MINING CLUB
La vida te da sorpresas, muchas veces agradables. Algo así podrían decir el trío de jóvenes cuyanos que de la mano de Liebherr, después de haberse especializado en Minería, traspasaron las fronteras de Argentina para hacer camino profesional en los lugares más remotos
Un grupo de treintañeros que trabaja en Liebherr Argentina empezó su carrera en la empresa sabiendo poco de minería y de los grandes equipamientos en las faenas. Son dos sanjuaninos y un mendocino, integrantes del equipo de Product Support de Liebherr que ya recorrieron el mundo enseñando y aprendiendo junto a sus pares de la corporación.
Ninguno hablaba inglés y, con apenas un curso intensivo que duró un mes, se animaron a recorrer el mundo para capacitar sobre el uso de los equipos y brindar soporte técnico.
DE PETROLERO A MINERO
Luis Balmaceda (37), oriundo de Mendoza, egresó del nivel secundario como Técnico Electromecánico y hoy ha cumplido 11 años en Liebherr Argentina. “Llegué a la empresa en medio del furor que despertó la minería con el comienzo de las operaciones de la mina Veladero y la promesa de las grandes obras de Pascua Lama.
Había una gran necesidad de técnicos en San Juan y yo tenía conocimientos porque trabajé cinco años en la industria petrolera, con la que viajé mucho al Sur pero nunca afuera del país”. Casado, padre de dos adolescentes,
Luis es un cuyano pura cepa pues tiene sus familias materna y paterna en la sanjuanina Albardón. En Liebherr fue aprendiendo el oficio minero y creciendo en trayectoria. “Fui Líder, Supervisor, Training, Jefe del Servicio completo y ahora hago Instrucción Técnica e Inspección de Campo de toda la gama de productos mineros. Me manejo dentro de Sudamérica porque todavía mi inglés es básico y no puedo dar toda una capacitación en ese idioma. Quiero dominar bien esa lengua para abrirme puertas en otros países”, explica.
"Llegué a la empresa en medio del furor que despertó
la minería con las operaciones de Veladero"
Balmaceda recibió en Francia la certificación como Training Internacional, lo que le ha permitido realizar trabajos a en lugares remotos del planeta, entre ellos la exótica Mongolia de donde tiene una serie de recuerdos increíbles. “Tuve la posibilidad de crecer rápidamente dentro de la corporación, pero todavía me faltan aprender muchas cosas. Liebherr nos trata como miembros valiosos, tenemos voz y voto en las decisiones de trabajo, lo cual motiva y entusiasma”, destaca.
“Nunca me imaginé llegar a desarrollarme en este trabajo y mucho menos la posibilidad de viajar por el mundo. El apoyo de mi familia fue fundamental, porque mi trabajo en Minería me obliga a estar mucho tiempo fuera del hogar. No descarto la posibilidad de vivir en otro país si mi trabajo lo exigiera. Creo que mi familia me acompañaría, aunque será una decisión difícil. Pero es bueno tomar valor para nuevos desafíos”, precisa Balmaceda.
EL “CHE PIBE”
Juan Mascarell (37), nacido y criado en San Juan, fue signado por el destino: quiso escaparle a la Mecánica pero terminó ejerciendo ese oficio de herencia familiar. “Estudié Administración de Empresas, pero no me recibí. Toda la vida trabajé en el taller de mi padre, dándole una mano o arreglando mi automóvil, y un día me dije que si no terminaba una carrera universitaria tendría que formarme en una empresa”, dice.
Su opción pronto se haría realidad. Como tantos jóvenes de su edad, vio como afloraban las ofertas de empleos de grandes empresas que se radicaron en la provincia convocadas por el boom de la minería.
“Cuando me enteré de que Liebherr había llegado a San Juan hice lo imposible porque me entrevistaran. Me preguntaron cuáles eran mis pretensiones y lo único que pedía era integrarme al plantel para conocer cómo se trabaja en la actividad minera. Entré como el ‘che pibe’, y en tres meses pude demostrar que tenía condiciones.
"Cuando me enteré de que Liebherr había llegado a
San Juan hice lo imposible porque me entrevistaran".
Entonces me eligieron para hacer un curso en Francia, donde estuve dos meses”, comenta. El sanjuanino pasó por varios roles en Liebherr y hoy trabaja directamente para Liebherr Mining Equipment Colmar (LEC), la fábrica francesa. Como parte la división Product Support ya trabajó tres años en Mongolia y también estuvo en Zambia y otros destinos de África.
Su próxima misión será en una empresa minera que se instaló en Panamá. “Debo encargarme de este proyecto porque la compañía compró máquinas para desmonte. Son ocho equipos de 100 toneladas y 14 topadores. Mi responsabilidad es hacer el seguimiento de garantía, el armado de los equipos y el apoyo técnico apoyaré al cliente en la solución de problemas”, explica.
Mascarell, casado y padre de un niño de 3 años, asegura que viajar le enseñó a valorar cómo se vive en la Argentina. Está convencido de que la experiencia que adquirió es impagable y de que, en su rol de capacitador, aprende a diario. “Estoy abierto a seguir creciendo dentro de la empresa y estoy seguro que será así porque en Liebherr siempre se abren nuevas posibilidades”, concluye.
CUMPLIENDO UN SUEÑO
Eduardo Orquera (32), técnico electromecánico, fue una de las 23 personas que entraron a trabajar en el área Overhaul de equipos Liebherr en 2006. El sanjuanino, que reside en el departamento Albardón, pasa dos meses en Mongolia y quince días en su provincia natal. En el país asiático se desempeña como Product Support, un trabajo que ya realizó anteriormente en Zambia.
“Siempre quise llegar a este lugar, trabajar para la empresa haciendo un servicio post venta y conocer culturas, países y máquinas. Me pone muy bien trabajar con todos esos equipos”, indica Orquera, quien empezó como mecánico junior en Liebherr para la mina Veladero, que opera Barrick Gold.
La primera vez que Eduardo fue a Zambia sabía poco inglés, pero actualmente se desenvuelve sin problemas. “De a poco fui creciendo y demostrando lo que sabía, mostré interés de aportar mis conocimientos, lo pedí y cuando se dio la oportunidad Liebherr me eligió. Me gusta hacer trabajos adicionales, quedarme horas resolviendo situaciones, me gusta el trabajo que hago”, señala.
"Siempre quise llegar a este lugar, haciendo un servicio post
venta y conocer culturas, países y máquinas"
Orquera, casado y padre de una hija de dos años reconoce que “es un poco difícil dejar la familia, pero cuando estoy lejos, con el skype y otras tecnologías me comunico todos los días con mi familia. A veces es complicado, como en Mongolia, con la que hay 11 horas de diferencia. Pero no tendría problema vivir en otro país con mi familia. Me gusta el trabajo que hago y la empresa siempre me ha respondido muy bien. Quisiera seguir creciendo, en Liebherr uno siente que el techo para crecer se lo pone cada uno”.
Tres testimonios increíbles de profesionales argentinos, que crecieron profesionalmente con la novedosa minería que les cambió la vida. Y hoy son embajadores del país de Cuyo y de la Argentina en otros países y continentes. Como ellos dicen, con pasaporte Liebherr.