A pesar de los esfuerzos de las autoridades alemanas por desarrollar su plan de Transición Energética (Energiewende), que pretende reemplazar el uso de fuentes energéticas no renovables como el carbón y el petróleo, el gobierno ha enviado un proyecto de ley al parlamento que permitiría la implementación del fracking para propósitos comerciales de la industria petrolera. La iniciativa, que debe pasar por el proceso legislativo para convertirse en una norma vinculante, regularizaría las exploraciones en profundidades por encima de los 3.000 metros, pero los términos podrían cambiar tras las negociaciones entre los legisladores y el gobierno. De cualquier forma, si la iniciativa es aprobada, el fracking empezaría a ejecutarse en 2019.
Dadas las circunstancias geopolíticas de Europa y el escepticismo que genera el suministro de gas por parte de Rusia, Alemania debe buscar alternativas que garanticen sus necesidades energéticas. De acuerdo con diferentes voceros de instituciones, el país debería asegurar su consumo para los próximos años de tal manera que el plan de transición podría esperar un tiempo.
María Krautzberger, presidente de la agencia Ambiental Federal de Alemania, ha dicho que “es importante tener un marco legal para el fracking”, algo con lo que el país aún no cuenta. Así mismo, aseguró que ya existe un acuerdo voluntario firmado por las compañías para no emplear el fracking, pero si alguna lo quisiera, podría hacerlo dentro de la actual regulación alemana