Sin lugar a dudas, el año que se acaba de retirar quedará en la memoria de todo el mundillo minero como uno de los peores que se recuerde. En un rápido repaso resaltan el 'desinfle' de Pascua-Lama y la pésima situación de los mercados. Si bien son dos variantes que ya venían mal desde años anteriores, se puede arriesgar que el año pasado terminaron de consolidar su estado a la baja. Sumado a eso, en noviembre de 2014 ocurrió algo inesperado: Glencore, la propietaria del proyecto de cobre El Pachón, en Calingasta, presentó una demanda contra la empresa chilena Los Pelambres, que opera justo enfrente del proyecto sanjuanino. Luego, el 10 de diciembre, para ser precisos, Glencore anunció en San Juan que invertiría 3.500 millones de dólares para reactivar parte del proyecto calingastino.
Es decir, primero presentaron la demanda y luego anunciaron la inversión. ¿Quién invierte en un lugar donde hay supuestos problemas ambientales? y lo otro, ¿quién pone plata cuándo el precio de lo que va a vender está por el piso y con proyección de bajar al subsuelo? Extraño. En el Gobierno de la provincia están muy atentos a la denuncia, ya que no quieren ni escuchar hablar de conflictos con Chile, porque temen por otros grandes proyectos como el Túnel de Agua Negra o Pascua-Lama, que dependen de las relaciones políticas e institucionales entre los países. Por el resto de la minería, parece que las cosas van a ser iguales al año anterior, definición que tiene claroscuros: si se compara este año con la etapa mientras duró la construcción de Pascua-Lama, la verdad es que estaremos muy mal. Ahora, si la comparación se hace con los años anteriores a la explotación de Veladero, Gualcamayo y Casposo, hay que decir que vamos a estar muy bien.
El contexto: los precios de todos los metales han caído en el mundo, es cierto, pero el cobre es uno de los que más ha sufrido: 'Una baja del 5,3% experimentará el precio del cobre durante el 2015, según reveló el 'Pronóstico de los mercados de commodities' publicado por el Banco Mundial. La cifra es incluso mayor a la del 2014, cuando su precio bajó 5%, según el organismo. El estudio destaca que la razón de la caída en el precio de los metales se debe a la menor demanda de China, la que sufrió un crecimiento negativo entre septiembre y noviembre del año pasado', publicó la agencia Reuters hace muy poco. 'El cobre, por ejemplo, fue el activo de peor desempeño entre los metales básicos en 2014 y ha perdido cerca de 14% de su valor debido a una sobreoferta que ha persistido durante cuatro años', rescató el diario The Wall Street Journal a fines del año pasado. Es decir, muy mal año y peores perspectivas a futuro.
En ese escenario, Glencore ha sumado otro condimento que acarrea interesantes y alarmantes puntos para analizar: en noviembre del año pasado la compañía presentó una demanda en el juzgado Federal de San Juan que dirige Miguel Ángel Gálvez contra Minera Los Pelambres, de Chile, al asegurar que los chilenos habían armado una escombrera de unas 50 millones de toneladas de roca estéril del lado argentino, en territorio de El Pachón (ver infografía).
Para saber de quién se habla, hay que aclarar que Minera Los Pelambres está compuesta en un 60% por Antofagasta Minerals y en un 40% por un consorcio de empresas japonesas integrado por Nippon LP Investment y Marubeni& Mitsubishi LP Holding BV y opera en Coquimbo desde 1999. Según publicó en diciembre o enero el diario chileno El Mercurio (nota que replicó el Nuevo Diario de San Juan hace un par de semanas), los chilenos dijeron que habían depositado ese material en la zona porque los límites internacionales no estaban claros al momento de armar la escombrera. Glencore, consultada por DIARIO DE CUYO, respondió a través de un comunicado que 'La única realidad es que el límite entre la Argentina y Chile fue fijado por ambos países mediante el Tratado de 1881, y que en la zona que nos ocupa dicho límite no ha estado en disputa ni ha sido modificado desde entonces.
