Por Santiago Villa.
Una periodista y su camarógrafo descubren que una compañía intenta ocultar el peligro generado por fallas en el reactor de su planta nuclear. Sin embargo, el ingeniero de la planta, que respaldaría la denuncia con su testimonio, es asesinado antes de revelar la verdad.
Este es el argumento de El síndrome de China (1979), una de las películas que más conciencia generaron sobre los peligros de la energía nuclear. El título alude a la descripción que el ingeniero hizo del peor desenlace posible en un desastre nuclear: que el reactor se caliente a una temperatura tan alta que derrita la corteza de la tierra y atraviese verticalmente el planeta, hasta llegar a China. Ahora, 35 años más tarde, para los escépticos de la energía nuclear el peligro no es que los reactores lleguen hasta China, sino que provengan de ese país.
En la última década, el programa nuclear chino ha tenido una expansión sin precedente. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), de las 69 plantas que se están construyendo en el mundo, 25 se hacen en China por sus empresas estatales: la China General Nuclear Power Group (CGN), la State Nuclear Power Technology Corporation (Snptc) y la China National Nuclear Corporation (CNNC).
Los temores por los efectos de la expansión internacional de la tecnología china provienen de que el país quiere abarcar más de lo que puede. El diario hongkonés South China Morning Post reveló en octubre de 2013 que en una conferencia sobre energía limpia en Macao un veterano de la industria dijo: "Nuestros líderes han hecho de la seguridad nuclear una alta prioridad, pero las compañías que ejecutan los proyectos no parecen entender esto al mismo nivel". Se trataba de Li Yulun, ex vicepresidente de CNNC, la misma empresa que va a desarrollar los reactores nucleares en la Argentina.
CNNC, la empresa nuclear más antigua de China, desarrolló la primera bomba atómica, la primera bomba de hidrógeno y el primer submarino nuclear de China, durante la Guerra Fría, con tecnología facilitada por la Unión Soviética. La institución, creada por Mao en 1955, construyó el primer reactor nuclear a comienzos de la década de 1980.
Sin embargo, fue la apertura del reactor de Daya Bay en 1993, en cooperación con Francia, que hizo de este país el principal socio nuclear de China en el mundo desarrollado. Desde entonces, China ha profundizado la cooperación internacional de tecnología, recursos naturales e información con más de 40 países, entre ellos Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá y Japón.
"Hubo mucha cooperación internacional -dijo Jonathan Cobb, de la Asociación Nuclear Mundial-. Cuando hay cooperación, sin importar en qué parte del mundo, uno tiende a tener las mejores prácticas de las organizaciones de las que va a aprender."
BÚSQUEDA DE MERCADOS
Fue sobre esta base que China desencadenó una diplomacia nuclear que actualmente está en un auge histórico. La construcción de la primera planta fuera de sus fronteras fue en 1991, la Chasma 1, una planta de 300 megavatios (MW), en Paquistán. La obra terminó en 2000, y desde entones la relación con este país se ha profundizado. El pasado 9 de febrero Pekín confirmó que desarrollará allí seis reactores.
China ha demostrado un profundo interés en expandir su tecnología dentro del mundo en desarrollo, en especial durante los últimos tres años. Aunque no ha logrado concretar un acuerdo con Brasil -en 2013 trasladó a Río de Janeiro su oficina para América latina de la Snptc-, en diciembre firmó un acuerdo con Sudáfrica para desarrollar una nueva planta nuclear; en Rumania, la CGN construirá los reactores Cernavoda 3 y 4, con una inversión de 6500 millones de euros, y en Turquía, la Snptc desarrollará un reactor nuclear con Elektrik Uretim AS, una empresa estadounidense.
En el mundo desarrollado, CGN y CNNC se han aliado con la estatal francesa EDF para desarrollar dos reactores nucleares en Gran Bretaña, con una inversión de aproximadamente 20.000 millones de dólares.
"Es un momento muy emocionante para la industria nuclear de China. Hay un compromiso claro para expandir el uso de la energía nuclear", dijo Cobb. "Los estándares de las corporaciones chinas son altos y salen bien librados cuando se comparan con otros proveedores nucleares."
