Las acusaciones de corrupción que pesan sobre la empresa petrolera estatal brasileña Petrobras han provocado ya un escándalo político y cambios en la administración, pero todo apunta a que ello podría amenazar a otras empresas e incluso hacer al país caer en recesión.
Y es que la importancia de la compañía no es baladí, pues produce más del 90% del petróleo del país, posee todas las refinerías, tiene en su haber más de 34.000 kilómetros de ductos y domina la distribución al mayor de gas y diesel. De ahí su relación sobre la economía del país presidido por Dilma Rousseff.
Samuel Pessoa, economista de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro ha recordado que la intención del Gobierno delPartido de los Trabajadores (PT) era hacer a Petrobras lo más grande posible y ha conseguido que gran parte de la economía del país latinoamericano se sustente en ella.
En concreto, según recoge Dinero e Imagen, para él, la reducción del gasto en la compañía supondrá un recorte del 0,75% del crecimiento económico del país y que afectará a muchos brasileños, como por ejemplo a los contratistas que se ven afectados por el desplome de su flujo de caja y la crisis, que hace que no puedan pedir prestado para salir del apunto.
También está empezando a sentirse la caída de Petrobras en los mercados de capital de Brasil. Debido a la incertidumbre respecto de cuánto tendrá que rebajar el valor de algunos bienes debido a la corrupción, el auditor de Petrobras, PricewaterhouseCooper, se negó a firmar su declaración de ingresos trimestral.
El ministro brasileño de Finanzas, Joaquim Levy, afirmó el miércoles en Nueva York que su país ya está aplicando los ajustes y reformas necesarias para comenzar un "nuevo ciclo de crecimiento", tras el final del boom de las materias primas.
"Estamos colocando las bases para un nuevo ciclo de crecimiento. El ciclo de las materias primas se acabó", dijo Levy al presentar las perspectivas económicas de su país en el Consejo de las Américas, con sede en Manhattan.
"Si usted tiene la casa en orden, el sector privado encontrará nuevas oportunidades y volveremos al crecimiento", agregó el economista ortodoxo de 54 años que reemplazó a Guido Mantega al iniciarse el segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff.
El ministro aseguró que la autoridades brasileñas no esperaron "hasta tener serios problemas para hacer los ajustes necesarios", y defendió el gasto público de los ingresos del "bono de las materias primas" de los últimos años.
"No malgastamos el bono de las materias primas. La mayor parte la utilizamos para mejorar la educación, transformar la sociedad", afirmó.
Entre los grandes cambios que ha registrado Brasil en la última década, Levy destacó el aumento en el número de estudiantes universitarios, que subió un 60% entre 2006 y 2014.
Tras un crecimiento sostenido desde principios de la década de 2000, la mayor economía de América Latina tuvo un año 2014 de estancamiento y prevé una expansión de apenas 0,5% en 2015, muy lejos del 7,5% que alcanzó en 2010.
En ese sentido, el ministro se refirió al problema de las cuentas públicas, con el primer déficit comercial en 14 años y la necesidad de recortar gastos ante la falta de ingresos.
"No intento decir que no hay que preocuparse por la situación fiscal en Brasil", admitió, precisando sin embargo que se estaban dando los pasos necesarios para controlar el gasto, por ejemplo con la reciente limitación de los llamados gastos discrecionales de los organismos federales.
En total, Brasil espera conseguir en 2015 un ahorro fiscal de 66.000 millones de dólares (1,2% del PBI). Para llegar a esta cifra, Levy descartó la creación de nuevos impuestos o un alza abrupta de los existentes: "No estamos creando nuevas cargas para el sector privado", dijo.
En medio del escándalo por corrupción que sacude a la estatal Petrobras, el ministro manifestó su confianza en que el gigante energético "superará todos los problemas sobre sus cuentas".
"Es una situación poco común", afirmó, asegurando que la nueva directiva de la empresa, encabezada por Aldemir Bendine, estaba decidida a "dar vuelta" la página.
Levy destacó que la producción de petróleo y gas se recuperó el año pasado tras un periodo de estancamiento y defendió la transparencia de las empresas brasileñas, indicando que existe "un nivel de apertura bastante único" en su país.
Petrobras anunció la semana pasada que presentará su balance auditado de 2014 a finales de mayo, y advirtió que deberá reducir sus inversiones en el futuro.