POR CRISTÓBAL SAMARDZICH Y JUAN CARLOS ORREGO
Hacia el año 2011 cuando los precios estaban al pico, todos los países consideraban incrementar el tributo minero. Australia inició la tendencia con el resource rent tax (también llamado super tax), aprobado en el 2012 después de marchas y contramarchas. Chile hizo una reforma a su impuesto específico a la minería. En el Perú también se hizo una reforma en el 2011 y como resultado, actualmente la carga tributaria para las mineras bordea el 43%.
¿Cómo se compara la carga tributaria de las empresas mineras en el Perú respecto a Chile, Colombia, México y Argentina?
La carga tributaria total de cada país varía dependiendo del margen de rentabilidad de la minera. La tendencia es que Chile siempre sea el país con la carga menos onerosa, el Perú se ubique a la mitad del ranking, y Colombia a la cola [con la carga más alta].
La progresividad es una característica atractiva en los regímenes tributarios, porque toma en consideración la capacidad contributiva de la empresa [cuánto más utilidad tiene uno, mayor su capacidad para pagar tributos. Técnicamente es lo más apropiado. Chile tiene el sistema más progresivo. Hay un incentivo natural para no realizar una distribución de utilidades; pues si se distribuye aumenta la carga impositiva
El Perú tenía un sistema regresivo hasta la reforma del 2011. Desde entonces, el sistema es inicialmente regresivo hasta un punto de rentabilidad, porque tiene una regalía mínima [1% de las ventas]. Al superar ese monto, la regalía comienza a calcularse [ya no sobre las ventas sino] sobre la utilidad operativa y el sistema se vuelve ligeramente progresivo.
El sistema más regresivo y el menos atractivo de lejos lo tiene Colombia, porque tiene impuestos que se calculan sobre las ventas. Ahora es aún más regresivo, porque una nueva reforma tributaria ha incrementado el impuesto adicional denominado CRE. Además, hay regalías con distintas tasas dependiendo del metal: 10% para el carbón y 4% para el cobre. El régimen de México también es regresivo, pero no al nivel de Colombia. El sistema argentino es bastante proporcional: la carga tributaria se mantiene pareja independientemente de la rentabilidad.
¿Cómo impactó la reforma tributaria chilena en el marco tributario minero de Chile?
Con la reforma Chile ha complicado bastante su sistema, porque ahora la empresa la carga tributaria de la empresa depende del régimen tributario que elija. Pero incluso después de la reforma en Chile y el Perú, en promedio, la carga tributaria en el Perú sigue siendo mayor que la chilena.
En algunos casos, cuando el margen de utilidad de la minera es muy alto, se paga más en Chile. Pero en ese caso se tendría que considerar el costo del dinero en el tiempo [con lo cual la diferencia se acorta].
¿Y cuál fue el impacto de la reforma tributaria peruana?
Se reestructuró la proporción que paga una compañía [mediante el impuesto a la renta] y el inversionista [mediante el impuesto a los dividendos]: baja el impuesto a la renta (IR) y sube proporcionalmente el impuesto a los dividendos (ID), con el objetivo de que la carga tributaria final siempre sea 33%.
Sin embargo, la reforma ha sido mal diseñada y en algunos casos sí aumentará la carga tributaria: si una empresa distribuye utilidades en los años siguientes al año en que generó la utilidad, deberá pagar una tasa más alta a los dividendos. El gobierno corrigió este problema, pero sólo para el 2014. Entonces no se incentiva la reinversión de utilidades, que era el objetivo de la norma y no se cumple con mantener la carga en 33%.
En el caso de las mineras con contratos de estabilidad tributaria (CET), la situación será peor, porque éstas siempre pagan un IR de 32% [el CET 'congela' la tasa del IR, por lo que no se benefician de la reducción del IR establecido en la reforma]. Por ello, las mineras con CET pagarán en el 2019 38.32% sólo entre el IR y el ID. Si a eso se agrega los impuestos mineros, la carga tributaria final subirá a cerca de 50%.
El Ministerio de Energía y Minas mencionó que las empresas mineras pudieron haber firmado contratos de estabilidad para ‘congelar’ la tasa de 4.1%, pero la mayoría de mineras no lo hizo y tendrá que enfrentar mayores cargas. Además es curioso: el gobierno ha mantenido excepcionalmente la tasa de 4.1% para otros sectores que tienen regímenes de promoción, como las empresas agrarias, los Ceticos, y el régimen de la Amazonía, pero no para las compañías mineras con contratos de estabilidad tributaria [las más importantes del país]. No se ha dado el mismo trato que a la minería otros sectores promocionados. Con ello el gobierno está enviando el peor mensaje a los inversionistas: “a otros sectores los voy a ayudar pero al sector más importante de la economía, mala suerte”.
¿Cómo observa la actitud del gobierno respecto a las mineras?
El Perú es país auspiciador en el PDAC de Canadá [uno de los eventos mineros más importantes del mundo] para atraer inversionistas, pero a las mineras que operan aquí no se les trata de la mejor manera. El gobierno debería enfocarse en estas empresas que ya operan aquí: es mucho más fácil para éstas realizar una ampliación de sus instalaciones que atraer a una nueva compañía para una inversión, sobre todo en la coyuntura del actual ciclo [de menores precios]. Si no se se incentiva el desarrollo de nuevos proyectos, en el mediano plazo no habrán nuevos proyectos mineros.
¿Qué puede hacer el gobierno en un contexto de precios bajos de los metales?
Hay factores que el gobierno no puede controlar como los precios y costos. Pero sí puede controlar la carga tributaria que aplica a las mineras. Al igual que se incrementaron los impuestos durante las épocas de bonanza, el gobierno debería reaccionar para generar un incentivo para que más inversión venga al Perú. Puedes controlar la variable tributaria y tomar medidas aunque sean temporales neutralicen el efecto de la caída de precios y logren atraer más proyectos.
Australia es un ejemplo. Ahí se creó un impuesto cuando los precios estaban altos; y recientemente se eliminó. Si bien el nuevo impuesto no llegó a recaudar mucho, la eliminación es un mensaje [positivo] para los inversionistas.
La exploración cayó 25% en el 2014, tras haber caído 29% en el 2013, según la consultora SNL. La inversión en exploración ya se está contrayendo a nivel mundial, y lo que debería buscar el Perú es que su tajada sea mayor ante un menor tamaño del pastel.