Las preguntas en torno de la seguridad de los proyectos chinos, sin embargo, han vuelto a surgir desde el año pasado a causa de las quejas de sus socios franceses. La empresa estatal nuclear francesa Electricité de France desarrolla con CGN una planta en Taishan, cerca de Hong Kong. Según denunció en febrero de 2014 ante el Parlamento de su país Phillippe Jamet, uno de los supervisores de seguridad nuclear de Francia, "la colaboración [con China] no es del nivel que queremos que sea".
Gordon Chang, analista de Forbes, ha llegado a preguntarse si China no exportará el próximo Chernobyl.
"Estoy en desacuerdo -dijo Cobb-. Los estándares nucleares son estrictos, así no sean internacionales, son los que se aplican en todo el mundo y están vigilados por la cooperación internacional."
China también es optimista. El diario oficial chino People's Daily publicó el 12 de este mes: "El reciente acuerdo con la Argentina ha abierto las puertas a los mercados extranjeros. Luego de décadas de desarrollo, el poder nuclear de China ha acumulado una destacada experiencia operacional y una aceptación en el mercado. «Volverse global» se ha convertido en una estrategia nacional".
PEKÍN, EL NUEVO JUGADOR EN UN MERCADO ELITISTA
3
Empresas
Son las que constituyen los pilares del desarrollo nuclear chino: China General Nuclear Power Group (CGN), State Nuclear Power Technology Corporation (Snptc) y la China National Nuclear Corporation (CNNC)
25
Plantas nucleares
De un total de 69 que se están construyendo en el mundo, 25 tienen lugar en China
40
Países
Mantienen cooperación con Pekín en tecnología, recursos naturales e información, entre ellos Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá y Japón
60
Años
Tiene en actividad el programa nuclear civil chino, que comenzó con la creación en 1955 de CNNC, la empresa fundada por Mao
Por Jorge Oviedo.
Les Luthiers en su "Cantata del Adelantado" contaba la falsa y burlona historia de un falso conquistador genialmente interpretado por Ernesto Acher, que pretendía ganar glorias de sus aventuras en el Nuevo Continente. "¡Fundé Caracas!", se envanecía. "Y acerté a fundarla en tan hermoso valle...", agregaba. "Tanto acertó que la fundó en pleno centro de Caracas, ¡que ya estaba fundada!", lo corregía el locutor personificado por Marcos Mundstock. La escena se repitió casi literalmente el miércoles último, cuando Cristina Kirchner "inauguró" Atucha II... por tercera vez.
Podrá decirse que lo que anunció o inauguró la Presidenta fue la puesta a máxima potencia de la usina termonuclear. Dejemos al ex secretario de Energía Jorge Lapeña el papel de locutor que hacía Mundstock: "El motivo era celebrar que la central había obtenido de la autoridad regulatoria la autorización para operar al 100% de su capacidad, o sea, 720 MW; la fecha elegida, 18 de febrero, fue sorpresiva y teniendo en cuenta que la autorización fue otorgada en los últimos días de enero de 2015, no parece tener un objetivo técnico".
Nada pudo ocultar que la Presidenta quería tapar la marcha de recuerdo y homenaje al fiscal Nisman con un festival de la alegría. Como los cantantes que no tienen nuevas canciones para editar, hubo un refrito, un "grandes éxitos".
Pero además, como en la cantata de Les Luthiers mientras desde el protagónico se trata de hablar de una bravía conquista, se vierten cantidad de disparates. La Presidenta tiene más suerte que la que tenía don Rodrigo Díaz de Carrera: nadie la corrige en público en medio del acto.
Sigue Lapeña: "La presidenta de la Nación atribuyó erróneamente al General Perón el haber lanzado la central de Atucha I, cuando en realidad cortó las cintas de inauguración siendo presidente de la Nación en marzo de 1974; omitió decir que la central fue iniciada en 1968 y que fue una obra realizada en las «gestiones de facto» de los generales Onganía, Levingston y Lanusse, que precedieron al general Perón, quien asumió el gobierno en septiembre de 1973, cuando las obras ya concluían. El segundo error grueso de la Presidenta consiste en haber validado sin beneficio de inventario todas las decisiones de la dictadura y haber asumido el Plan Nuclear del Proceso como propio, poniéndose ella misma como continuadora del mismo".
