Por Mariana Verón.
Pasado el primer impacto del 18-F, el Gobierno reaccionó con dureza ante la marcha por la muerte de Alberto Nisman: la que calificó de "opositora" y acusó a los fiscales que la convocaron de tener la "vocación de desestabilizar" a Cristina Kirchner en sus últimos meses de mandato.
Lejos de la moderación, las principales espadas mediáticas de la Casa Rosada atacaron la movilización en medio de una cada vez más fuerte preocupación del oficialismo por las decisiones judiciales que ayer dejaron contra las cuerdas a buena parte de los funcionarios.
La línea oficial la abrió el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, que apenas llegó a Balcarce 50 descargó todo el malestar del Gobierno hacia el Poder Judicial.
Incluso, minimizó la concentración y la comparó con otras marchas en contra de la Casa Rosada. "¿Cuáles fueron las manifestaciones más grandes antes? La manifestación de [Juan Carlos] Blumberg y la de quienes se decían ser los representantes del campo en la Avenida del Libertador", se respondió. Y aunque dijo que no era un "estimador" de multitudes, sugirió que esas dos marchas habían convocado más participantes que la de anteayer.
"El homenaje solamente cupo por parte de la familia. Mucha pena me dio por ese tema. Lo demás es lisa y llanamente una marcha opositora. Basta ver los insultos que hubo a la Presidenta, no hemos cambiado nada con respecto a otras oportunidades", se quejó.
El malestar del Gobierno tiene destinatario, y son los jueces y fiscales. No por casualidad ayer Aníbal Fernández insistió en el reclamo de que se terminen sus privilegios. "Trabajan hasta las 13.30, no pagan impuesto a las ganancias, designan a sus familiares y las medidas cautelares [que toman] son para los poderosos a delivery cuando lo necesitan", reprochó.
"Hay que decirlo porque la sociedad argentina tiene que estar al tanto", descargó el funcionario, y se cerró con una advertencia: "No sueñen con empujar a este gobierno".
En la misma línea, siguió una hora después el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Insistió en calificar la marcha de "opositora", denunció que hubo "expresiones agraviantes" hacia el Gobierno y pidió al Poder Judicial que tuviera independencia de las corporaciones.
Tanto Aníbal Fernández como el ministro de Defensa, Agustín Rossi, que se sumó a la reacción oficial, dejaron fuera de sus críticas a la familia de Alberto Nisman, a la que le reconocieron el legítimo derecho a marchar.
Pero si por la mañana la Casa Rosada sentó postura sobre el 18-F, a la tarde, la preocupación dejó de ser la masiva manifestación y se trasladó a lo que consideran puertas adentro la consecuencia de la marcha: la confirmación por parte de la sala I de la Cámara Federal del procesamiento del vicepresidente Amado Boudou en la causa Ciccone; la ratificación de Claudio Bonadio en su investigación contra la Presidenta por su empresa Hotesur (ver página 12), y el llamado a indagatoria que hizo el juez Luis Rodríguez a Angelina Abbona, la procuradora del Tesoro y funcionaria del riñón de Cristina Kirchner (ver aparte).
El Gobierno vislumbra que esas medidas fueron aceleradas a partir de la marcha, que, según su visión, les dio legitimidad a los jueces para avanzar contra los funcionarios. Por eso la estrategia es ventilar los beneficios del Poder Judicial para contrarrestar, por lo menos discursivamente, el impacto en la sociedad.
Ningún funcionario se sorprendió ayer con las novedades sobre Boudou o la ratificación de Bonadio. La preocupación se concentró en el llamado a indagatoria a Abbona. Sostienen que apunta directamente a la Presidenta, que es a quien responde la procuradora.
Sin interlocutores de peso en Comodoro Py, en el Gobierno reina una suerte de desamparo judicial que los obliga a ser los últimos en enterarse de cualquier paso que den los jueces en su contra.
Poco alcanza la influencia que puedan tener el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el secretario de Justicia, Julián Álvarez, y el subsecretario de Inteligencia, Juan Martín Mena, los tres operadores que le quedaron al Gobierno en la Justicia.
Para la Casa Rosada, el temor es que las medidas judiciales sigan desgastando a la Presidenta. "Lo que buscan es disminuirle su capacidad de decisión sobre el sucesor", explicó un funcionario, que resaltó que la estrategia de denunciar un "golpe blando", como viene insistiendo el Gobierno, intenta establecer una línea de victimización. Nadie cree en serio puertas adentro de Balcarce 50 que los sectores a los que cuestionan puedan impulsar una salida anticipada. Eso los colocaría en víctimas. Lo que temen, y hasta consideran peor, es que dejarán a Cristina sin margen para condicionar al futuro gobierno. En el análisis que hace el oficialismo, los jueces apuntan a la Presidenta, su círculo más íntimo y La Cámpora, la fuerza propia que creó el kirchnerismo para resistir más allá de 2015.
