El increíble mundo de relaciones económicas y sociales que construyó en poco tiempo el Islamic State in Iraq and Syria (ISIS). Conflictos y negocios del fenómeno geopolítico en una región rica en hidrocarburos que hoy alarma al mundo.
(Por María José Arias) A primera vista, la ciudad de Mosul, segunda en Irak, se ve como un modelo de éxito para sus nuevos gobernantes del Estado Islámico de Irak y Siria (Isis). Los autos bullen en las avenidas limpias y las cafeterías están llenas de gente.
Pero en los callejones, la basura llena las calles. Las luces permanecen encendidas, pero sólo porque los lugareños tienen generadores propios. Y bajo el estruendo de los televisores de los café, los ancianos se quejan de la vida bajo el autoproclamado califato.
Abu Ahmed, un tranquilo residente de 40 años de edad, dio la bienvenida al Isis cuando llegó a Mosul. A la fecha, los yihadistas controlan de más de una cuarta parte de Irak y Siria. No estaba solo: los musulmanes sunitas en ambos países se han sentido discriminados por regímenes históricamente dominados por sectas rivales - en Bagdad, la mayoría chií de Irak; en Damasco, la secta minoritaria alauita, una rama del Islam chiíta.
Los partidarios del Isis han tolerado todo, desde lapidaciones públicas y decapitaciones hasta ataques aéreos diarios de la coalición liderada por Estados Unidos. Pero sin una economía que da a la gente la oportunidad de ganarse la vida, muchos dicen Isis tiene poco más que ofrecer que las autoridades que reemplazaron. Para atravesar el “unificado califato”, un viajero necesita tres monedas diferentes; grupos de ayuda humanitaria proporcionan medicamentos para gran parte de la zona; y muchos de los salarios son pagados por Irak y Siria - gobiernos con los que Isis está en guerra.
En lugar de tomar las riendas del estado, Isis a menudo contribuye a su desmoronamiento mediante la participación en extorsiones.
"En las ciudades sirias de Raqqa y Deir Ezzor pueden estar funcionando como algo parecido a un estado, pero en Irak están operando como algo entre una mafia, una insurgencia y un grupo terrorista. Tal vez pensaron hace seis meses que iban a funcionar como un estado. Pero ellos no tienen el personal o la mano de obra" dice Kirk Sowell, presidente de Servicios de Riesgo Uticensis.
Si el "califato" de Isis fuera un estado, sería un país de pobres. La mayoría de los sirios en el territorio sobreviven con alrededor de US$ 115 por mes. Los combatientes extranjeros de Isis ganan hasta cinco veces más. En Siria, el precio del pan se ha casi duplicado a casi un dólar - alrededor de un tercio de los ingresos diarios de la población siria. A pesar de Mosul fue desconectado de la red eléctrica de Irak cuando Isis tomó la ciudad este verano, la electricidad se mantiene gracias a los esfuerzos de los locales, que compran e instalan generadores para mantener la corriente en sus vecindarios.
En Siria controlada por Isis, la electricidad todavía funciona un par de horas al día - cortesía del régimen de Assad. Mahmoud, un ingeniero, y sus colegas aún atienden las mismas plantas de energía en las que trabajaban antes de Isis se hiciera cargo. Pero mientras que la autoridad de petróleo y gas del grupo militante ahora les supervisa, el gobierno de Damasco todavía paga sus salarios. Isis tomó el control de tres presas y al menos dos plantas de gas estatales en Siria. En lugar de arriesgarse a eliminar franjas de la red eléctrica, Damasco parece haber llegado a un acuerdo.
"Isis protege sus fábricas y permite que los empleados estatales vengan a trabajar", dice Mahmud. "Se recupera el gas producido para el uso doméstico y transporte y se vende. El régimen consigue el gas necesario para alimentar el sistema eléctrico, y también envía algo de electricidad a las áreas de Isis".
Sajad Jiyad, un investigador independiente en Irak, dice que Isis lucha para equilibrar sus cuentas, pero los servicios siguen funcionando gracias al dinero Bagdad sigue pagando a los ex funcionarios en Mosul. Isis grava aquellos empleados hasta un 50% de sus salarios.