Y agrega: "Las decisiones de construir la central nuclear de Atucha II, la Planta Industrial de Producción de Agua Pesada y otros proyectos de reprocesamiento de combustibles irradiados y enriquecimiento de uranio fueron tomadas en el más absoluto secreto por el régimen militar". Tal vez, sea injusto haber rebautizado Néstor Kirchner la nucleoeléctrica tan demorada. Quizá lo más justo hubiera sido honrar al recientemente fallecido ilusionista René Lavand, famoso por su latiguillo sobre sus inolvidables trucos: "No se puede hacer más lento".
También la Presidenta dijo que ahora el sector energético está en gran porcentaje en manos estatales, y pidió a los ciudadanos porque ahora son, según ella, los propietarios de esas compañías en un sector que es deficitario y está en una profunda crisis.
Es curioso que el Gobierno quiera usar obras energéticas como una pantalla cuando su gestión en el sector ha sido desastrosa y llevado a un déficit monumental de la balanza comercial. En el acto, Cristina Kirchner se preció de que con Atucha II se ahorrarán US$ 400 millones, cuando el déficit de balanza energética fue calculado en US$ 7400 millones para 2014.
Y habrá que ver qué cuenta hace, porque hasta ahora la oferta de electricidad generada con energía nuclear aumentó muy poco en los últimos 12 meses. Llegaba a 880 MW de potencia en el caluroso enero de 2014. Fue de 1065 MW el miércoles último. A medida que subía la potencia de Atucha II descendía la aportada por Embalse, que debe ser sacada de servicio para extenderle la vida útil. De momento, lo que ahorra importaciones es la caída del consumo por las menores temperaturas promedio que un año atrás y la baja de los precios internacionales.
Justamente, la construcción de Atucha II fue abandonada en la década del 90, cuando el petróleo valía muy poco. Otros países hicieron lo mismo. Pero la Presidenta dice que hubo un intento extranjero de mantener al país sometido. Pareció que por poco no nombró a los Estados Unidos.
Mientras el petróleo valió mucho, la mayor compañía del sector se dedicó a sacar todo lo que pudo y a pagar colosales dividendos, mientras progresivamente se quedaba sin reservas. Todo, aprobado por los veedores del Estado, que ahora aplauden los discursos plagados de errores y de falsas victorias.
Cuando el petróleo se abarata, los consumidores locales pagan más caros los combustibles líquidos para recuperar las reservas perdidas en los tiempos de dispendio, y se recurre a la costosa energía nuclear para remplazar la deteriorada producción de los yacimientos de fuentes tradicionales.
APELACIÓN A LA PATRIA
Pero también la Presidenta apeló a opacar y ningunear la marcha del 18 con un discurso beligerante y patriotero. "Estoy con mucho orgullo, porque puedo ir a cualquier país del mundo, aun a aquellos países que de repente tienen cárceles clandestinas y a gente detenida sin proceso; puedo ir a países donde lanzan misiles contra poblaciones civiles, donde mueren niños, ancianos y mujeres, puedo ir a cualquiera de esos países, pararme enfrente y decirles que en la Argentina impera la ley, y que ningún argentino puede ser encarcelado si no es por orden de juez competente o condenado con sentencia firme", dijo. Un día después se deleitó en Twitter con los saludos por su cumpleaños, enviados, entre otros, por el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien ese día apresó y encarceló a un alcalde opositor. Aunque por la ausencia de juicio y procedimientos legales podría decirse que lo capturó, secuestró y mantuvo desaparecido al menos por unas horas.
¿Qué conspiración o medida geopolítica hegemónica podría haber dejado a la Argentina sin carne, leche, trigo suficientes para exportar y aprovechar un fenomenal auge de precios internacionales que ya ha tocado a su fin? ¿De dónde salió la conspiración extranjera que hizo al país perder posiciones como proveedor de carne vacuna al mercado internacional a manos, entre otros, de Paraguay, Brasil y Uruguay?
La misma gestión ruinosa que dejó al país con una fortísima dependencia de la energía importada promete ahora el "milagro nuclear", con la provisión de nuevas centrales chinas. Según la Presidenta, en Atucha II el 88% de la obra fue nacional. Otra vez, Lapeña corrige y calcula: "Es muy difícil que la participación de la industria nacional haya superado en Atucha II el 50% del total" y advierte sobre los faraónicos planes: "No hay peores decisiones que las de un gobierno apurado y cerrado a la crítica".