Las autoridades de límites de ambos países han ratificado lo aquí expuesto'. En el mismo texto, aparecen algunas frases que preocupan: 'Basta remitirse a documentos públicos emitidos por Minera Los Pelambres, para conocer que el material depositado allí por dicha empresa tiene la capacidad, con el tiempo, bajo determinadas condiciones y habiendo sido abandonado por Pelambres, de generación de ácido de roca, por lo que Pelambres debe retirar dicha escombrera de la propiedad de Pachón y de territorio argentino a la mayor brevedad.
La negativa a hacerlo en la que se mantiene inexplicablemente, únicamente agravará su responsabilidad. Otros daños, atento -por ejemplo- que el suelo y la pendiente de aguas en la zona han sido alterados por Minera Los Pelambres, están siendo evaluados. Además de escombros Pelambres ha depositado en la escombrera centenares de neumáticos usados de equipos mineros en una práctica que está prohibida por ley. Sabiendo Pelambres que esos neumáticos están en Argentina y que ello no es una práctica legal en nuestro país, no ha hecho nada para remediarlo'. En pocas palabras, dicen que la acción chilena "puede provocar" ácido de roca, no que efectivamente ha ocurrido, dejando un final abierto y miles de millones de conjeturas. ¿Qué es el ácido de roca? Es el agua que termina contaminada con los minerales que contienen las rocas que están en los ríos. En Jáchal, por ejemplo, el agua del río Salado se llena del boro y el arsénico que hay en la zona por donde pasa ese río. Y esa acción termina por convertir en no potable el líquido. En el caso de El Pachón, el agua de deshielo o las lluvias podrían convertirse en ácido al rozar las rocas que, según la denuncia de Glencore, han arrojado los chilenos en el lado sanjuanino.
Pero no lo aseguran, lo sugieren, dicen que eso puede ocurrir, y no que ocurre. Actualmente, el Instituto de Investigaciones Hidráulicas de la Universidad Nacional de San Juan, que hace estudios desde hace 15 años en el proyecto, continúa monitoreando la salubridad del agua en los 7 cursos de agua de influencia de El Pachón, sobre 90 puntos de monitoreo, entre superficiales y subterráneos. Si los niveles fueran más altos de lo normal, es de seguro que la UNSJ lo hubiese comunicado. Este diario repreguntó respecto de la contaminación y, también, si eso condicionaba la inversión en Argentina, pero no contestaron. Ese vacío de respuestas dispara preguntas: ¿hay alguna maniobra escondida en la publicidad de la demanda? o ¿porqué anunciar algo que no saben si podrán hacerlo? Porque si hay escombros que se interponen en la construcción del proyecto, es evidente que no podrán llevar adelante la construcción de El Pachón. O, de querer hacerlo igual, ¿ellos asumirán los costos de remover 50 millones de toneladas?
La imagen satelital que grafica estas palabras es evidente. Si lo que allí se muestra es real, el reclamo es valedero, no se discute. Lo que no se entiende de la acción de la empresa es el haber denunciado esa maniobra y haber anunciado la inversión, sólo con 30 días de distancia entre una y la otra. Ningún inversor en el mundo minero quiere poner plata por los momentos que se viven. Y mucho menos lo harían en un lugar que tiene problemas judiciales o de contaminación. La contaminación en esos niveles de inversión, margina toda posibilidad de crédito o de apuesta financiera.
Obviamente en el Gobierno de San Juan no quisieron hablar del tema, y es entendible. Primero que se trata de una demanda entre privados, y segundo que cualquier cosa que digan puede terminar en un conflicto con Chile no necesario, mucho menos en este momento en el que se necesita que el poder político trabaje de ese lado de la cordillera para refrendar el Protocolo de Agua Negra que ya sancionó el Senado argentino. Además se está a días de que la Corte chilena se exprese acerca de Pascua-Lama. Fuentes de la empresa y algunas del Gobierno de San Juan aseguraron el viernes, que en Chile esperan novedades muy rápido respecto de los problemas judiciales del proyecto binacional. Igual, en el Gobierno de la provincia hay gente que comete graves errores en torno a esto, que es el de no salir a investigar por propios medios. Y si lo ha hecho, no se sabe, porque no lo dijeron, a pesar de las consultas periodísticas.