"Isis depende de su capacidad para aprovechar el territorio y los recursos para seguir financiando sus áreas existentes", dice. "Su expansión a veces se operó a través de filiales que utilizan la marca Isis, pero que son en efecto mercenarios locales. Es como si Isis está financiando en parte sí a través de un esquema de pirámide, y esto ha empezado a fallar".
Los servicios básicos no funcionan bien, pero el miedo impide que alguien pueda hablar. "Hay problemas de abastecimiento con la electricidad, combustible, medicinas y agua, pero la gente sobrevive", dice.
Aunque muchos ahora cuestionan la gestión económica de Isis, su destreza militar y capacidad de organización son claras. A pesar de los ataques de la coalición, que han paralizado sus avances, Isis tiene grandes extensiones de territorio que abarca hasta una tercera parte de Irak y una cuarta parte de Siria.
En la provincia oriental de Deir Ezzor de Siria, donde se encuentra la mayor parte de los pozos de petróleo de Siria, los locales se quejan de Isis requisa sus recursos. "Si ellos no lo toman, te ponen impuestos", bromea el ingeniero gas Mahmoud. Él estima que Isis maneja cerca de 40.000 barriles diarios de producción de petróleo en el este de Siria. Isis bien podría ser el grupo armado más rico de la historia, generando al menos US$ 1.000.000 – algunas estimaciones proponen US$ 5.000.000- entre la venta de petróleo y esquemas extorsivos.
El estrangular la fuente de esos ingresos es visto por los EE.UU. y sus aliados como esencial para detener el avance de Isis. Investigadores occidentales han tratado de rastrear los números de cuentas bancarias en el Golfo y localizar donantes yihadistas en lugares tan lejanos como Indonesia. Pero quizá la clave está en una red de contrabando de petróleo que ha funcionado por décadas, y que es aprovechada por el grupo para financiar su proto-estado. Este comercio no oficial abarca el norte de Irak, el noreste de Siria, el sur de Turquía, partes de Irán y, según funcionarios occidentales y los principales expertos internacionales, es donde Isis gana la mayor parte de su dinero.
Maplecroft, una empresa de gestión de riesgo, estima que Isis ahora controla seis de cada 10 de los yacimientos de petróleo de Siria, incluyendo la gran instalación de Omar, y al menos cuatro campos pequeños en Irak, incluyendo los que están en Ajil y Hamrin. Desde principios de julio hasta finales de octubre de 2014, la mayor parte de ese crudo fue vendido por Isis a los comerciantes kurdos con un descuento importante. Desde el Kurdistán, el petróleo fue revendido a comerciantes turcos e iraníes. Estas ganancias ayudaron Isis pagar su creciente masa salarial: US$ 500 al mes por un soldado, y cerca de US$ 1.200 para un comandante militar.
El contrabando de petróleo tiene profundas raíces en la región. Tras la imposición de las sanciones de la ONU sobre Irak en la década de 1990, ha florecido una robusta red de contrabandistas, comerciantes y refinerías ilegales. Las plantas del Kurdistán iraquí donde se refina el crudo de contrabando, son el subproducto de las tensiones entre los líderes kurdos y Bagdad. En los últimos años, el Gobierno Regional de Kurdistán miró hacia otro lado mientras aparecieron las refinerías de cosecha propia para abastecer el mercado local después de Bagdad prohibió la exportación de productos derivados del petróleo sin su consentimiento.
Los EE.UU. han presionado a los líderes del Kurdistán iraquí para que repriman el contrabando, con limitado éxito. Pero el petróleo aun fluye misteriosamente a Turquía a través de Siria, el Isis intercambiando hábilmente un mercado por otro, dicen los contrabandistas, y canalizando crudo barato hacia Jordania.
"Compramos una carga petrolera de alrededor de 26 a 28 toneladas por US$ 4.200. Lo vendemos en Jordania por US$ 15.000. Cada traficante lleva alrededor de ocho camiones cisterna a la semana”, dice Sami Khalaf, un contrabandista de petróleo y ex oficial de inteligencia iraquí bajo Saddam Hussein. Khalaf, que vive en la capital de Jordania, Amman, dijo que los contrabandistas suelen pagar a los funcionarios de fronteras US$ 650 para pasar los puntos de control.
