, Bonny Light, Bonga, Escravos, Brass River o Erha de Nigeria, el Azeri Light de Azerbaiyán o el Troll del Mar del Norte. La compra, que se cierra el 3 de marzo, solicita el petróleo en dos cargamentos, uno de 600.000 barriles y el otro de 1 millón de barriles, para su entrega a Puerto Rosales entre el 29 de marzo y el 7 de abril.