INDAGARÁN A LA PROCURADORA DEL TESORO
El juez federal Luis Rodríguez citó a declaración indagatoria a la procuradora del Tesoro de la Nación, Angelina Abbona, acusada de no adoptar las acciones correspondientes contra el grupo español Marsans por el presunto "vaciamiento" de Aerolíneas Argentinas.
El juez decidió citar para el 26 de marzo a Abbona, tras considerar que no cumplió con el artículo 6 de la ley 26.466, promulgada en 2008 por el kirchnerismo para expropiar Aerolíneas Argentinas y Austral. El artículo obliga a los funcionarios a discriminar la deuda real de esas compañías de la "fraudulenta" y a iniciar o presentarse en las causas que investiguen esos desfalcos.
La causa fue iniciada por el senador radical Gerardo Morales, quien denunció al presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, malversación de caudales públicos y encubrimiento. Denunció que el Estado fue perjudicado en más de 800 millones de pesos y 800 millones de dólares por aceptar o condonar nuevos pasivos durante y luego de la expropiación.
Cercana al secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, Abbona cobró notoriedad la semana pasada, cuando como defensora del Estado rechazó la denuncia que el fallecido fiscal Alberto Nisman presentó contra la Presidenta por la causa AMIA.
Por Hernán Cappiello.
Casi en secreto, los fiscales organizadores dela Marcha del Silencio, convocada parahomenajear al fiscal Alberto Nisman, se reunieron ayer al mediodía en Comodoro Py 2002 y llegaron a una sola conclusión: "Ahora nos tenemos que bajar y la expresión de la gente la tiene que recoger la política, no nosotros".
Así lo revelaron a LA NACION asistentes a ese cónclave que tuvo como escenario el despacho del fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes.
Además del anfitrión, participaron Raúl Pleé, Guillermo Marijuan, José María Campagnoli y el invitado especial fue Julio Piumato, el líder del gremio de los judiciales que puso la logística para la organización de la marcha. Sus hombres armaron los cordones en la calle, su Bora negro abría el paso y la combi del gremio arengaba con parlantes. Pero el músculo lo aportaron los camioneros de Hugo Moyano. Sus robustos afiliados fueron la guardia que hicieron un cordón en torno de los fiscales para que marcharan sin interferencias. Con modales de señoritas, guiaban a los empapados jueces de traje gris. Casi sacaron en andas al fiscal Moldes al llegar a la Plaza de Mayo que se descompuso apretujado por la multitud y lo subieron al escenario improvisado frente a la fiscalía de Nisman, sobre un camión aportado por el gremio.
Piumato agradeció con un comunicado a la gente, y dijo: "Los argentinos reclamamos cambios, nunca más una muerte política, queremos una convivencia sin violencia y en paz".
Pero los fiscales entendieron que no se pueden permitir esas expresiones.
Frente a algunos que les sugirieron repetir esta marcha una vez al mes, insistieron en que no eran ellos los que debían hacerlo.
Otro punto que evaluaron como positivo es que, a partir de la masiva concurrencia, "algunos timoratos se van a animar a más" porque saben que cuentan con respaldo para tomar decisiones que requieren especial coraje, el que no viene con el decreto de designación.
Algunos de estos tímidos, ausentes anteayer en la marcha, se acercaron a los despachos de los organizadores para felicitar y sumarse.
Uno de los fiscales aseveró: "La lucha continúa, pero en cada causa". No tuvo eco en otros de sus colegas que insisten en que los expedientes son otra cosa y que no corresponde tirotearse entre los sectores en pugna usando carátulas como proyectiles.
Fiscales que convocaron, pero que ayer estuvieron ausentes en la reunión explicaron que el sentimiento es que ahora "los políticos son los que deben canalizar lo que se vivió en la calle".
No obstante, el reclamo de la gente cuando cantaba: "Justicia, Justicia" fue recibido como una demanda hacia los organizadores. "No podemos hacernos los tontos con las causas en trámite", dijeron dos de los fiscales que armaron la movilización.
También se conversó sobre cómo quedó la procuradora Alejandra Gils Carbó tras la manifestación. Coincidieron en que uno de los disparadores para que la marcha tuviera acogida en Tribunales fue la oposición a que se designaran fiscales subrogantes. Por eso evaluaron que Gils Carbó es una de las perdedoras tras la manifestación. Y entendieron que la agrupación que también quedó afectada por la marcha es el colectivo judicial filokirchnerista Justicia Legítima.