Antes de caer bajo el mando de Isis, los yacimientos de petróleo podrían producir entre 400.000 y 500.000 barriles de petróleo diarios, afirma un funcionario de la estatal North Oil Company de Irak. Un comerciante dijo que en su apogeo, 3.000 toneladas de crudo (25.350 barriles ) eran trasladadas a Kurdistán. Desde allí, el aceite se desvanece en Turquía e Irán.
Los analistas sugieren rastrear los números de cuenta o detener partidarios internacionales hará poco para dañar las finanzas de un grupo que se ocupa casi exclusivamente en efectivo.
"Teniendo en cuenta que el Isis ha tratado de minimizar su dependencia del sistema bancario internacional, el grupo es comparativamente menos proclive a los ataques de los activos o las sanciones financieras internacionales", dice el informe de Maplecroft.
Pero la ambición desmesurada de Isis podría conducir a la caída de su imperio financiero. Las pretensiones de Isis hacia la condición de estado han obligado a tratar de tomar el control de todo el proceso y eliminar a los intermediarios. Al hacer esto, las finanzas de Isis se convierten en blancos más fáciles de apuntar que una constelación de pequeños intermediarios con pequeños volúmenes subiendo por todo el territorio. También hay señales de que la iniciativa internacional ahogar el mercado negro de petróleo está dando frutos. Los precios del petróleo crudo en Siria han aumentado de US$ 25 a US$ 41, lo que sugiere disminución de la producción tras represión de Turquía en la frontera, dice un activista.
Los ciudadanos de a pie del califato se benefician poco de esa riqueza petrolera. Isis ha intentado presentarse a sí mismo como un gobernante justo que fija precios para todo, desde el pan a las cesáreas, que cuestan alrededor de US$ 84. Pero esos precios son imposibles de mantener debido a los costos exorbitantes de combustible y transporte. Además, son pocas las oportunidades de progreso en una zona de conflicto donde la gente está sobreviviendo, por lo general con la ayuda de familiares que huyeron al extranjero.
En una mezquita en la ciudad siria de Meyadeen, un ex activista fue testigo de una escena extrañamente familiar. Después de las oraciones del viernes, un imán imitaba una práctica común en la era Assad, cuando se les pedía a los fieles orar por su presidente. Esta vez, se les dijo a orar por el líder de Isis Abu Bakr al-Baghdadi.
Desde el fondo de la sala llegaron un susurro débil, pero convencido: "que se joda."
Las cantidades son pequeñas pero los riesgos son enormes para cualquier operador mundial que maneje petróleo de los campos de Isis.
Los grandes comerciantes dicen estar seguros de que han evitado las compras crudo de contrabando debido a los procedimientos - las contrapartes tienen que pasar por un estricto proceso de "conozca a su cliente" – y otros procedimientos de autenticación.
Los analistas, sin embargo, advierten que hay una pequeña posibilidad de que el crudo de contrabando transportado fuera de Irak podría entrar en la cadena de suministro global. Una vez extraído se puede mezclar y procesar con crudo de fuentes legítimas, disfrazando su origen, haciendo más difícil para los operadores identificar su fuente.
Shwan Zulal, analista de petróleo iraquí, dice que los volúmenes de petróleo Isis que podrían entrar en los mercados internacionales son mínimos. Pero añade que es posible para que sea mezclado en el puerto turco de Ceyhan.
Luego de la expansión del Isis sobre gran parte de el noroeste de Irak el Consejo de Seguridad de la ONU advirtió que los que comercialicen crudo de las regiones controladas por el grupo podría enfrentarse a sanciones.
Richard Mallinson, analista geopolítico en aspectos energéticos: "El Gobierno y los operadores de la región Regional de Kurdistán quieren que su crudo sea “limpio”. Hay poca ventaja obtenida a través del contrabando y la venta de petróleo de Isis. Lo más probable es que los usuarios finales de ese petróleo sean locales.”