Y analizaron que el contraataque que esperan ahora será en el ámbito legislativo. Estimaron los fiscales que el Gobierno buscará poner en marcha lo antes posible el nuevo Código Procesal Penal con la aprobación de las leyes complementarias que hacen falta, para poner en funciones a fiscales de su riñón, designados de manera subrogante por Gils Carbó. Su asunción está paralizada por medidas cautelares, pero no hay decisión de fondo sobre su legalidad.
La manera de contrarrestar esta embestida está fuera de tribunales. Se encuentra en el ámbito de la política, donde confían que la oposición dé esa batalla en el Congreso.
No quiso polemizar, pero la respuesta pareció tener una destinataria: la presidenta Cristina Kirchner. Y fue contundente. "Mis hijas son la alegría, son la esperanza, siempre lo fueron; son chicas llenas de energía positiva", dijo la ex esposa del fiscal Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado.
En la primera entrevista que concede tras la muerte del fiscal fallecido, y horas después de haber participado de la multitudinaria marcha que paralizó al país anteayer, la jueza federal de San Isidro le contestó así a la jefa del Estado, que días atrás criticó a los que participarían del homenaje al fiscal fallecido.
"Nos quedamos con el canto, con la alegría; a ellos, les dejamos el silencio. Siempre les gustó el silencio. Digo que nos quedamos con la alegría porque no tienen nada que decir o porque no pueden decir lo que piensan", fueron las palabras que la Presidenta utilizó cuando les habló a los militantes apostados en el Patio de las Palmeras, en la Casa de Gobierno, hace 11 días. Ésa fue la única parte del discurso de Cristina Kirchner que tomó Arroyo Salgado para responder al Gobierno.
Arroyo Salgado agradeció el apoyo que recibió anteayer en la marcha, y en especial al grupo de fiscales que la promovió.
"Fue muy emocionante y muy difícil para mí y para mi hija también, pero no queríamos dejar de estar [en la movilización]. Lo que fue bastante emocionante para mí, conmovedor y que de algún modo me genera una gran responsabilidad fueron todas las expresiones que la gente me manifestaba a nuestro paso. Palabras de confianza en lo que yo pudiera hacer", contó la jueza.
Precisó que su "participación" y la de la hija mayor de Nisman en la marcha "se reducía a rendir un homenaje a la memoria de Alberto por la persona que fue y por su labor profesional y la contracción con la que siempre ejerció su función y la valentía con la que lo hizo".
A la vez, Arroyo Salgado pidió celeridad en la investigación porque "la gente necesita creer en las instituciones y en la Justicia". Durante un diálogo con radio Vorterix, la magistrada volvió a mostrar diferencias con la forma en la que llevan adelante la investigación sobre la muerte de Nisman la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini.
"No quiero emitir juicio de valor mediático más allá de las manifestaciones que ya hice, en las que hice saber ciertas cuestiones que me parecía que debían hacerse. Entiendo que es importante mantener informada a la sociedad, pero dar detalles de las líneas de investigación que se están siguiendo, de las pruebas que se obtuvieron, malogra el avance de la investigación", manifestó Arroyo Salgado, que convivió 17 años con Nisman -se separó hace más de tres- y con quien tuvo dos hijas.
La jueza, además, se quejó porque Fein no aguardó la participación de los peritos de parte para realizar la autopsia de Nisman.
"En caso de confirmarse la certeza que tengo [por el asesinato], fue algo muy sofisticado. Lamentablemente me vi en la obligación de pedir un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque en esta coyuntura judicial, política, mediática, no están dadas las garantías como para que se realice una investigación imparcial sin riesgo para cumplir los fines del proceso y la búsqueda de la verdad", sostuvo Arroyo Salgado.
Al igual que en los primeros días de la pesquisa, Arroyo Salgado ratificó que no cree en la hipótesis de que Nisman se haya quitado la vida.
"De ningún modo admito la posibilidad de un suicidio. No lo creo por su personalidad y porque entiendo que no tenía motivos. Era una persona que, por su forma de ser, de ningún modo admito esa posibilidad. Y mucho menos como se ha presentado, con un arma de por medio. Queremos que se despeje en el expediente si esto fue un suicidio o un homicidio, más allá de mi certeza, que no es objetiva", agregó la magistrada.
Eso mismo le manifestó a la fiscal Fein en una de sus presentaciones. En el expediente Arroyo Salgado sostuvo que si Nisman hubiera querido suicidarse lo hubiera hecho de otra forma y que no hubiera tomado una decisión semejante sin dejar siquiera una nota.
Sandra Arroyo Salgado
Jueza y ex esposa de Nisman
"No admito la posibilidad de un suicidio. No lo creo por su personalidad y porque entiendo que no tenía motivos"
"Dar detalles de las líneas de investigación, de las pruebas, malogra el avance (de la pesquisa)"